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Reportaje:

Murió Paul Getty, el rey del petróleo

Nacido en Minneápolis (Minnesota), en 1892, J. Paul Getty ganó su primer millón de dólares cuando tenía 24 años, negociando en los campos petrolíferos de Texas y Oklahoma, con la compañía petrolífera de su padre, un abogado que había entrado en el mundo del petróleo a principios de siglo.A los treinta años se casó con Jeannette Dumont, de 18, con la que tuvo su primer hijo, George Franklin Getty 11. Paul Getty se casó otras cuatro veces, siempre con mujeres mucho más jóvenes que él, como Allene Ashby, hija de un ranchero de Texas, con la que se casó en 1925; Adolphine Helmle, una alemana con quien contrajo matrimonio en 1928 y de la que tuvo su segundo hijo, Jean Ronald; Ann Rock, una starlette cinematográfica con la que se casó en 1932 y que le dio dos hijos, Eugene Paul y Gordon Peter, y, por último, Louise Dudley Lyrich, una cantante de cabaret con la que se casó en 1939 y de la que tuvo un hijo, Timothy, que murió a los 12 años.

«El alcohol no ha sido nunca un problema para mí -solía decir Paul Getty-; mi auténtico problema han sido los tribunales de divorcio». En 1957, una revista le calificó como el hombre más rico del mundo y le pidió que evaluara sus propiedades en acciones, obras de arte, terrenos, ete. Getty contestó: «Vendiendo todo lo que poseo podría obtener varios miles de miliones de dólares, pero, recuerde, que los dólares de ahora no valen lo que valían antes ...»

Cuando, en 1973, su nieto, Paul Getty llI, fue secuestrado en Italia y se exigió un rescate de dieciséis millones de dólares, Getty dijo: «Tengo otros quince nietos y si pago ahora un solo penique, pronto, tendré otros quince nietos secuestrados». La familia Getty pagó un rescate de casi tres millones de dólares, sin que se sepa con cuánto contribuyó el viejo Getty.

Desde hacía quince años, Paul Getty compartía su vida en Surrey cerca de Londres, con una viuda nicaragüense, Rosabella Burch, quien recientemente declaró que Paul conservaba todavía el suficiente atractivo como para enloquecer a las mujeres y agregó que todavía tenía esperanzas de poder casarse con «el hombre de su vida».

El multimillonario tenía proyectado retirarse a pasar sus últimos días a su residencia californiana de Malibú, donde construyó un museo en el que figura una colección de obras de arte valorada en 200 millones de dólares, y que él nunca legó a ver, puesto que dirigió su construcción a distancia.

En una ocasión se dijo que Paul Getty tenía suficiente dinero para dar una libra esterlina a cada persona del mundo. Todas las semanas durante los últimos años recibía centenares de cartas en las que se le pedían donativos, a lo que el viejo millonario se negaba porque le parecía «erróneo y desagradecido». En su casa de Surrey el viejo Getty tenía cabinas telefónicas para que sus invitados pudieran llamar a cualquier parte del mundo..., siempre que tuvieran monedas para abonar las tarifas.

La identidad de los herederos de Paul Getty será el enigma que atraerá a la opinión pública mundial durante las próximas semanas. Su testamento, al parecer, se encuentra en Nueva York. Un amigo del millonario fallecido, que no quiso decir su nombre, declaró ayer que Getty le dijo en una ocasión que su familia tenía suficiente dinero y que pensaba legar su fortuna al museo que había fundado en Los Angeles.

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