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Entrevista:

USO, contra la reforma sindical y el pacto social

«Nosotros no queremos mantener la Organización Sindical Reformada; lo que queremos es un sindicalismo libre, de clase, que, evidentemente no se puede hacer apartir de la transformación de la Central Nacional Sindicalista. Y no creemos posible la consecución de un sindicalismo libre a partir de la reforma de la OS, tanto porque su propia esencia lo impide, como por el hecho de que, históricamente, ha sido un instrumento o correa de transmisión entre el Estado y los intereses patronales.»De esta manerá enjuicia la reforma sindical emprendida por el Sindicalismo, oficial el secretario general de la Unión Sindical Obrera (USO), José María Zufiaur.

Aparte de la oposición del sindicalismo ilegal hacia la reforma del aparato oficialista de la CNS -continúa-, es evidente que esta reforma no es posible por los in convenientes o trabas que surgen a los propósi.tos reformistas desde la propia os. Sería absoluta mente, nusorio pensar que la Organizacíón Sindical, uno de los mayores reductos de todos los antidemócratas, pudiera sacar adelante una reforma minima mente progresiva. En cualquier caso, es claro que la clase trabajadora no quiere la reforma, sino una libertad sindical que permita su organizacíón en un sindicalis mo a su medida, con sus propias formas y sus propias. decisiones. No admiten los trabajadores la imposición desde el poder de una nueva ordenación sindical. Y, eso sí, lo que reclaman es que le sea devuelto a la, clase trabaj adora lo que es suyo, lo que se ha const:ruido con sus cuotas, con unos impuestos obligatorios tra ducidos por el Estado en cuotas sindicales.

-¿Hasta qué extremo no es esta afirmación una opinión personal del secretario general de uso? ¿Qué avala esta opinión tan, firmemente expresada?.

- Me avala, además de mi propia experiencia de sindicalista las manifestaciones de los hombres más significativos a nivel de fábrica, mediante las asambleas y escritos que, últimamente, tanto prodiga el movimiento obrero, que rechaza de plano cualquier componenda en este sentido. Además, es muy significativo que al hablar de reforma sindical en ningún momento se ha aludido a unas elecciones sindicales en un marco de libertad. Siempre se ha partido de un proceso absolutamente controlado por los que mantienen el poder de la estructura sindical, que se concreta en una serie de hombres nombrados a dedo en una seriede llamados dirigentes sindicales que, más que nada, son una especie de profesionales de las dietas.

-¿Cuál es la postura concreta de uso respecto al patrimonio del sindicalismo oficial? ¿Reclamará su parte, como ha hecho la Unión General de Trabajadores (UGT)?

- A mi me parece bien que la UGT reclame lo que le fue expropiado. Nosotros, como nacimos después de la guerra, no podemos reclamar la devolución de unos bienes propios. Ahora bien, está claro que el patrimonio de la os no es de la UGT, ni de uso ni de Comisiones Obreras, es de toda la clase trabajadora y, en una situación de libertad sindical, deberá ser gestionado, en principio, por las organizaciones sindicales que tengan una representatividad entre la clase obrera.

De la clandestinidad a la ilegalidad

-La reforma, en cualquier caso, está ya iniciada y, presumiblemente, las organizaciones sindicales no oficiales se encontrarán al final con una situación de hecho, una vez consumado el proceso reformista. ¿Cuál será entonces la postura de uso?

-Evidentemente, no se puede prejuzgar antes de conocer en qué va a quedar el proceso de reforma. La libertad sindical no se puede desligar del marco de libertades generales, que en definitiva es la ruptura democrática.

Como principio, USO ha venido propugnando desde su constitución la utilización de las posibilidades legales. Y esto, al permitir nos estar cerca de los trabajadores, ha posibilitado el florecimiento del movimiento obrero español después de la posguerra. Trataríamos, pues, de adoptar este principio a la nueva situación y ver si conviene la utilización de las posibilidades que se nos ofrezcan para conseguir la ruptura sindical. No obstante, creemos que la ruptura está consistiendo, de hecho en la práctica sindical de las organizaciones ilegales. Nosotros tratamos de acrecentar esta práctica, incluso mediante la acción unitaria de ccoo, UGT y uso. Los cargos sindicales legales no se presentan sólo como tales, sino también como militantes de determinada organización. En este sentido, el reciente encuentro de Eurofórum, entre empresarios y representantes de organizaciones sindicales ilegales, es un dato que confirma esta práctica, es decir, la imposición de un sindicalismo real sobre un sindicalismo, o mejor, sobre unas estructuras sindicales oficiales que no sirven para nada.

