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Camacho, Dorronsoro y Aguado en libertad

Como se esperaba, ayer fueron puestos en libertad provisional Marcelino Camacho, líder de Comisiones Obreras; Nazario Aguado, dirigente del Partido del Trabajo, y javier Alvarez Dorronsoro, del Movimiento Comunista de España. Por el contrario, permanece en la prisión de Carabanchel el notario Antonio García Travijano, cuyo caso está pendiente -según manifestaciones del juez de Orden Público a su abogado- de la declaración de varias personas, entre ellas,José Vidal Beneyto (quien acudirá hoy al JOP), Mario Rodríguez Aragón (ausente de España) y Tierno Galván, actualmente internado en una clínica de Madrid.

Durante toda la mañana de ayer, los familiares y abogados de los tres dirigentes de: la oposición, cuya libertad estaba acordada, se habían movilizado en Madrid para cubrir todos los trámites necesarios, incluido el depósito de una fianza de 100.000 pesetas por cada uno de ellos. Esa cantidad ha sido íntegramente cubierta por el señor García Trevijano.Conforme pasaban las horas, diversas personas fueron reuniéndosé a la puerta de la prisión de Carabanchel. Las esposas de los tres detenidos llegaron entre las 11 y las 12 de la mañana. Hacia la 1 de la tarde, lo hizo el oficial del Juzgado que portaba la orden de libertad provisional. Entre el público que aguardaba se encontraban José Vidal Baneyto y Nicolás Sartorius.

Sobre las 15,30, la fuerza pública -que controlaba la zona con numerosos efectivos- ordenó a los presentes despejar la puerta de la cárcel, aunque invitó a los periodistas a permanecer cerca de las verjas para poder cumplir su trabajo. Minutos antes de las cuatro, Camacho, Alvarez Dorronsoro y Aguado hicieron su aparición, abordo de varios automóviles, ya que la fuerza pública no había considerado conveniente que salieran a pie. Unas 200 personas prorrumpieron en aplausos e invocaciones a los nombres de los tres dirigentes; posteriormente se dispersaron, sin que se produjeran incidentes.

Minutos más tarde comenzó una rueda de prensa improvisada en el domicilio de Marcelino Camacho -donde también habían llegado sus dos compañeros de liberaclión-, entre constantes interrupciones motivadas por visitas y llamadas telefónicas que persiguieron a Camacho, principalmente, durante sus primeras horas de libertad.

Todos ellos mostrairon su disgusto por el hecho de que permanezca en prisión García Trevijano. Manifestaron no comprender las razones de esta diferencia de criteros, puesto que el notario había sido incluido en el mismo proceso que ellos.

Sobre el régimen de vida en la prisión, afirmaron que ha empeorado. Tienen hasta nueve recuentos diarios, y la comida es muy deficiente. Por otra parte mencionaron, lo que, en frase de Camacho, son casos dramáticos: el de Lucio Lobato -veinticinco años de prisión y le quedan cinco por cumplir-, quien padece flebitis e insuficiencia mitral; así como el de Sánchez Montero, entre otros.

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Hubo también preguntas sobre el reciente Congreso de UGT y la posibilidad de que Comisiones Obreras hicieran lo mismo. Camacho afirmó que el Congreso de la UGT demostraba la madurez de la lucha de las fuerzas obreras y democráticas, aunque ello también invita a pensar que existe discriminación con relación a estas últimas. «Lo natural -dijo- es que, si se va a la reforma, ya no-se persiguiera a nadie. Por ello, nos alegramos de que la UGT y la CNT puedan reunirse, pero también a nosotros deberían abrirnos el mismo camino.» Se pronunció también por la unidad de un movimiento obrero independiente de los partidos y del Estado, que no divida sus fuerzas en varias centrales sindicales frente a una patronal única.

Un periodista preguntó también si ellos estarían dispuestos a acudir a La Zarzuela. Marcelino Camacho no contestó directamente la pregunta y prefirió afirmar que la Monarquía sería aceptada si el pueblo se pronuncia libremente por ella.

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