Alcaraz sortea el viernes de los decaídos

En este viernes aparentemente liviano, los cuchillos vuelan por las pistas asiáticas. Los sortea Carlos Alcaraz, de estreno en Pekín, pero no así el griego Stefanos Tsitsipas ni el canadiense Felix Auger-Aliassime, dos talentos en horas bajas que siguen desinflándose sin que medie demasiada explicación. O tal vez sí: en el tenis, la cabeza vale tanto o más que el mejor de los golpes. Ni uno ni otro atraviesan por sus mejores días –desorientado el primero e irreconocible el segundo– y ambos son interceptados en el inicio de la competición, mientras la jornada también se lleva por delante a Iga Swiatek en Tokio, constatando que a la polaca (6-2, 2-6 y 6-4 frente a Veronika Kudermetova) le queda poquita gasolina en el tanque y que acusa la pérdida del trono en favor de Aryna Sabalenka. El curso es interminable y duro, pero Alcaraz, depurado tras veinte días de paréntesis, dice haber ahorrado munición.

“Quiero jugar bien aquí para acercarme al número uno. He trabajado bien y confío en conseguir buenos resultados de aquí a final de año”, advertía antes de la puesta en escena, que depara una intervención correcta y sin excesivos sobresaltos: 6-4 y 6-3, en 1h 36m. Después de un primer parcial algo descontrolado, cuestión más o menos lógica en una reanudación, Alcaraz se pone firme y resuelve ante el alemán Yannik Hanfmann, que venía con un rodaje considerable; los triunfos contra Dusan Lajovic y Miomir Kecmanovic en la fase clasificatoria anticipaban un hueso duro de roer, pero el murciano se endereza en los instantes delicados y ejerce contundencia en el tramo final. Así que se las verá el domingo con el italiano Lorenzo Musetti, verdugo de Karen Khachanov (6-3, 1-6 y 6-2).

En esta primera aparición en las pistas asiáticas, a Alcaraz le falta agudeza en la definición, que no mordiente. Se granjea hasta 16 opciones de break, de las que valida cinco. Contestatario, Hanfmann atina en dos de tres. Aun así, sin que haya brillos, el español se abre paso y espera que este sea el primer episodio de un próspero recorrido en el continente. “Ojalá venga muchos años por aquí y pueda crear mi propia historia”, responde el de El Palmar, de 20 años. “He tenido tiempo para ajustar cosas y poder jugar en las condiciones de China, con un huso horario diferente. Siempre es complicado. El haber ganado en dos sets me da mucha confianza. Yannick [53º del mundo] estaba jugando muy bien y tiene grandes golpes, así que he tenido que estar muy concentrado”, valora.

Alcaraz registra así su primer triunfo en Asia y el 59º de la temporada, más que ningún otro jugador. Comienza con buen pie, pues, la estampida en dirección al reinado de Novak Djokovic, sentado el serbio en el trono desde su triunfo en Nueva York. Nole descansa, el español vuelve a la carga y progresan en el mismo escenario contendientes de peso como Daniil Medvedev (6-2 y 6-1 a Tommy Paul), Jannik Sinner (6-4, 6-7(2) a Daniel Evans) o Alexander Zverev (6-7(2), 6-1 y 6-4 a Diego Schwartzman, y citado este sábado con Alejandro Davidovich); sin embargo, la noticia está en la doble eliminación de Tsitsipas y Auger-Aliassime. El griego (25 años) no consigue enderezar el volante y sigue perdiendo fuelle, mientras el canadiense (23) continúa en caída libre y se descuelga de la zona noble.

Extraño caso el de este último. Cuando parecía adquirir el vuelo definitivo para conseguir asentarse entre los más fuertes, acusa el reventón físico y anímico que padece desde que cayera contra Alcaraz en Indian Wells. A partir de ahí, lesiones, contratiempos, ocho tropiezos en primeras rondas y un balance global que refleja más derrotas (16) que victorias (15) en este 2023 que le ha quitado el aire. No gana dos partidos seguidos desde marzo. En esta ocasión le rinde el danés Holger Rune (doble 6-4) y lo que se avecina por delante le obliga a reaccionar, porque de lo contrario el descenso sería aún más preocupante. El año pasado completó un otoño espectacular, al encadenar los títulos de Florencia, Amberes y Basilea (superior aquí a Alcaraz) antes de la Copa de Maestros, en la que batió a Rafael Nadal, por lo que la bolsa de puntos que defiende es muy significativa.

Tsitsipas, por su parte, va camino de meterse en un lío si no rectifica a tiempo. Superado por Nicolás Jarry (doble 6-4) en esta última aparición, ha caído en cinco de los siete últimos partidos que ha disputado y desde la gira de tierra no ha tenido mayor alegría que el trofeo obtenido en un escenario de perfil bajo como Los Cabos (ATP 250). Se despidió rápido de Nueva York, renunció recientemente a jugar la Laver Cup por lesión y justo antes cedió ante Alex Molcan en el compromiso de la Copa Davis con Grecia. Ahora, la presión de los perseguidores le exige un buen rendimiento durante el próximo mes y medio para no comprometer su acceso a la Copa de Maestros de Turín. A rebufo le aprietan Zverev, Rune y Taylor Fritz, por lo que debe subir otra vez la guardia para no perder el sitio.

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