Vallori, un modesto, gran triunfador en Barcelona
La Vuelta sigue animada. A diferencia de años pasados, en cada etapa hay lucha y momentos interesantes. Ayer, en la undécima, Cambrils-Barcelona, de 151 kilómetros, la caída de Tamames nada más cruzar el Collado de Santa Cristina y el «show» del paso a nivel de San Baudilio de Llobregat, que obligó a parar a los corredores, incluido el escapado Vallori, fueron las notas destacadas.
La Vuelta de este año, no cabe duda, se presenta más interesante que en ediciones pasadas. A diferencia de entonces, en que sólo las etapas del norte producían batallas, ahora las hay todos los días, Ayer, sin ir más lejos, con un (tiempo infernal, no tan frío como en Baza, pero con bastante más lluvia, por fin un modesto ganó la etapa. Ya al principio ole la etapa, para que ésta se llenara de despropósitos, el líder de las metas volantes, Verplancke, escapó con intención de vencer en la de Reus. Saltó en el kilómetro 8, a cuatro de la línea. Pero miren por donde, sobre la marcha casi, en vista de que la circulación en Reus no pudo ser cortada, la organización y anuló esa primera meta volante. A Verplancke, nos imaginamos, no le haría ninguna gracía y después de llevar hasta medio minuto de margen, fue cogido en el kilómetro 16. Casi inmediatamente, tres después, hubo otra escapada, y pues,como la etapa estaba al revés, del líder Jacques. Duró sólo ocho kilómetros, pero llegó a tener 1,10 de ventaja con la aquiescencia del pelotón. En los primeros momentos,de la etapa el tren era más vivo, pero a continuación iría cada vez a menos. Jacques, que para colmo ha dado también positivo en el control antidoping por el día que ganó en Almansa, se dio un paseo un tanto absurdo, pero más absurdo fue que el pelotón lo dejara. En fin, sea como fuere, la cuestión es que debía querer mostrar por última vez su maillot antes de ser descalificado.
El primer momento interesante de la etapa llegaría nada más cruzarsei el Collado,de Santa Cristina, de tercera categoría. Nosotros íbamos detrás del pelotón y- como la lluvia empezaba a hacer su aparición, Tamames resbaló en la segunda curva del descenso. Tras unos instantes de lógico descon cierto, el salmantino, con una brecha en la cabeza, aunque no grave, y el maillot roto por detrás, continuó. Le esperaron inmediatamente Berland y Rossiers, uniéndoseles después Balagué, pimero, y Elorriaga, a continuación.
La tentativa buena s e produjo en el kilómetro 82, justo al entrar en la provincia de Barcelona. En tres kilómetros logró más de un minuto; y por la meta volante de Villafranca, sustituta de la de Reus, 3,15.
Pero el verdadero suspense de la etapa todavía faltaba. Al llegar Vallori al paso de nivel de San Baudilio de Llobregat, éste se encontraba cerrado. Los coches nos paramos. Tras abrirse, nosotros seguimos con él, pero los nervios es taban ya a flor de piel. Su director, Rafael Carrasco, casi tenía más tiempo la mirada atrás, por si, venía' el. pelotón, que junto al corredor, A 20 kilómetros de la meta, poco después del cruce de Castelldefells se produjo el hecho que pudo ser bomba. Luis Bergareche mandó parar a Vallori, pues los comisario le habían avisado por radio que el pelotón estaba parado en el paso a nivel. El tiempo que pasó fue exactamente de 3,15 minutos. Se había vuelto a cerrar el dichoso paso y era lo justo, porque además se había acordado que se hiciera tal cosa en caso de suceder, durante una reunión de los directores deportivos de los equipos antes de la Vuelta. En esos momentos, sin embargo, con la posibilidad de ganaruña etapa, no estaban los nervios para eso. Rafael Carrasco, mientras Vallori estaba totalmente tranquilo sentado en el coche, a la, espera, le mandó a su corredor seguir, aun que al día siguiente se fueran de la carrera. Su queja estaba en que no había comisario allí. En fin, no lo lo había, pero sí el director de carrera.
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