El quite de Pepe Colmenar

El pasado miércoles publicábamos nuestra opinión de que el quite al toro de Atanasio Fernández de la corrida concurso por el que se había concedido un premio a Ruiz Miguel, lo había hecho en realidad el sobresaliente del mano a mano, Pepe Colmenar.Sabemos que esta opinión ha suscitado discusiones y sobre todo un cúmulo de incredulidades. Hay quienes nos han dado la razón pero parecen ser muchos más los que piensan que hubo error, se ha dicho que incluso invención, por nuestra parte.

Pero ahí está el documento gráfico. No cabe duda de que el quite lo hace Pepe Colmenar. En realidad, la imagen corresponde a escasísimos segundos después de haberse producido el verdadero quite. El banderillero había caído peligrosamente en la cara del toro. Ruiz Miguel, que esperaba en el burladero de capotes a que concluyera el tercio, echo a correr he aquí su mérito- para llevarse el toro a cuerpo limpio si era necesario. Pero estaba más cerca Colmenar, quien ocupaba exactamente el sitio que le correspondía. Este matador echó el capote sobre los pitones del animal, para que hiciera presa en él. Efectivamente, el toro derrotó sobre el capote y se revolvió, desentendiéndose del banderillero. Inmediatamente embistió a ese mismo capote (momento que recoge la fotografía), que Pepe Colmenar sujeta con una mano.

Ruiz Miguel llegó instantes más tarde., En la foto parece que está inmediatamente detrás de la respero se trata de un efecto óptico. La foto fue hecha por César Lucas con teleobjetivo, y en estas circunstancias es sabido que se obtiene una imagen en la que las distancias entre planos sucesivos parecen disminuidas. Un ejemplo: el incidente se produjo frente al tendido 1 y en cambio la barrera que se ve en la foto, como si estuviera a muy pocos metros de Ruiz Miguel, corresponde al tendido del 9.

Después del momento que recoge la fotografía, el toro, que no tenía fijeza alguna, se desentendió también del capote y se apercibió de la presencia de Ruiz Miguel, que corría muy cerca, y le «hizo hilo», es decir, le persiguió. Todo transcurrió, desde luego, en un espacio de tiempo reducidísimo y en medio de gran revuelo, por lo que es lógico que se produjeran confusiones.