El voley playa, del adiós a Pablo Herrera a una pareja femenina de futuro
El castellonense se retira a los 42 años tras caer en cuartos, la misma ronda en la que cede el prometedor dúo de Daniela Álvarez y Tania Moreno
Bajo la imponente silueta de la Torre Eiffel, el voley playa depara una de las imágenes más icónicas de los Juegos de París. Un improvisado recinto al aire libre, de gradas que se tambalean con las sacudidas del público, se levanta a los pies del monumento, y sobre una clara arena cuatro jugadores se baten en saltos, palmeos, mates y estiradas en medio de un ambiente de vacaciones de verano.
Por la tarde, el sol ilumina el partido de Daniela Álvarez y Tania Moreno, la primera pareja femenina que pisa los cuartos olímpicos en el voley playa español. Caen eliminadas ante las canadienses Melissa Humana y Brandie Wilkerson por 21-18 y 21-18, y dicen adiós con una mezcla de sentimientos, el orgullo por pisar una nueva estación, pero también la rabia por el partido que se escapa “por detalles”.
Por la noche, cuando la Torre Eiffel se enciende, saltan Pablo Herrera y Adrián Gavira, los viejos rockeros, 42 años y seis Juegos ya el primero, 36 años y cuatro citas olímpicas su compañero. También ceden en cuartos, ante los potentes noruegos Anders Mol y Christian Soerum, por 21-16 y 21-17 en 37 minutos.
Para las dos parejas españolas es el fin de trayecto. Para Pablo Herrera, algo más. El castellonense se despide desde el centro de la playa, la mano en el corazón. Es su adiós a los Juegos y dentro de un mes se retirará de la competición oficial. “Hay otra vida después del deporte”, afirma la gran referencia del voley playa español, plata en Atenas 2004 junto a Javier Bosma, una trayectoria de 21 años como profesional, 15 de ellos junto a su inseparable Adri, y 39 medallas en la vitrina. “Le he agradecido todos estos años. Ha sido increíble estar a su lado”, cuenta Herrera tras el encuentro sobre Gavira; “siempre hemos creído en nosotros. La marca Herrera-Gavira es que por mucho que nos decían que estábamos mayores y nos daban por perdidos, siempre nos hemos repuesto y aquí estamos, diploma olímpico en París”.
“Tenemos sensaciones amargas, no hemos sabido marcar los detalles, pero orgullosas de todo el camino olímpico”, explica Tania Moreno, 22 años, igual que Daniela Álvarez, ambas en su estreno olímpico. “No lo voy a negar, quería más, una medalla para España. Es muy bonito lo que Tani y yo hemos hecho, estoy muy orgullosa. Ha sido muy especial mostrar el mundo nuestro juego, quiénes somos, y ojalá jugar estos partidos en un sitio tan icónico como París traigan más aficionados para seguir creciendo”, añade emocionada Daniela Álvarez. “Tienen un potencial enorme, el futuro depende de ellas”, asegura el seleccionador, Fran Marco. Atrás queda ya la Torre Eiffel. Próxima estación, Los Ángeles 2028.
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