El Sevilla respira a costa de un Osasuna desastroso fuera de casa
Un gol de penalti de Vargas rompe la racha de tres derrotas consecutivas de los andaluces


El Sevilla obtuvo una victoria valiosa. No tanto por las formas, mucho más por el sufrimiento que padeció en el tramo final ante el acoso de Osasuna y por lo que suponen los tres puntos. Nada más y nada menos que romper una racha de tres derrotas consecutivas. Osasuna tiene pinta de pasarlo mal este curso. Es cierto que gozó de una clara ocasión para empatar, aunque Odysseas le tapó el camino del gol a Raúl, pero también lo es su desastroso rendimiento fuera de casa. Tan solo ha obtenido un punto y ha anotado un gol lejos de Pamplona en siete partidos. El peor registro de la competición. Y eso, siendo malo, no es lo peor.
Es un equipo que no sabe bien a lo que juega y que padece una falta de fútbol tremendo. Tuvo arrestos, eso sí, para pelear hasta el final por el empate, pero sus decisiones en el campo rival fueron todas erróneas. Por ejemplo, la falta al borde del área en la última jugada que Moncayola estrelló contra la barrera después de un pésimo lanzamiento. Ganó, por lo tanto, el Sevilla. Y su afición lo celebró a lo grande, consciente de la importancia de los tres puntos. Un penalti de Moi a Juanlu avisado por el Var a Miguel Ángel Ortiz anotado por Vargas definió el choque. Hubo poco fútbol en Nervión, aunque sí mucha emoción en el tramo final.
No es ninguna casualidad que el Sevilla y Osasuna atraviesen por un mal momento. Hay poco fútbol en el cuadro andaluz, en plena mala racha, huérfano de dos referentes por su experiencia como Azpilicueta y Alexis Sánchez. Con un doble pivote con Mendy y Sow, fuera Agoumé también tocado, el Sevilla apenas sabe qué hacer con el balón. Volvió Almeyda al sistema de tres centrales y su equipo apenas carburó, con un primer tiempo bastante discreto. Solo Vargas, esta vez por el centro en lugar de la banda, intentó dinamizar algo el juego de un equipo muy alicaído. Osasuna apenas pasó por problemas. Se defendió con cierto orden, aunque apenas lo intentó en ataque. Es un equipo por hacer. Lisci, su entrenador, programa salidas con el balón jugado desde atrás y sus futbolistas extrañan la táctica. Sin Budimir, lesionado, su fútbol en ataque fue un espejismo.
Con tan escasa finura por ambas partes, no debió extrañar que no se produjera ni un disparo entre los tres palos de ambas porterías en un primer tiempo de escaso fútbol y llegada. Akor, el delantero sevillista por la lesión de Isaac Romero, apenas inquietó. Vivió en continuo fuera de juego (hasta cuatro en el primer acto).
Herrera realizó un paradón a Akor en la primera jugada del segundo tiempo. Un buen contragolpe del Sevilla pilló descolocado a Osasuna. En el saque de esquina siguiente, Moi golpeó a Juanlu. El Var avisó a Ortiz Arias, que decretó penalti. Lo transformó Vargas y el Sevilla se puso por delante. Pudo empatar Raúl, pero es evidente que no es Budimir. Odysseas realizó una gran parada también. A partir de este instante, ni el Sevilla supo matar el partido al contragolpe ni Osasuna traducir en peligro su gran dominio territorial. Lisci colocó a Catena de delantero centro y envió un montón de balones al área. Ninguno fue rematado por peligro. La ausencia de fútbol del conjunto navarro es realmente inquietante. Con Osasuna volcado y el Sevilla defendiendo con uñas y dientes su uno a cero se llegó al final del encuentro. El sufrimiento valió la pena para los locales. Los visitantes rumiaron su falta de talento. Son 10 puntos menos los que llevan los navarros con respecto al curso pasado. Fuera de casa son un auténtico desastre.
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