Djokovic abdica en Roland Garros por la rodilla y cede el trono mundial a Sinner
El serbio, que sufrió un desgarro de menisco en los cuartos frente a Cerúndolo, renuncia a competir contra Ruud y habilita al italiano, debutante en lo más alto
Advertía Novak Djokovic la noche anterior que no las tenía todas consigo, que este martes examinaría la rodilla que se lastimó durante el partido de octavos de final contra el argentino Francisco Cerúndolo y que, tal vez, no saltaría a la pista el miércoles para disputar los cuartos. El serbio, de 37 años, ganó en cinco sets, agonía del segundo al cuarto, hasta que hizo efecto la medicación y escapó; sin embargo, el “desgarro del menisco medial” sufrido en la articulación no le permitirá continuar en este Roland Garros que se había traducido en una cuestión de sufrimiento para él, demasiado rato a remolque. No seguirá Nole, así que progresa directamente a las semifinales el noruego Casper Ruud y el tenis masculino encumbra al nuevo rey, el italiano Jannik Sinner. El de San Cándido, de 22 años y campeón este curso en Australia, desbanca al de Belgrado y ya disfruta de las vistas desde el ático de la ATP por primera vez.
A media tarde de este martes, la organización del grande francés comunicó el alcance de la lesión y la despedida del torneo del balcánico, ganador de 24 grandes y que defendía el título conquistado el año pasado. “Obligado a retirarse” tras el diagnóstico de la resonancia magnética, según precisó la nota. Djokovic, que había llegado con “una ligera molestia” a París, según contó en la sala de conferencias, había abandonado el recinto la noche anterior dolorido y contrariado, sin saber si podría continuar y apuntando al mal estado de la pista, expuesta durante una larga semana a la lluvia y la humedad de París. “No estoy culpando a nadie, pero me he hecho daño”, afirmó. “Sí, gané y sobreviví, pero, ¿podré jugar el siguiente partido? No lo sé. No conozco la gravedad de la lesión. ¿Se podía haber prevenido? Posiblemente sí, si hubiera cuidado un poco más la pista durante el set”, afeó al torneo, después de haber protestado varias veces a la juez de silla y al supervisor, a raíz de varios resbalones.
“Me he jodido la rodilla”, expresó en mitad de la acción. “Todo lo que pido es que barran los fondos de la pista. ¿Es demasiado pedir?”, continuó Nole, que desembarcó en el major parisino entre dudas y con un perfil relativamente bajo; en concreto, “con bajas expectativas y grandes esperanzas”. Quería dejar atrás el serbio las malas sensaciones de un curso en el que no ha celebrado ningún título y en el que más allá de las semifinales alcanzadas en Australia y las de Montecarlo, su rendimiento ha sido muy discreto. Está pero no está, de algún modo. Aun así, fue capaz de sobreponerse a dos situaciones muy peliagudas en las dos últimas citas, después de haber resuelto sin apuros los compromisos ante Pierre-Hugues Herbert y el español Roberto Carballés. El pasado sábado cerró a las tres de la madrugada el pulso con Lorenzo Musetti, dirimido en cinco sets, y el lunes resistió a Cerúndolo pese al dolor en la rodilla.
“En un momento dado, no sabía si seguir o no”, transmitió. Pero las pastillas, matizaba, le ayudaron a continuar y a jugar la última manga con relativa “normalidad”. Terminado el efecto de los narcóticos y efectuada la revisión posterior, el balcánico ha optado finalmente por abandonar, por lo que no podrá deshacer el día 9, fecha de la final, el empate histórico de majors que comparte con la australiana Margaret Court. Más allá del impacto instantáneo de su decisión, que dibuja un nuevo y atractivo escenario en un torneo que comenzó ya sin un favorito claro, el percance abre interrogantes de cara a su participación en Wimbledon —a partir del 1 de julio— y también en los Juegos que se celebrarán este verano en París —a partir del 26 del mismo mes—. Con la vitrina de trofeos y de récords más que repleta, el oro olímpico es uno de los escasos premios que se le resisten, y repite que no le gustaría cerrar su carrera sin alcanzar ese último logro. El tratamiento de las próximas semanas, pues, dictaminará si está o no en disposición de hacerlo.
Sin grandes contratiempos a lo largo de su trayectoria, salvo unos problemas en el codo que le obligaron a pasar por el quirófano en 2018, Nole tan solo renunció una vez a jugar —París-Bercy 2011, por el hombro derecho— y se ha retirado 14 veces.
Si la mala fortuna de esta temporada hacía presagiar un desenlace complicado para él en París, su relevo, Sinner, lleva tiempo reuniendo méritos para sentarse en el trono. El presente físico del italiano tampoco es excesivamente positivo —renunció a competir la semana previa a Roland Garros en Roma por unos persistentes problemas en la cadera—, pero sigue progresando (6-2, 6-4 y 7-6(3) a Grigor Dimitrov) y luce ya como el primer jugador de su nacionalidad, ya sea hombre o mujer, en la cúspide del circuito. Ahora dispone de una renta de 895 puntos sobre Djokovic que podría aumentar en el caso de que supere en las semifinales a su próximo adversario, Carlos Alcaraz (6-3, 7-6(3) y 6-4 a Stefanos Tsitsipas). Su poderoso tenis ha ido abriéndose paso hasta coronarle por primera vez, tras haber ganado 13 títulos en la élite; destaca por encima de todos el último Open de Australia, acompañado de dos Masters 1000 (Canadá 2023 y Miami 2024) y una regularidad sin igual desde octubre. Pelirrojo, longilíneo (1,88), maduro, inconformista y educado, el tirolés, prototipo moderno, es la nueva referencia de un deporte que definitivamente ha pasado de página.
Lo que no pudieron lograr los rivales estos días, lo ha conseguido la rodilla. Acostumbrado a prevalecer sobre los daños que haya podido ir sufriendo su cuerpo, Djokovic cede el paso.
BECKER: “ES UNA LESIÓN GRAVE Y NO DESAPARECERÁ MAÑANA”
Boris Becker dirigió a Djokovic entre 2013 y 2016, en una alianza que proyectó una de las versiones más dominantes del serbio. El alemán, por tanto, conoce a fondo las particularidades del tenista y recibió con preocupación la noticia.
“Ya tuvo problemas en la rodilla en los últimos torneos, pero nunca habló de ello. Obviamente, es algo muy amargo para él. Le deseo una pronta recuperación para que pueda estar en forma para la gira sobre césped, aunque es una lesión grave, y no desaparecerá mañana. Eso me deja un poco sin palabras”, comentó en Eurosport, canal para el que trabaja como comentarista.
“En la hierba las rodillas son fundamentales, porque te resbalas todo el tiempo. Una rotura del menisco medial es grave y surge la pregunta natural de si es necesaria o no la cirugía”, analiza el exnúmero uno, de 56 años y campeón más joven de Wimbledon (17 en 1985), mientras el tiempo ya corre en contra del jugador. Djokovic dispone de tres semanas y media antes del inicio del grande londinense.
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