

La demoledora rutina de Mbappé tumba al frágil Kairat
El Real Madrid supera al conjunto kazajo impulsado por los tres goles del francés, que ya acumula 13 tantos en nueve partidos


Pase lo que pase, el Real Madrid tiene a Kylian Mbappé en modo destructor. Si el equipo tiene una tarde de borrón como la del Metropolitano, el francés acierta con su único tiro, si le toca jugar en el fin del mundo contra un rival de los que históricamente han invitado a los blancos a sestear, a él se le dispara el apetito. Así que se fue de Almaty con tres goles y un pequeño alivio después del disgusto del sábado contra el Atlético. La contundente victoria contra el Kairat no endereza nada del batacazo contra el Atlético, pero evitó más dudas con un ejercicio solvente contra un equipo más voluntarioso que otra cosa.


El Kairat apenas fue una salida furiosa y efímera. Una llamarada desde el saque inicial. Patearon a la frontal, prolongaron de cabeza y Satpayev, la joya de la cantera de 17 años que se mudará al Chelsea en enero, se encontró a solas con Courtois, cabeceó muy blandito y dejó el balón en los brazos del belga. Solo habían transcurrido 10 segundos. Los kazajos confiaron todo a lo que les aguantara el pie en el acelerador desde que giraron la llave de arranque. Poco menos de un minuto después, Jorginho tiró fuera, y luego sacaron otro disparo lejano que bloqueó la defensa. El arreón inicial pilló al Madrid sin los pies aún plantados en la hierba. El Kairat apretaba arriba y al Real le costaba hilar juego.
Pero el equipo kazajo, novato en el gran escenario de la Copa de Europa, es un artefacto de combustión rápida, un destello fugaz. En cuanto perdió el punto de agitación máxima, el Madrid atrapó el balón y el paisaje se transformó en lo que se esperaba, un monólogo del gigante ante un rival aguerrido e ilusionado.
Su talla limitada invitó a Xabi a algunas modificaciones en el once. David Alaba empezó un partido por primera vez desde abril, en los cuartos de final de la Champions contra el Arsenal. También salió Fran García, en su segunda titularidad desde la llegada de Carreras. Valverde tuvo su primer descanso completo y entró Ceballos a organizar situado en la base al lado de Tchouameni. Tampoco inició Bellingham, y eso permitió a Güler regresar al centro, por delante del español y el francés, y desde ahí desplegó su mejor catálogo de giros, pases filtrados y llegadas al área. Ceballos tocaba, amasaba, movía y el turco picaba.
También se enganchó a la rueda combinativa Mbappé, que tuvo una primera fase en la que se descolgaba a pisar la zona del mediapunta. Desde ahí, encontraba en profundidad a Fran García, a Güler, y con una espuela dejó solo ante el portero a Vinicius, que la echó fuera con el exterior. El brasileño sigue impreciso, como si hubiera perdido la sensibilidad fina de sus pasos de baile: a menudo un toque de más, un tropiezo, y un saco de pérdidas.
El camino lo abrió la fe de Mastantuono, que persiguió un mal toque de cabeza de un defensor, alargó la pierna, tocó la pelota y cayó en el área arrollado por el portero. Otro penalti que convirtió Mbappé, infalible este curso desde una distancia que le torturó al comienzo del pasado con dos errores muy próximos en momentos clave. Pero el francés es ahora otro futbolista, un tipo implacable, demoledor.
Clínico desde los once metros, y también a la carrera. Después de muchos minutos de monólogo infructuoso, el siguiente golpe nació en un despeje de Courtois desde su área. Mbappé voló al otro lado del campo y al verse ante Kalmurza picó la pelota con suavidad para dejarla en la red. En ese toque se vio toda la distancia de afinado entre el francés y Vinicius, que había desperdiciado una jugada casi idéntica en la primera parte.
También se apreció la distancia en el juego de pies con Rodrygo, que sustituyó al 7 en la izquierda y se deslizó como un patinador entre un bosque de rivales hasta asistir de caño a Mbappé, que completó su triplete. Lleva 13 goles en nueve partidos con el Madrid esta temporada. Con el Kairat derretido tras un breve episodio de rebeldía en el que el VAR les quitó un penalti, Rodrygo jugaba como en el parque. Arrancó otra vez, inasible, y desde la línea de fondo asistió a Camavinga, que marcó de cabeza. Brahim completó la goleada después de una asistencia de Gonzalo, justo antes del pitido final.
En pleno duelo, el Madrid cumplió bajo el influjo de Mbappé, pero la goleada en Almaty es poco más que un número. La siguiente prueba seria le espera el sábado en el Bernabéu, con la visita del Villarreal, tercero en la Liga después de un gran comienzo.
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
32
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0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
33
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0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
34
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0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
35
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0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
36
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0 | 2 | 0 | 0 | 2 |
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
1
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6 | 2 | 2 | 0 | 0 |
2
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3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
3
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3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
4
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3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
5
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3 | 2 | 1 | 0 | 1 |
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