-Se ha pasado, pues, de la clandestinidad a la ilegalidad y esto en un clima de tolerancia por parte del poder. Podría parecer que es el propio Gobierno quien posibilita la ruptura, entendida ésta en los términos por usted planteados...

-Creo que hay una situación confluyente. En primer lugar hay que decir que este grado de tolerancia, que en estos momentos está prácticamente generalizado, junto con una -reducción, hasta cierto punto, de la represión sobre las organizaciones sindicales y políticas, se debe, fundamentalmente, a una conquista del movimiento obrero. Esto confluye, evidentemente, con una simulación de adaptación, por parte del poder, a una nueva realidad de la sociedad española. Existe, de hecho, una especie de pacto tácito entre distintos sectores del poder y la oposición.

-¿En alguna ocasión ha sido contactado USO por el sindicalismo oficial, de cara a la reforma de la OS?

- En el pasado mes de enero, coincidiendo con las huelgas que registró el mundo laboral, el ministro de Relaciones Sindicales solicitó entrevistarse con responsables de USO. La entrevista concluyó sin'resultado positivo. Además de exponernos las directrices de la reforma, tal como posteriormente han sido presentadas a las Cortes, el señor Martín Villa nos hizo una propuesta de tregua. Nosotros exigimos, para cualquier tipo de negociación, la supresión de los topes salariales y la libertad de todos los detenidos en aquellos momentos. Ahí quedó todo.

- ¿Ofrece uso alguna alternativa, junto a su oposición a la reforma, acerca del sindicalismo que desea la clase trabajadora?.

-La cuestión previa es, por supuesto, un marco de libertad sindical, y de cara a este marco consideramos como paso previo la unidad de acción de todas las organizaciones sindicales. El concepto de unidad sindical no sólo tiene para nosotros un valor táctico o coyuntural de cara a la consecución de las libertades, sino que es también el embrión de una futura unidad orgánica.

No al pacto social

-Recientemente, el ministro de Relaciones Sindicales expuso la conveniencia de logar un pacto social. ¿Qué posibilidades hay en los actuales momentos de hacer realidad este propósito?.

- El pacto social, en estos momentos, es absolutamente inviable, ya que no se puede hablar de pacto social sin la existencia de un marco democrático. Por principio, las organizaciones sindicales de clase no pueden aceptar una situación de freno y desmovilización de los trabajadores, que es lo que, en definitiva, supondría el establecimiento de un pacto so-

Por otra parte, y corno razón práctica de mi afirmación, no creo que las organizaciones sindicales, en estos momentos, pudieran controlar a la clase obrera, pues un pacto social, entendido en este sentido, supone un control de las partes. Tampqco creo que las patronales estén en disposición de asegurar una serie de cuestiones como serían el control de los precios y el establecimiento de una nueva fiscalidad.

- ¿Cuál es la actitud del empresariado español en estos momentes de tránsito?.

-En mi opinión, el empresario español, después de 40 años vividos en una especie, de nirvana político, está tomando conciencia de la núeva situación, El ejemplo más concreto de la capacidad de adaptación del capitalismo a todas las situaciones es la trayectoria de las multinacionales. Los empresarios se han dado cuenta de que la situación ha cambiado, de que el movimiento obrero tiene una fuerza y la actual situación es insostenible.

Por lo mismo es precisa una nueva concepción de las relaciones dentro de la empresa. Los empresarios se han dado cuenta, o al menos así lo reconocen ahora, de que la Organización Sindical no es un instrumento seno, en la medida en que no representa realmente a los trabajadores, y tratan de negociar con interlocutores válidos, en definitiva, con militantes de. organizaciones representativas dentro de la empresa.

«De cara a la libertad sindical, consideramos paso revio, la unidad de acciÓn e todas , las organizaciones sindicales», dice el secretario general de USO.

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