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Comienza el debate parlamentario sobre el programa francés

El presupuesto francés del año en curso concede al Ejército 50.000 millones de francos, es decir. 750.000 millones de pesetas, equivalentes al 17 por 100 del presupuesto del Estado. Dentro de seis años, el porcentaje dedicado a la defensa, será del 20 por 100. Sobre el crescendo del crédito a la protección del territorio nacional y de los ciudadanos, desde los gaullistas hasta los comunistas, todos estaban de acuerdo en Francia, en el momento en que empezó, ayer, en la Asamblea Nacional, la discusión de las reformas aprobadas hace pocos días por el Consejo de Ministros. Se trata de reestructurar la defensa nacional para los próximos seis años.

Por lo demás, el proyecto de ley, que se estima será aprobado, también deja insatisfechos, por unas u otras razones, a los diversos grupos representados en el Parlamento. No es exagerado, como lo hacen los especialistas, hablar de «crisis de la defensa», en Francia y en el resto de los países occidentales. Las naciones que poseen el arma nuclear convienen hoy que la bomba atómica no es la panacea de la defensa de un pueblo, porque más que para atacar, sirve para disuadir, y quienes se apoyan únicamente en la defensa convencional ya no están tan seguros de la fidelidad del «paraguas» americano. De aquí, el «renacimiento» de los ejércitos convencionales, y de aquí, el conflicto que crea la reforma de la defensa propuesta por el presidente: mejora de los medios convencionales, sí, pero: ¿a costa de frenar el programa nuclear? Y, más aún: ¿cuál es la orientación política de la nueva estructuración? Es decir, ¿cuáles serán los eventuales objetivos?

Los gaullistas desconfían, como los socialistas y comunistas, para quienes toda la orientación de la política de defensa tiende a una reintegración gradual de la defensa gala en el dispositivo integrado atlántico. Los créditos afectados por el proyecto de ley, que se empezó a discutir febrilmente ayer, no son claros, y en todo caso, gran parte de los 20 oradores que intervienen en el debate acusan al presidente de favorecer la defensa clásica en detrimento de lo que para los gaullistas su pone la sacrosanta herencia atómica del general. «Es el camino que nos llevará de nuevo a la OTAN, afirma un diputado. En los medios de la oposición no se excluye que el remozamiento del Ejército de Tierra y de su armamento, tenga por objeto fundamental, si llega el momento, «no sólo defender el territorio nacional, sino garantizar el mantenimiento de un tipo de sociedad, en el interior».

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