El fenómeno viral de Cat, la famosa mascota del Barcelona que conquista a una nueva generación

Desde que apareció en el escenario del Liceu el 29 de noviembre de 2024, en plena celebración del 125 aniversario del FC Barcelona, no ha dejado de multiplicarse: presente en los entrenamientos, partidos, celebraciones, actos institucionales, contenidos audiovisuales. Incluso ha saltado de la órbita azulgrana para dejarse ver como invitado en el Gran Premio de Catalunya de Fórmula 1. Es Cat, la mascota del Barça. Un gato culé, sonriente, nacido de la silueta del escudo de la mano de los hermanos Grangel, que se ha convertido en un fenómeno viral, sobre todo entre los más jóvenes. Lo suyo no es una moda fugaz y va más allá de las redes sociales, donde acumula millones de seguidores. La semana pasada, su primer peluche —5.000 unidades— voló en nueve minutos, dando pie, incluso, a una reventa que triplicó su precio original de 35 euros.

“No esperábamos este exitazo de Cat. Ha triplicado el escenario más optimista. Y el peluche, ya imaginamos que sería el producto estrella. Pero de ahí a hacer sold out en nueve minutos…”, admite orgullosa Paloma Mikadze, directora del Área de Identity y Barça Media 360, donde surgió el proyecto de la mascota. La idea, explica, venía gestándose desde hacía años: “Queríamos crear una mascota que, por su comportamiento, su manera de formar parte de la comunidad, crease una conexión con las nuevas generaciones”.

El club detectó un cambio generacional, una manera diferente de consumir las marcas por parte de los más jóvenes, y necesitaban una nueva forma de comunicación. “Había que explicarles lo que es el Barça, hablarles en un idioma que entienden y fidelizarlos”, señala Mikadze. Pero la apuesta no era sencilla. “Fue una decisión complicada, porque es muy arriesgada: es más probable que salga mal que salga bien. Para llegar a tomar la decisión, presentarla y que la aprueben, igual estuvimos un año con brainstorming, búsqueda, análisis de escenarios…”, añade.

La búsqueda de diseñadores fue clave. El Barça quería un “proyecto local” con una “proyección internacional”. Ahí es donde entraron en juego los hermanos Grangel, Carlos y Jordi, fundadores de Studios Grangel en 1995 y reconocidos por trabajar con DreamWorks, Warner Bros, Sony o Universal Pictures en éxitos como Madagascar, Kung Fu Panda o La Novia Cadáver. Avalados, también, con un Oscar por Pinocchio. “Son culés, catalanes y tienen un conocimiento infinito. Entendieron perfectamente lo que buscábamos. Y no hubo ningún momento de duda”, recuerda Mikadze, que agradece el trabajo de los hermanos y la buena sintonía de trabajo.

Ellos tampoco la tuvieron: tras reuniones, ideas, y con los valores del Barça, escudo y colores como guía, bucearon en la historia del club, jugadores, pasado y futuro hasta llegar a los animales de Cataluña. Entre ellos apareció Cat: el gato montés del Montseny, autóctono. Evitar parecidos con felinos ya icónicos del mundo animado era esencial, y entonces vieron que la cara del animal y del escudo cuadraban. Presentaron 100 páginas de creaciones, con casi un centenar de poses del gato. Hubo otros bocetos, otras ideas, pero Cat siempre estuvo ahí. Cuando Mikadze llevó tres propuestas finales a presidencia, no hizo falta defender nada: Cat se impuso solo.

La presentación durante el 125 aniversario fue el trampolín perfecto. El arraigo entre la afición llegó solo, sin forzar la estima por la mascota. Su cuenta oficial, Catculer, supera ya los 1,3 millones de seguidores en Instagram y los 1,7 en TikTok, donde acumula más de 18,5 millones de likes. “La comunidad ha hecho a la mascota suya. Las redes sociales eran un punto muy importante, y se ha creado una comunidad muy implicada, con una gran interacción”, explica Mikadze.

El merchandising —tazas, camisetas, calcetines, gorras…— no tardó, aunque Cat no nació como un objetivo comercial. “Es un activo de marca”, aclara Mikadze. La intención, explica la responsable de Barça Identity, es “crear un universo que expanda y amplifique a Cat a nivel emocional”. Y pone un ejemplo: el peluche. Su creación ha sido larga, con diferentes prototipos hasta encontrar el definitivo que representase a Cat y cumpliese con la calidad esperada. En noviembre lograron la versión final, y la semana pasada se lanzaron las primeras 5.000 unidades, que se agotaron en tiempo récord. Otra remesa de 5.000 llegará antes de Navidad, a partir del 18 de diciembre aproximadamente.

El futuro mira lejos. “Cat tiene un plan de expandirse muchísimo más. Queremos globalizarlos, siempre manteniendo las raíces catalanas. Pero amplificado este universo. En Asia —donde el Barcelona se marchó de gira de pretemporada—, por ejemplo, lo adoran”, explica Mikadze. La pregunta sobre quién está bajo la piel de Cat seguirá sin responderse. El club guarda silencio; quieren que la protagonista sea la mascota y lo que simboliza. Lo que sí aseguran es que nada se deja al azar, cuidando los detalles alrededor de Cat y con muchos equipos de trabajo implicados. “Hasta cualquier movimiento de la mascota está controlado”, apunta Mikadze.

Hoy, Cat ya no es solo una mascota: es un símbolo de identidad, un guiño generacional y un personaje que ha entrado con decisión en el imaginario culé.