Petón: “Si no hubiera fútbol, no entendería la vida”
El exfutbolista revela cuál fue su gran golpe de suerte y una hermosa historia alrededor de un autógrafo cuando tenía 15 años
José Antonio Martín Otín, Petón, exfutbolista y consejero delegado de la empresa de asesoría deportiva Bahía Internacional, cuenta que entró por primera vez en un campo con ocho meses, en brazos de su padre. Está convencido de que el fútbol crea adicción: “Y, como en el amor, cuando te retiras, te quedas con lo bonito”.
Pregunta. ¿Cuáles son sus selecciones favoritas?
Respuesta. España, Francia, Brasil. Por este orden.
P. Saque al seleccionador que todos llevamos dentro. ¿A quién echó de menos?
R. A algún centralón de los de toda la vida que mande en los bombardeos ante equipos que jueguen a gorrazos desde su campo.
P. ¿Alguna vez pidió un autógrafo?
R. Muchos y a los mismos, siempre jugadores del Atleti. Y cuando tenía 15 años le pedí uno a una actriz que se llamaba Luisita Esteso, tía de Fernando Esteso. Había quedado con mi madre en una cafetería y vi a unos tíos de veintipocos borrachos vacilando a una mujer muy mayor. Le decían: “¡Háganos un baile! ¿No decía que era actriz?”. Muy humillante. El camarero nos dijo que ella se llamaba Luisita Esteso y que era actriz de comedia. Yo pedí un papel y un boli, me acerqué y dije: “Perdonen, ¿es usted Luisita Esteso?”. Ella respondió que sí y le pedí un autógrafo. Los chavales se quedaron callados. Ella me puso: “A José Antonio, que tengas mucha suerte. Tu amiga, Luisita Esteso”.
P. ¿De quién le hubiera gustado tenerlo?
R. De todos los personajes fascinantes de la historia, claro. Cada autógrafo son 10 segundos de conversación si eres avispado.
P. ¿Messi o Maradona?
R. Para el fútbol, Messi; para la historia, Maradona.
P. Tres cosas que sepa de Qatar.
R. Algunas más, pero casi todas empiezan con un “no está permitido”. Mal asunto. Creo que Qatar no solo quiere hacer una exhibición turística, quiere convertirse en la potencia islámica por antonomasia. Plantear una guerra económica, una batalla cultural.
P. Última vez que le colaron un gol.
R. He dejado poquísimas veces la puerta a cero, pero ahora me golean poco. Tengo que agradecérselo a Jep Gambardella [el protagonista de la película La gran belleza]: “Llega un momento en el que uno aprende a no perder el tiempo haciendo cosas que no quiere hacer”.
P. Un gol en propia puerta, algo de lo que se arrepienta.
R. No caben en 50 líneas mis autogoles.
P. Y un gol en el 90: su gran golpe de suerte.
R. Cuando decidí aceptar la oferta del Huesca, que parecía la peor. Gracias a esa decisión pude ser futbolista profesional y profesional de la radio a la vez. Y aún más: encontré mi lugar en el mundo.
P. ¿Cuál fue su primer partido en el campo? ¿Quién le llevó o a quién se llevó?
R. Me llevó mi padre al viejo Metropolitano. En primavera. Yo tenía ocho meses.
P. ¿Cuál es el mejor partido que ha visto?
R. Con ojos de niño, todo más imponente, un 3-0 del Atlético de Madrid al Cagliari de Gigi Riva. Cuartos de final de la Copa de Europa.
P. ¿Alguna vez se escaqueó de algún compromiso por el fútbol?
R. Nunca me he escaqueado del fútbol por un compromiso. O casi nunca.
P. El sitio o las circunstancias más raras en las que ha consultado el marcador de un partido de fútbol.
R. En la República Centroafricana, con el cura Aguirre en Bangassou tras la invasión de los selekas y tres días antes del estallido de la última guerra civil, junto a Juan Luis Cano y Mónica Grandes. Era un Atleti-Getafe.
P. Del Bosque- Luis Enrique. ¿1, X o 2?
R. Dos. Más difícil lo de Lucho. Si hubieras puesto en el partido a Luis Aragonés…
P. ¿Alguna superstición antes de salir al campo? ¿Rituales para las grandes ocasiones?
R. Un chocolate con churros (contraindicación total) con mi Javier Camarón, que ya se fue. Y desde hace un tiempo va conmigo a las finales el carné de socio del Atleti de mi padre. Hemos ganado seis y perdido dos. La cosa va bien.
P. Le pilla fuera de juego…
R. Participar en las redes sociales.
P. Le haría la ola a…
R. Vivir el metaverso.
P. Pide la hora al árbitro cuando…
R. Siento, físicamente, que estoy perdiendo el tiempo.
P. Tres momentos que recuerde de los Mundiales.
R. El gol de Fernando Torres a Ucrania en 2006; el gol de Iniesta en Sudáfrica, el gol sobrenatural de Sanchís padre a Suiza en 1966. Y Maradona driblando, Pelé inventando, Banks volando, Milla bailando, Jairzinho rezando…
P. Complete la frase: Si no hubiera fútbol..
R. No entendería la vida. No hay nada mejor que jugar, ni mayor emoción que marcar, ni mayor lealtad que la del vestuario. No hay nada mejor.
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