Musiala en el camino de España
El interior de Alemania, de 19 años, es el mayor talento de todos los rivales que enfrenta ‘la Roja’ en el grupo E
Cuando Jamal Musiala recibe un balón suele dar la impresión de estar desequilibrado. A punto de trastabillarse. Los académicos puristas que abarrotan las escuelas de fútbol de campos de moqueta acusan a estos muchachos de no saber perfilarse. Musiala destroza los manuales. No los necesita. Mucho debieron sospechar de su estampa desordenada cuando en 2019 el Chelsea le permitió que dejara la cantera para marchar al Bayern. Ahora que cumplió 19 este flaco engañoso no solo se ha transformado en un maestro en el arte de resolver problemas con el primer toque. Se ha convertido en el jugador más prometedor de Alemania. La gran esperanza de que la selección más laureada de Europa no caiga en la vulgaridad.
Libra por libra, España no se topará con un adversario más dotado en el desfiladero que conduce a los octavos de final a través del Grupo E.
“¡Musiala es un jugador tan bueno…! ¡Yo nunca he compartido vestuario con un jugador de tanto talento”, dice Marc Roca, el mediocentro del Leeds que coincidió con el joven prodigio durante su estancia de dos años en el Bayern. “Musiala puede jugar de mediocentro, de interior, de extremo derecho, izquierdo, de delantero, de mediapunta… Golpea con la izquierda, con la derecha, siempre mete goles… Físicamente parece débil pero no para de correr. Y tiene un regate que es lo mejor que tiene. Parece que se va a caer pero nunca se cae, y parece que se la quitan pero pam-pam, siempre recorta y encuentra el hueco”.
“Es un superdotado”, sentencia Roca. “Una locura de jugador por habilidad e inteligencia, más que por potencia. Sabe lo que tiene que hacer en cada momento y a pesar de su juventud es muy maduro. Pienso que será uno de los mejores del mundo”.
Lo vio Roca y, sobre todo, lo vio Hansi Flick. El actual seleccionador de Alemania se ocupó de convencer a Musiala de que se nacionalizara alemán cuando en junio de 2020 le subió al primer equipo del Bayern. El futbolista, hijo de una alemana y un inglés, tuvo dudas. Pero optó por permanecer en el continente, para disgusto de Gareth Southgate, el seleccionador de Inglaterra. Cuando Flick dimitió como entrenador del Bayern en 2021 lo hizo a sabiendas de que en su nuevo destino se reencontraría con un arsenal futbolístico en potencia.
“Es una delicia verlo jugar”, dijo Flick antes de viajar a Qatar. “Tiene esa soltura con la pelota para superar situaciones de presión; y a pesar de su corta edad tiene gol y una gran resolución. Contra Holanda lo coloqué de mediocentro defensivo y también fue sobresaliente. Es tan completo que nos viene muy bien”.
Los jugadores de la selección de Alemania se preguntan si tantas expectativas no quebrarán la determinación y la calma con que Musiala parece afrontar este Mundial. Su juventud inspira asombro y prudencia en el vestuario de la Mannschaft, en donde solo los jugadores del Bayern parecen seguros de que aguantará lo que le echen. “Jamal no es un diamante en bruto”, juzga Manuel Neuer, el capitán. “Está pulido. Vale oro, en la selección y también en el Bayern. Es clave. En el Mundial va a poder marcar las diferencias”.
Japón, que con su dinamismo alcanzó los octavos del Mundial de Rusia, y Costa Rica, un equipo que hace de la defensa una doctrina, serán los otros rivales de España. Un cóctel peligroso. Una mezcla que no admite distracciones cuando Alemania se incluye en el proceso.
El partido del próximo martes ante Costa Rica marcará el límite entre la armonía y el estrépito en la fase de grupos española. Pero será el encuentro del domingo 27 ante Alemania el que reunirá todos los elementos de gran duelo mundialista. Para un aspirante a la final como España pocos adversarios podrán provocarle más insatisfacciones que esta Alemania en formación que sienta las bases de la era Musiala.
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