La irrupción de Jesús Rodríguez, el joven extremo del Betis que recuerda a Joaquín

De Alcalá de Guadaíra al campo del Calavera hay 20 kilómetros. Apenas media hora en coche hasta Sevilla desde la cercana ciudad alcalareña por la A-92. Las vías del AVE con dirección a Madrid rodean el campo del histórico equipo del fútbol local de la capital de Andalucía. En el Calavera y su equipo concertado con el Betis, de categoría juvenil, empezó a llamar la atención Jesús Rodríguez, quien a sus 19 años se ha convertido en una de las grandes revelaciones del conjunto bético e incluso de LaLiga. En una competición donde Lamine Yamal y Nico Williams reivindican el fútbol desde los extremos, Jesús sigue su senda desde Heliópolis. Titular indiscutible en el Betis de Manuel Pellegrini, el sábado le espera su primer partido grande ante el Madrid (18.30, Movistar LaLiga).

La historia de Jesús comienza en el Campo de las Beatas de su Alcalá de Guadaíra natal. En la plaza dedicada a Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP de Ermua asesinado por ETA en 1997 y bajo una foto del joven político, Jesús le dio sus primeras patadas a un balón. Su padre Cristóbal, bombero de profesión, llegó a entrenarlo hasta que un día decidió parar para no perjudicar a su pupilo. Entonces se cruzó el Sevilla en su camino. Jesús, simpatizante del Sevilla en la infancia, vio frustrado su sueño de progresar en la cantera sevillista cuando lo cortaron en su último año en categoría infantil. Jesús no se rindió. Se marchó al Nervión, otro equipo clásico del fútbol local sevillano. Y de allí lo fichó el Betis.

“Es un futbolista diferente, de los que cada vez es más difícil de ver. Tiene descaro, velocidad y potencia. Se le notaban esas características en el cadete del Nervión, cuando lo firmamos”, afirma a este diario Miguel Calzado, el director de fútbol formativo del Betis. “Su primer año en el juvenil C, en Liga Nacional, no estuvo demasiado bien. Fue en el Calavera, en su segundo año, cuando dio un paso adelante increíble”, añade Calzado. Allí, bajo la atenta mirada de técnicos como Manolo Díaz, presidente del Calavera y de sus 18 equipos, con 379 fichas de jugadores y técnicos, Jesús fue avanzando a pasos agigantados. “Era flaquito, así que como solemos hacer con los futbolistas de nuestra cantera con proyección le sometimos a un plan de musculación. Desde su etapa en el juvenil fue conociendo lo que es el gimnasio. Además de su calidad innata, tiene una genética estupenda para asimilar el trabajo de musculación”, añade Calzado.

La genética que le da su madre, Noelia, a la que es calcado físicamente. También la de su hermano, Juan, de 16 años, y también jugador del Betis, delantero del segundo equipo juvenil. La familia Rodríguez tiene un sueño y es la de ver a los dos hermanos jugando en el primer equipo del Betis, como los hermanos Williams en el Athletic.

Jesús ha jugado 15 partidos este curso con el Betis y ha anotado un gol. Tiene contrato hasta 2029 y una cláusula de rescisión de 60 millones. En estos momentos, disfruta de un salario aceptable en la primera plantilla a pesar de su juventud. Eso sí, el Betis está obligado a subirle el sueldo si llegan ofertas por más de 20 millones de euros que el club verdiblanco decida no atender.

El 14 de octubre de 2000, un Joaquín Sánchez de 19 años debutaba con el Betis ante el Universidad de Las Palmas en Segunda División. Todo el mundo en Sevilla ha establecido un rápido paralelismo entre la leyenda verdiblanca, que se retiró en 2023, y el joven de Alcalá. Los dos son extremos, juegan por la derecha, son canteranos y tienen una enorme calidad. “El exceso de azúcar con Jesús no es bueno”, analiza Manu Fajardo, director deportivo del Betis. “A Jesús le queda mucho camino por delante para ser Joaquín. Debe seguir dando pasos poco a poco”, añade Fajardo.

“La irrupción de Jesús recuerda a la de Joaquín hace 25 años, sin duda. Ambos son extremos, pero Jesús es más potente y juega a pierna cambiada. Joaquín era más técnico, más habilidoso y empezó a romper por el centro en su etapa en el Málaga, precisamente con Pellegrini”, aclara Calzado. “Condiciones le sobran, es potente, tiene buena técnica... Compararlo con Joaquín, a esta altura de su carrera, es una audacia, a pesar de que físicamente las dos se parecen un poco y tienen ciertas características parecidas. Más que compararlo hay que apoyarlo,”, afirmó el propio Pellegrini cuando se le preguntó por Jesús en comparación con Joaquín en la previa del duelo ante el Getafe.

Familiar y con la cabeza centrada, Jesús revisa junto a su padre todos los partidos que disputa con el Betis. “Es un futbolista muy centrado, bien educado, y tratamos de que la presión que se está creando en torno a él no le afecte. Ahora está casi obligado a destacar miércoles y domingo junto a jugadores como Antony o Isco. No es fácil”, proclama Calzado.

“Tiene la mirada de los buenos”, afirma un técnico del club. Y muy bueno tiene que ser para convencer a un entrenador como Pellegrini, del gusto de jugadores consolidados y de trayectoria. “Manuel (Pellegrini) es muy exigente y no regala nada. Jesús subió al primer equipo siendo el rey de la cantera. Y ha necesitado su tiempo para romper la puerta y ser titular en el Betis”, aclara otro miembro de la dirección deportiva bética. Es la hora de Jesús. Como su admirado Neymar, lo tiene todo para alcanzar la gloria del fútbol.