Maheta Molango, presidente del sindicato de jugadores de Inglaterra: “En el fútbol, sin arraigo local no tienes nada”
El exCEO del Mallorca afirma que la saturación del calendario es el tema nuclear y reflexiona sobre el equilibrio entre el sentimiento de comunidad en los clubes y un negocio global


Hacia dónde se dirige el mundo del fútbol es el tema nuclear que ocupa el tiempo de Maheta Molango hoy en día. El presidente de la Professional Footballers Association (PFA) —el sindicato de jugadores y jugadoras de Inglaterra—, también exCEO del Mallorca, no tiene dudas de que la saturación del calendario, con cada vez más torneos y más y más partidos, supone un riesgo para la salud de los jugadores. “Es que los datos dicen que es así. Los que toman decisiones tienen que plantearse si lo que queremos es un fútbol donde Rodri, siendo Balón de Oro, está lesionado; donde Phil Foden no puede rendir porque juega demasiado; o donde Lamine Yamal, que es patrimonio no solo del Barça y de España sino del fútbol mundial, con la edad que todavía tiene ya sufre lesiones. Hay que decidir si ese es el fútbol que queremos, que es una consecuencia directa de jugar demasiado, o si queremos un fútbol donde reservemos la calidad, donde menos es más”, sintetiza Molango, de 43 años, en una entrevista con EL PAÍS el pasado jueves en Madrid en el World Football Summit.
Nacido en Suiza, de madre italiana y padre congoleño, Molango pasó por las categorías inferiores del Atlético, pero no llegó a explotar en el fútbol profesional. Se licenció en Derecho y desde 2021 preside la PFA y forma parte del Consejo de FIFPRO, el sindicato mundial de futbolistas que el año pasado presentó una denuncia contra la FIFA en Bruselas ante la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea —encargada de garantizar que las empresas compitan en condiciones justas y equitativas en toda la UE— al entender que su papel como regulador del fútbol mundial y a la vez organizador de competiciones internacionales supone un conflicto de intereses. “Pusimos la demanda porque ellos deberían ser los padres del fútbol. No fue un ataque hacia la FIFA. Hay que buscar una solución global, y el único ente que lo puede hacer es FIFA. Esperamos que eso nos permita llegar a una negociación y tener un sitio en la mesa que no tenemos”, añade Molango.
La denuncia se presentó por un calendario atiborrado que ha movilizado a los sindicatos de fútbol de todo el mundo. “Hemos perdido la perspectiva, porque ya no es solo un tema de que los jugadores estén más o menos cansados, es un tema que afecta a la calidad del producto fútbol. La escasez tiene un valor. Navidad está bien porque es una vez al año. Si Navidad fuera cada viernes, ya no sería lo mismo”, razona. Molango pone como ejemplo el Mundial de Clubes que la FIFA organizó el pasado verano en EE UU y que llevó a algunos futbolistas a disputar más de 70 partidos al año, como el extremo del PSG Bradley Barcola. “Cuando hablas con los jugadores que participaron, te dicen que las condiciones no fueron buenas. Los campos eran campos de césped improvisados, campos secos, el balón no corría… Yo he hablado con jugadores, que me han dicho, de verdad, que había momentos que no podían respirar. Jugaron en unos horarios, que si te pones a jugar en Miami a las tres de la tarde, es que si te cuesta como aficionado, imagínate como jugador... A los que no les importa la salud de los jugadores deberían pensar en la calidad del producto. Están sufriendo ambas cosas”, opina.
El mandamás de la PFA insiste en transmitir el mensaje de que la saturación del calendario no es un problema solo de jugadores que militan en los equipos más ricos. “Esos privilegiados encontrarán un nuevo club, seguirán con su carrera. Sin embargo, las ligas menores que pierdan ingresos en beneficio de otras competiciones que se creen no lo van a recuperar. El debate no está enfocado donde tiene que estar enfocado. El dinero que va a una competición no va a otra. ¿Cómo conseguimos que la pirámide, que es algo a lo que en Inglaterra se da mucho valor, se conserve?”.
El debate sobre la multiplicación de encuentros ocurre también en otros deportes bajo el mismo telón de fondo: la explotación comercial impulsada por los derechos de televisión que generan más y más millones cuantos más partidos se disputen y se emitan por la tele. Esa estrategia comercial también está detrás del empeño de Javier Tebas, presidente de LaLiga, por llevar el Villarreal - Barcelona a Miami el próximo 20 de diciembre. También la Seria A va a dar el paso al irse a Australia. “En el fútbol, sin tu arraigo local, tú no tienes nada. Yo me he dado cuenta porque he estado en los dos lados, primero como dirigente de club y ahora al otro lado viendo la foto más grande. Yo soy aficionado de la Sampdoria, y lo seré siempre, porque estoy con un escudo, un estadio, un himno… Ese aspecto casi religioso que tiene el fútbol tiene que ver con esa comunidad local, pero al mismo tiempo no podemos dar la espalda al hecho de que vivimos en un mundo global, de que también el aficionado que vive fuera tiene derecho a tener acceso a sus ídolos. Es un equilibrio que hay que encontrar entre el arraigo local, que sin él no hay nada, y la realidad de que vivimos en un mundo global”, reflexiona Molango, que asegura que le faltan elementos para poder dar una opinión formada sobre el plan de Tebas, que a principios de octubre recibió a regañadientes el aval de la UEFA.
La Premier League, sin embargo, es la liga de fútbol más rica del mundo y no se plantea llevar sus encuentros fuera de Inglaterra. ¿Por qué? “Por cosas intrínsecas de la propia Premier. Primero, por el idioma, porque la gente quiere escuchar a sus ídolos en su propio idioma. Es algo muy potente. Segundo, el tema de la Commonwealth. Todos los territorios que han sido excolonias inglesas tienen una relación histórica con Inglaterra que España no tiene. Eso es muy importante, y ese concepto de Commonwealth hace que la Premier, de forma natural, tenga mercados, además mercados potentes, que Francia no tiene, que España no tiene, que Italia no tiene. El tercer elemento, que me di cuenta viviendo ahí, es la mentalidad que la gente tiene en los estadios de no contemporizar, de no manejar los tiempos de un partido. Ahí das todo. Y la afición no acepta que tú, como jugador, manejes un partido. Si lo das todo, te cansas, cometes errores, eso hace que haya más goles. ¿Por qué hay goles en el minuto 90 en Inglaterra? Porque el aficionado no te va a permitir que tú en el minuto 70 te regules o que pierdas tiempo. Esa pasión hace que ese producto sea extraordinario”.
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