Ocaña volvió a dar la batalla
En la decimosexta etapa de la Vuelta, Cangas de Onís-Reinosa, se hizo otra selección. Tamames no tomó la salida y Agostinho perdió el maillot amarillo al llegar con casi cuatro minutos de retraso respecto del grupo de cabeza. En la llegada se impuso Thurau, al sprint. Al alemán no se le atragantó esta vez la etapa. Ocaña volvió a demostrar que se encuentra en buena forma, pero no pudo despegar al final a sus principales enemigos ahora: Kuiper, nuevo líder, y a los hombres fuertes de Eusebio Véllez, Nazábal, Pesarrodona y López Carril. El Teka se hundió estrepitosamente en su tierra.
Como se esperaba, hubo nuevo vuelco en la clasificación general de la Vuelta. Agostinho, sin recuperarse aún de su afección gripal, no pudo seguir. el ritmo de Ocaña en el penúltimo puerto de la etapa, Collado de Carmona, de segunda categoría, y en la mieta perdería 3,50 minutos respecto del grupo de cabeza. El portugués, salvo una reacción que parece ya muy difícil, en la subida de Oro, no podrá rebajar tanto tiempo perdido cuando se llegue a la última contrarreloj de San Sebastián. Fue el segundo favorito caído, tras la retirada de Tamames, que no tomó la salida en Cangas de Onís. El salmantino, aunque el día anterior nos aseguró que no había pensado nunca en abandonar, pese a perder tanto tiempo, no quiso arrastrarse ayer también. La lluvia, además, que acompañó casi todo el tiempo a la carrera" iba a estar en su contra. Si con sol había perdido más de veinte minutos, con mal tiempo era inútil salir.Niebla y lluvia
La segunda etapa reina tuvo unas características orográficas muy parecidas a la primera. El puerto de Palombrera, equivalente al del Fito, resultó, eso sí, bastante más suave. La niebla y la lluvia fina dieron sensación de más dureza pero en realidad no fue así. Lo qué sí estuvo claro, igual que el día anterior, fue que la carrera se partió en el primer puerto (le la máxima categoría, Sierra de la Collada, y que las diferencias se fueron haciendo mayores en los tres que faltaban hasta la meta de Reinosa.
En el kilómetro 12, justo cuando empezó a llover, saltaron los primeros hombres del pelotón, Heredia, Balagué, Esparza y Gandarías. Este intento sólo duró un kilómetro. Por el alto de Ortigueiro, único de tercera. categoría, pasó primero Oliva, delante de Abilleira y Mendes. Por cierto, el último puerto en el que puntuaba el líder de la montaña. También acatarrado desde el día de Baza, abandonó al no, poder .respirar ni subir como debía. Oliva, pues, es el nuevo rey.
Cuando se salla de Asturias, en .la. meta volante de Panes, escapó Elorriaga. Sería el primer emisario de Saura en la etapa, sacando fuerzas de flaqueza. En la subida de la Sierra de la Collada atacó Ocaña, e, inmediatamente Fuchs. El suizo, al que en la etapa asturiana no respondieron las piernas, rompió esta vez la carrera. Rodó en solitario más de 30 kilómetros, y la gran jugada para el equipo de Pamplona se hubiese consumado si al cazarle Ocaña ambos hubiesen podido seguir. El conquense, sin embargo, que había dejado clavado al grupo de cabeza en la subida. del alto de la Reserva, de segunda categoría, demostró otra vez que se encuentra en magnífica forma. Fuchs no pudo seguirle más de dos kilómetros. Detrás, en el citado grupo de cabeza, se integraban en esos momentos 18 hombres: ocho de Vélez, es decir, todos menos Santisteban; seis de San Emeterio, Agostinho, Aja, Mendes, Andiano, Esparza y Ventura Díaz, y sólo dos de Saura, aparte de Fuchs y Ocaña: Torres y Elorriaga. Lazcano y Manzaneque estaban totalmente perdidos otra vez, como Cima. La selección era un hecho.
El hundimiento de Agostinho
En la subida del alto de Carmona, penúltimo de la etapa, Agostinho y todo su equipo comenzaron a perder terreno. El portugués acusó su afección gripal y Aja; que no comió a tiempo, tuvo un desfallecimiento cuando estaba a punto de enlazar después de perder contacto con la cabeza. El que volvió a hacer una gran etapa fue Loos. Cuando Luis dejó a Fuchs, el belga, en plena subida, redujo diferencias hasta pasar por la cima con sólo quince segundos de retraso respecto al de Priego. En el descenso se unieron ambos para nada, porque Loos no relevó más que en contadas ocasiones. La verdad es que no tenia más fuerzas. Tras unos 15 kilómetros,con un minuto de ventaja máxima, fueron cazados por el primer pelotón a la mitad del último puerto, el de Palombrera, juez final de la etapa.
En el grupo de cabeza decisivo ya no estaba ningún hombre de San Emeterio. De Vélez: Carril, Pesadorrona y Nazábal. De Saura, -sólo Torres. Del Raleigh, Thurau y Kuiper. Detrás había quedado todo un rosario de corredores. El alemán, que vencio en el sprint final de la etapa comentó sonriente que los puertos de la etapa habían sido más suaves que en la anterior. Aunque Carril quiso lanzar a Nazábal en la última recta, el campeón de España de montaña llegó muy justo de fuerzas y sprintó en un zig-zag descontrolado. De cualquier forma es todavía un firme aspirante al triunfo final. Aún le queda la subida de Oto.
Kuiper, beneficiado
Kuiper, muy astuto siempre, y sin gastar más fuerzas de las justas, es el nuevo líder. Ocaña, que está a veinticinco segundos, se ha visto con seis segundos más de diferencia, al darle al holandés el triunfo en la etapa de Baza, tras la descalificación de Harritz. El conquense tendrá, sin embargo, doble oportunidad: en Oro y en la contrarreloj de San Sebastián. Otro hombre al que no hay que olvidar es Pesadorrona, que está a cuarenta y ocho segundos, y con el que habrá que contar el último día. Si no hubiera sido por la caída que sufrió en la contrarreloj inicial de Estepona, a estás horas tendría el mismo tiempo que Ocaña.
La etapa de hoy
La decimoséptima etapa, Reinosa-Bilbao, de 183 kilómetros, transcurre por cuatro provincias: Santander, Burgos, Vizcaya y Alava. Los corredores tendrán que salvar el Alto de Oquendo, de tercera categoría, y el del Vivero, de segunda, a 19 kilómetrós de la meta.
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