Djokovic cede entre silbidos ante su muslo, el dolor y el finalista Zverev
El serbio, que arrastraba un desgarro muscular desde el martes, abandona tras perder el primer set y el alemán disputará la final del domingo contra Sinner
Novak Djokovic resiste lo que da de sí su muslo izquierdo, exactamente 1h 21m, cuando ya ha cedido el primer parcial frente a Alexander Zverev (7-6(5) y el dolor no le permite continuar. Australia despide a su rey entre el murmullo, primero, y algunos abucheos después. El serbio, de 37 años, no se había ejercitado los dos últimos días a consecuencia de la lesión que se produjo el martes compitiendo contra Carlos Alcaraz, pero la abrupta despedida en la red pilla al público de la central a contrapié. Carga el raquetero al hombro el serbio: ¿Se va? Efectivamente, así es. No capturará, por tanto, ese 25º grande jamás alcanzado por ningún tenista; él y la local Margaret Court siguen en tablas. Intercede su rival en el discurso, elegante el alemán: “Por favor, chicos, no abucheéis a un jugador cuando sale lesionado. Sé que pagaron sus entradas... pero Novak ha dado su vida por este deporte durante los 20 últimos años”.
Djokovic aterrizó en el torneo coincidiendo con la publicación de una entrevista en la que denunciaba una conspiración contra él hace tres años, cuando fue deportado del país; después, optó por el silencio a pie de pista tras vencer al checo Jiri Lehecka en los octavos al entender que un periodista de Channel 9 se había burlado de él y los compatriotas que le apoyaban en Melbourne Park; y en última instancia, el balcánico se marcha dolorido y habla resignado. “He hecho todo lo posible para manejar el desgarro muscular, pero al final del primer set empecé a sentir más y más dolor. Lo he intentado…”, desliza a pie de pista a Jim Courier. Luego, en la sala de conferencias, se extiende y dice que de haber ganado esa primera manga igualmente hubiera tenido problemas para continuar sobre la pista.
Hace dos años sufrió un contratiempo de las mismas características —desgarro de tres centímetros antes de empezar a competir—, pero esta vez, dice, ha sido demasiado para él. “Estoy decepcionado y molesto”, admite. “Entonces lo gestioné mejor, pero no me molestaba tanto. Tuve un día extra de descanso y pensé que la cosa iba a ir lo suficientemente bien, pero no ha sido el caso”, apunta; “las lesiones son el mayor enemigo de un deportista profesional. En el pasado tuve que lidiar veces con una situación así, e incluso me ayudó a jugar mejor y a ganar el torneo, pero hoy no ha sido así. A veces juega a tu favor, otras veces no. También depende del otro jugador, de cómo lo esté manejando él también. Esa es la belleza de los deportes de uno contra uno; no hay reemplazo, no te puedes ir una hora ni te pueden sustituir”.
El serbio se dañó la musculatura tres días antes, al hacer una extensión en la red durante el pulso de los cuartos de final contra Alcaraz. Esa noche la medicación le permitió seguir debatiendo y rendir finalmente al español, quien no pudo sacar partido a la circunstancia y puso en duda luego la dolencia del rival: “Alguien que está pensando en retirarse, no juega así después”. Los hechos demuestran ahora que el percance físico era los suficientemente significativo como para impedir al campeón de 24 grandes seguir en el torneo, por lo que no podrá engrosar su casillero ni deshacer el empate histórico con Court. Su último triunfo en un gran escenario data de septiembre de 2023, en Nueva York. A partir de ahí, una presencia cada vez más limitada en la pista y una intervención quirúrgica para reparar el menisco que se rompió durante la última edición de Roland Garros. También, un oro olímpico que culminó una carrera extraordinaria.
