Críticas al proyecto de ley sobre bicameralismo
Los señores Pérez Escolar, Ruiz-Giménez y Fernández de la Mora, juristas que también reúnen la condición de presidentes de sus respectivas organizaciones políticas, expusieron ayer sus tesis ,sobre bicameralismo -todas ellas críticas, con diferentes matices, respecto al proyecto de ley existente- en un coloquio organizado por el Círculo de Estudios Jurídicos. Asistió un millar de personas.
Actuó como moderador el señor Pedrol Ríus, decano del Colegio de Abogados de Madrid, y efectuó la presentación del tema el profesor Carlos Ollero, quien expuso su opinión de que «la operación de reforma y referéndum es un reto a la oposición democrática que, de realizarse, supondrá la paralización, si no el retroceso, de las posibilidades democráticas en España», al propio tiempo que destacaba el carácter plenamente democrático de todas las Cámaras Altas que aún perviven en el mundo, así como el hecho de que su igualdad de poderes y competencias con las Bajas están en función de su carácter democrático.Rafael Pérez Escolar, presidente de Reforma Democrática, manifestó sus preferencias por un sistema bicameral. Criticó la obsesión de los redactores del proyecto de ley por salvar la letra de las Leyes Fundamentales -por ejemplo, en la alusión a la representación familiar en el Congreso-; arremetió contra los 40 senadores permanentes previstos en el proyecto, y pidió a los actuales consejeros nacionales vitalicios que presenten su dimisión en bloque.
También abogó por un Tribunal de Garantías Constitucionales integrado exclusivamente por magistrados, y subrayó que sus comentarios iban dirigidos al posible perfeccionamiento de¡ texto de un Gobierno «que no es reformista, aunque en él haya relevantes personalidades reformistas». Este Gobierno -agregó- ha de escuchar a todas las partes en conflicto, «y en primer lugar, a la oposición».
Joaquín Ruiz-Giménez, presidente de Izquierda Democrática, afirmó que las dos Cámaras previstas son radicalmente heterogéneas, y manifestó sus temores a una incomunicación real y un dinamismo paralelo entre Cortes y Gobierno, lo cual sería fuente de conflictos; «y aquí, señores, no estamos jugando a ningún caos».
Criticó igualmente todo el proyecto de reforma, porque ha surgido de una comisión de hombres eminentes, pero sin carácter democrático. La solución a ello estaría en el pacto. «Se ha dicho -agregó- que la oposición son cuatro gatos, y hay un medio de saberlo: convocar unas elecciones por el Rey, y que esas Cortes hagan la reforma que permita a los españoles vivir en concordia.»
Por su parte, Gonzalo Fernández de la Mora, presidente de Unión Nacional Española, defendió su conocida tesis de que la representación orgánica de intereses es más auténtica que la representación de ideologías. A pesar de ello, prefiere «el proyectado bicameralismo mixto al unicameralismo inorgánico que propugnan los revisionistas radicales». De todos modos, los cheques en blanco que se dejan al Gobierno -las relaciones entre las dos Cámaras y normas por las que van a regirse las primeras elecciones- podrían convertir al bicameralismo en un «bicamelismo».
Ello no evitó que entre ambos se produjera un momento de tensión, al decir el político democristiano que «tan importante como construir edificios y carreteras es luchar contra la corrupción». El señor Fernández de la Mora replicó que, sí tenía noticia de alguna corrupción, debía decírselo al fiscal. El moderador cerró el acto, alegando lo avanzado de la hora, cuando empezaban a producirse algunos aplausos y silbidos entre el público, mientras Ruiz-Giménez aclaraba que en sus palabras no había pretendido introducir intencionalidad alguna.
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