Jorge Martín y Pecco Bagnaia, un cara a cara definitivo de buen rollo por el título de MotoGP

Jorge Martín y Pecco Bagnaia dirimen estos días su segundo y apretado duelo consecutivo por el Mundial de MotoGP, un cara a cara al límite en el que han logrado evitar, siempre, el conflicto dentro y fuera de la pista. Hace una década, cuando ambos coincidieron en las literas del camión del equipo Aspar en Moto3, jamás se hubieran imaginado que estarían luchando de tú a tú por el título. Más todavía a lo largo de dos temporadas seguidas, con un total de 80 carreras disputadas bajo el nuevo formato de sprints el sábado. El español y el italiano han construido una rivalidad muy competida pero constructiva, obligándose el uno al otro a mejorar cada día para mantenerse en la pomada.

Sin antagonismos, partiendo en todo momento del respeto mutuo, se han situado a un nivel superior al resto de la parrilla sin colisionar sobre el asfalto o en la sala de prensa. También este jueves en Montmeló, escenario del GP Solidario de Barcelona que servirá para recaudar fondos para Valencia, la tónica cordial del enfrentamiento se mantuvo a las puertas de una resolución que puede llegar este mismo sábado. Al contrario que antaño, Martín lo tiene todo de cara con 24 puntos de ventaja. Con dos puntos más que Bagnaia en la sprint —una victoria o un segundo puesto por delante del italiano le bastaría, entre otras muchas combinaciones—, será campeón antes de que llegue la carrera definitiva del curso el domingo. “Quizás Pecco me puede dar algún consejo, porque él estaba donde estoy yo ahora el año pasado”, bromeaba el piloto del Pramac.

Ni la presión de compartir la mejor moto de la parrilla, una Ducati que ha ganado 18 de los 19 grandes premios disputados hasta ahora, ni las expectativas por este nuevo duelo han agrietado una relación ejemplar entre ambos. Junto a parejas, familiares, miembros de sus equipos y otros trabajadores del Mundial, Martín y Bagnaia hasta comparten fotos recientes en el carrete de su móvil. Se les puede ver sonrientes y distendidos entre bastidores durante las sesiones fotográficas realizadas con Kuala Lumpur y Barcelona de fondo para vestir este trepidante desenlace de campeonato.

“Nos conocemos desde muy pequeños, y fuimos muy buenos amigos en el pasado. Aunque ya no tenemos una relación tan cercana, nos llevamos bien. Tenemos una bonita batalla para la historia, como vimos el último domingo de carreras. Podemos hablar de ello y disfrutarlo, nos ha tocado vivirlo juntos”, opinaba Martín al respecto. “Una rivalidad sana como la nuestra es quizás algo nuevo y positivo para el campeonato”, aseguraba Bagnaia cuando le preguntaron sobre otros duelos más intensos como los de Rossi, Lorenzo, Márquez y compañía en su día. “Puede sonar extraño, pero me alegraré si Jorge se lleva el título, porque le conozco muy bien y desde hace muchos años. Creo que es un gran piloto y se lo merece”, remataba el actual número uno.

Aunque MotoGP ha tildado la ocasión como una “revancha”, es un sentimiento que ni uno ni otro comparten. El defensor de la corona dice que no tirará de juegos mentales ni se saldrá de su proceder habitual a pesar de que necesita agitar el gallinero y que se sumen a la fiesta otros pilotos. En mayo, Bagnaia ganó el domingo en el Circuit de Barcelona-Catalunya por delante de Martín, pero el tercer clasificado, Marc Márquez, quedó a 10 segundos de ambos.

Jorge Martínez Aspar, que como es lógico lleva semanas con la cabeza en Valencia, la sede de su equipo y escuela de campeones, sigue observando a sus dos pupilos con los mismos ojos que en 2015 y 2016. “Bagnaia es más reposado, y Martín de sangre caliente, pero se ha ido puliendo y ha madurado muchísimo estos dos últimos años”, cuenta el excampeón de 125cc. El piloto de San Sebastián de los Reyes, que se lleva un año con el tricampeón turinés, ha reconocido en más de una ocasión que su excompañero fue en muchos momentos un referente en el que fijarse. “Siempre sentí que iba a la estela de Pecco en mi trayectoria. Yo llegué a Moto3 cuando él ya estaba, luego subí a Moto2 cuando él venía de ser campeón y luego tardé unos dos años, pienso, en ponerme a su nivel en MotoGP”, comentaba. “Es fantástico haber alcanzado el nivel y haber luchado de tú a tú con él, estar aquí disfrutando del momento y luchar por el título”.

Tan colegas como siempre alejados del asfalto, ambos contendientes se despidieron con una amplia sonrisa y un abrazo antes de retarse por última vez esta temporada. Solo hubo un momento en este cara a cara definitivo en el que Bagnaia sí puso más presión de la esperada a Martín, cuando dejó escrito que el madrileño debería pedirle matrimonio a María, su pareja, si finalmente gana el título. “Eso me mete más presión que cualquier jugarreta en la pista”, concluyó entre risas.