Señales físicas
Este viernes, su privilegiada carrocería le envía otra señal. ¿Será esta la última vez de Djokovic en Melbourne? Puede ser, pero a priori no debería ser así, concede él. “No lo sé, es una posibilidad. Quién sabe”, señala. “Tendré que ver cómo va la temporada, pero yo quiero seguir adelante. Me gusta venir aquí, el lugar en el que más éxito he tenido [10 títulos], así que si estoy en forma y sigo motivado, no veo la razón por la que no vaya a venir”, amplía, al mismo tiempo que aprueba su nivel de juego a lo largo de estos días, en los que batió antes del abandono ante Zverev a Nishesh Basavareddy (107º), Jaime Faria (125º), Tomas Machac (25º), Jiri Lehecka (29º) y Alcaraz (3º). Su tenis sigue más que vigente, pero la incógnita reside en saber hasta dónde le alcanzará el físico. El curso pasado se tuvo que retirar de Roland Garros a raíz de la rodilla, pero solo mes y medio después firmó la final de Wimbledon. Jugó 12 torneos, 46 partidos.
Le agradece su colega Zverev, dos del mundo. “No hay nadie a quien respete más en el circuito que a Novak Djokovic. Siempre pude enviarle un mensaje o llamarle cuando las cosas no iban bien. Me ayudó mucho”, aprecia el de Hamburgo, quien tras dos finales perdidas (US Open 2020 y Roland Garros 2024) dispondrá el domingo (9.30) de otra bala para atrapar su primer Grand Slam. Enfrente estará Jannik Sinner, verdugo de Ben Shelton (7-6(2), 6-2 y 6-2). “Le deseo a Sascha todo lo mejor. Se lo merece y estaré animándolo. Esperemos que pueda conseguirlo aquí”, corresponde el de Belgrado, sexto de la ATP y que por ahora no arroja la toalla: “No es que me preocupe ir a cada Grand Slam pensando si me voy a lesionar o no, pero las estadísticas están en mi contra en los últimos años. Me he lesionado bastante y no sé cuál es la razón exacta, pero seguiré adelante; seguiré esforzándome para ganar más Grand Slams. Mientras sienta que quiero aguantar todo esto, aquí estaré”.
El martes, John McEnroe insinuó durante la retransmisión televisiva de la ESPN que las molestias del serbio ante Alcaraz respondían a una estrategia para sacar del partido al español. “No se dejen engañar”, indicó el exnúmero uno. “No he leído de manera detallada lo que dijo, pero lo que puedo decir yo es que siempre es más fácil juzgar y criticar que comprender. Esa es mi lección de vida”, responde ahora Nole, dolido con la reacción final de la grada que le vio triunfar en 2008, 2011, 2012, 2013, 2015, 2016, 2019, 2020, 2021 y 2023. “La gente vino aquí, pagó las entradas y esperaba una pelea, pero no la consiguieron. Desde esa perspectiva, lo entiendo. Intento al menos entenderlos, no sé si ellos me entienden o quieren entenderme”, expone en unas declaraciones recogidas por el medio serbio Sport Klub; “sé lo que siento, cuánto le he dado a este torneo durante los últimos 20 años. Así que voy a parar ya [de hablar] para no continuar en la dirección equivocada…”.
SINNER, EN LA LÍNEA DE JIM COURIER
El número uno del circuito, Jannik Sinner, tuvo que sortear los apuros del primer set ante Ben Shelton para certificar después su acceso a la final. El italiano evitó la doble opción que tuvo el estadounidense para hacerse con la manga inicial, y luego voló: 7-6(2), 6-2 y 6-2 (2h 36m).
Sinner, de 23 años y defensor del título, repetirá en la final tras la conquista del año pasado, cuando alzó en Melbourne su primer major. Y es, según precisa la ATP, el más joven que encadena dos finales desde que lo hiciera Jim Courier entre 1992 y 1993; en ambas ocasiones, el estadounidense batió a Stefan Edberg.
Él tenista de San Cándido y Zverev se han cruzado hasta ahora en seis ocasiones, y el alemán manda por cuatro a dos.
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