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La afición del Valladolid vuelca su enfado en el desaparecido Ronaldo

El presidente pucelano se ausenta en una nueva prueba de la escasez de recursos para el milagro que busca Cocca en el colista de Primera

Jude Bellingham (centro) rodeado de jugadores del Valladolid.
Jude Bellingham (centro) rodeado de jugadores del Valladolid.Diego Souto (Getty Images)
Juan Navarro

Mbappé se ancla en el césped, cruza los brazos sobre el pecho y celebra otros tres tantos en su buchaca, su primer hat-trick desde que juega en el Real Madrid. Cuánto se envidia la opulencia, futbolística y económica, en la casa del pobre. El Real Valladolid sucumbe ante un Real Madrid a pocas revoluciones, sin necesidad de apretar salvo cuando la estampida ofensiva huele la sangre del débil Pucela, presa ideal para engrosar estadísticas. La víctima observa, paralizada, el atropello, sin armas para responder y con su hastiado público más pendiente del palco que del verde porque el espectador ha asumido que hay lo que hay. Abajo saben que no hay remedio, salvo que arriba se activen y le traigan efectivos a Diego Cocca, contratado para una milagrosa permanencia. El técnico ruega en sala de prensa y con sus acciones desde el banquillo que le traigan balas para la escopeta de feria que le han puesto en las manos. De momento, varias salidas, más rumores de fugas y cero altas. Mal negocio para ni asustar al líder más que con dos ocasiones iniciales, amago de esperanza para la hinchada al poco rato devuelta a la realidad por el 9 rival, dorsal que otrora lució el hombre más mencionado del estadio.

Real Valladolid VAD
0
Mario Martín 89'
Real Madrid RMA
3
Kylian Mbappe 29', 56', 90' (p)
Finalizado

Sí, en el adversario de hoy jugó antaño el criticado Ronaldo, presidente invisible del Pucela, a quien su pueblo le canta “¿Dónde está el presidente, el presidente dónde está?”, porque no le ven ni el pelo ni el mando: el brasileño se ha desentendido de Zorrilla, más pendiente de aspirar a la Federación de fútbol de su país que de resucitar al colista. El astro del balompié se llevó varias alusiones mayoritarias y rotundas. “¡Ronaldo vete ya!”, el más coreado; de fondo, “¡Fuera de Zorrilla, ya no te quiero…!” y alguna lindeza; “¿Dónde está el dinero… el dinero dónde está?”, pues la afición no comprende por qué de las múltiples ventas de su mandato no quedan remanentes para armar una plantilla digna; el general “¡Directiva dimisión!”; el orgulloso “¡Pucela somos nosotros!” y, de fondo, un cartel diciendo “Directiva y cómplices dimisión”. Muchos aficionados han lucido carteles amarillos y chalecos del mismo color para pedir el adiós de Ronaldo, que reconoce sin ambages su afán por vender la entidad pero sin noticias.

El Real Madrid paseaba por Pucela con Courtois quedándose frío en el islote de su área, quizá escuchando las consignas de la grada. “¡Catoria es un inútil, es un inútil!”, se cantó, pues Domingo Catoira, director deportivo del club blanquivioleta, no ha traído a nadie en lo que va de mercado invernal pese a la insistencia de Cocca, necesitado de titulares, suplentes o lo que caiga. Sí han salido De la Hoz, Meseguer y Juma Bah, sin reemplazo para sendos centrocampistas y un defensa; tampoco hay lateral izquierdo específico. Esta concatenación de ausencias conllevan que el Real Valladolid, meritorio colista, haya tirado de dignidad para tratar de detener las embestidas de ese oponente a distancia sideral tanto en las finanzas como en los rendimientos deportivos. Entre las penurias locales, más desgracias para culminar el sábado: el VAR marcó un penalti de Mario Martín, canterano blanco, que salió expulsado por doble amarilla. El transatlántico francés se encargó de anotar el definitivo tercer gol, triplete particular porque las estrellas de este negocio nunca pierden momento para demostrar su hambre y por qué valen lo que valen y cobran lo que cobran. Aun a costa de un rival blandengue que mira al sueño de la permanencia día a día, semana a semana, más como quimera que como objetivo real. Para esa guerra necesitan soldados y luego, cuando se cierre este mercado que en Zorrilla se vive como una subasta. El único vallisoletano contento, el niño que se llevó la camiseta de Courtois. Los aficionados del Real Madrid trataron de levantar los ánimos hundidos de sus rivales de Valladolid: “Pucela es de Primera, es de Primera”. De momento.

Marcos André (izquierda) lucha el balón con Raúl Asencio.
Marcos André (izquierda) lucha el balón con Raúl Asencio.Diego Souto (Getty Images)

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
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