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Reportaje:Agenda del automovilista

¿Por qué neumáticos radiales?

Simplemente porque en conjunto son mucho mejores que los normales o diagonales, hasta el punto de no admitir siquiera la comparación.El neumático radial tiene como peculiaridad principal el estar dotado de una carcasa textil con las cuerdas de las lonas dirigidas de talón a talón, es decir, según la dirección de los radios imaginarios de la rueda -de ahí su nombre de «radial»- Sobre esta carcasa, formada tan sólo por dos o tres lonas y por tanto de gran flexibilidad, se superpone una faja o cintura textil o a base de hilos de acero, como refuerzo de la banda de rodadura. Los resultados de esta estructura fundamentalmente distinta son en pocas palabras los siguientes:

Superior adherencia. Tanto en curva como en la frenada, el radial se comporta de modo muy superior al neumático diagonal. En el primer caso, la rigidez de la banda de rodadura en combinación con la flexibilidad de los flancos, permite que la superficie del neumático en contacto con el suelo no se disminuya en esos momentos por efecto de las fuerzas desarrolladas -especialmente por la fuerza centrífuga-, por lo que en esos críticos instantes toda la anchura de la huella permanece en contacto con el suelo, con el consiguiente incremento de adherencia neumático-carretera.

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Verano y neumáticos

Menor calentamiento durante la rodadura. En el neumático radial, el entrecruzamiento de las lonas de la cintura y de la carcasa entre sí, forma triángulos, figura geométricamente indeformable, mientras que en el diagonal las figuras que se forman son rombos, que sí deforman durante la rodadura. El rozamiento interno de las lonas en los neumáticos radiales es por tanto inferior al que se da en los convencionales y en consecuencia el calor desarrollado por efecto de estos rozamientos es asimismo inferior.

Duración. Al ser menor la temperatura de funcionamiento del neumático, y al propio tiempo ser inferiores también las deformaciones de la banda de rodadura, la duración general del neumático se ve favorecida: las lonas se gastan menos, la goma trabaja mejor y resiste más; el desgaste y, en definitiva, el neumático rinde muchos más kilómetros que uno, convencional

Menor deriva. La rigidez de la banda de rodadura hace disminuir el efecto de deriva del neumático o tendencia a avanzar en curva, según una trayectoria inclinada hacia afuera unos grados respecto a la que sería la ideal. Esto se traduce en una considerable mejora en la estabilidad de marcha, beneficiada sobre todo por la mayor precisión que toma la dirección con este tipo de neumáticos.

Menor resistencia a la rodadura. La banda de rodadura más rígida y menos deformable trae como consecuencia una menor absorción de energía al rodar el neumático, lo que se traduce en menores pérdidas de potencia y, naturalmente, en una ligera disminución en el consumo de combustible.

Como contrapartida, los neumáticos radiales presentan dos inconvenientes. Uno, su mayor rugosidad y la mayor rigidez que confieren a la suspensión, lo que los hace, poco aptos para determinados coches originalmente pensados para neumáticos convencionajes. El segundo inconveniente se refiere a la flexibilidad de los flancos, que si en unos aspectos es beneficiosa, en otros, como por ejemplo cuando se realizan maniobras de aparcamiento junto a bordillos, puede traducirse en averías graves para el neumático, por el peligro de que se pellizque el flanco con el bordillo sí la maniobra no se hace con el suficiente cuidado.

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