El Girona empieza por Blind
El zaguero, de 34 años y con un desfibrilador implantado, rival hoy del Real Madrid, es la raíz del juego colectivo
En el verano de 2022, Daley Blind (Ámsterdam; 34 años) había visitado las instalaciones del Girona y solo le faltaba estampar la firma, convencido por la oportunidad de jugar en la Liga. Pero, de repente, una llamada del Bayern le hizo cambiar de opinión, vuelo hacia Baviera y no Cataluña. La decisión, sin embargo, pronto se le torció; apenas contaba con oportunidades y minutos en el equipo germano. Entonces fue Míchel el que, con argumentos futbolísticos y una extensa llamada de Zoom, le convenció. “Le hablé de la manera de jugar, de la construcción del juego, de la importancia que tendría en la estructura porque su timing es perfecto y porque hace mejor a cualquier jugador que le envuelve”, explica Míchel. Al colgar, Blind tenía claro cuál sería su nuevo destino. “Me emocioné cuando hablé con el técnico sobre el estilo de fútbol y el club”, confirma, dichoso por ser el principio del juego colectivo del equipo, también por ser un fijo cuando a su llegada existían recelos sobre su papel, habida cuenta de la edad y el desfibrilador que lleva de serie. Blind, hoy rival del Madrid, sonríe.
Hace unas semanas, Ben Foster —un exportero internacional inglés que estuvo en el United y Birmingham entre otros—, acudió a la ciudad deportiva para hacer un reportaje para su podcast y se acercó a Blind. La conversación, más o menos, fue así:
—”En manga corta, con sol, buenas instalaciones… ¡Esto es el paraíso!”, le soltó el inglés.
—”Y con ambiente familiar, buena comida, buen fútbol y golf”, contestó el holandés, que el año pasado se animó a tomar clases particulares junto a Aleix Vidal y David López.
Blind vive con su mujer, la bailarina Candy-rae Fleur, y sus hijos Lowen, Lemae y Ledger, en una casa de la lujosa urbanización Camiral Golf & Wellnes del campo de golf PGA. Por ahí se mueve en un buggy que alquila anualmente. “Siempre está con una sonrisa”, le definen desde el vestuario; “pero en el campo, solo quiere ganar”. Algo a lo que está habituado desde niño, exigencia inherente a su apellido. Tanto es así, que el futbolista, desde que llegó a Girona, pronto se olvidó del rol secundario que había tenido en el Bayern o en su último curso en el United: volvió a agudizar su sentido competitivo, ese que le hace poner cara de malas pulgas cuando no sale de la partida, como ocurrió tras el duelo inaugural de la Champions ante el PSG. “Había que verlo…”, sisean desde el vestuario.
La necesidad de demostrar es algo que le viene de cuna a Blind, ya que su padre, Danny, es el tercer futbolista con más partidos en la historia del Ajax. Se le acusó de entrar a la cantera con cuatro años por enchufe y replicó siendo escogido el mejor jugador de la base en 2007. Se le tildó de flojo cuando lo ascendieron al primer equipo —se tuvo que ir cedido al Groningen—, se le silbó en los primeros partidos en 2012 con Martin Jol porque, decían, jugaba porque su ayudante era el padre del jugador, y respondió con el premio al mejor de la Eredivisie un par de años más tarde.
La vida, sin embargo, le pondría realmente a prueba en 2019, cuando en un partido de Champions con el Ajax y ante el Valencia sufrió unos mareos que le costaron descifrar. Fue en el hospital cuando el doctor le dijo que había sufrido un paro cardíaco, cuando Blind respondió a la familia que si existía la posibilidad de volver a jugar, lo haría. Y así fue, por más que en agosto de 2020, entonces en un amistoso ante el Hertha, se desvaneciera sobre el césped. Experiencias que le mantienen alerta, como cuenta en el documental Daley Blind: Never Stand Still. “La preocupación nunca desaparece por completo, pero tuve muchas conversaciones con un coach mental, con mi equipo médico y mi esposa. No me enviarían de regreso si no estaban convencidos”, resuelve. Y ahí está, en el Girona descontando rivales con el pase.
“Es un jugador importantísimo porque el que recibe su pase en la siguiente línea lo hace en el momento adecuado y con ventaja”, reseña Míchel, que acompaña las palabras con hechos; Blind jugó el curso pasado 3.213 minutos —el quinto que más, tras Gazzaniga (3.420), Miguel, Aleix García y Savinho— y en este es el sexto, con 1.197, de nuevo líder el portero (1.800). Desde el camerino apuntan: “Ha jugado muchos partidos en la élite y necesitamos su experiencia y su entendimiento del juego. Con el balón en los pies construye muy bien y facilita el trabajo de los demás”.
Cuentan desde el vestuario que Daley tiene muchísima ascendencia sobre el grupo, aunque todavía no se expresa fluidamente en castellano por más que haga clases semanalmente con un profesor que le facilita el club. Tesis que corroboró Ronald Koeman el curso anterior cuando se acercó a Girona para hablar con el jugador y convencerle de abandonar la selección. Así, ya solo se dedica al Girona del mismo modo que, deslizan desde el club, se entrega con fruición a las charlas con Míchel. Esas que le dirán que hoy el juego ante el Madrid comienza desde sus pies.
Clasificación
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
6
MLL
|
24 | 15 | 7 | 3 | 5 |
7
OSA
|
23 | 15 | 6 | 5 | 4 |
8
GIR
|
22 | 15 | 6 | 4 | 5 |
9
RSO
|
21 | 15 | 6 | 3 | 6 |
10
BET
|
20 | 15 | 5 | 5 | 5 |
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
1
BCN
|
34 | 15 | 11 | 1 | 3 |
2
RMA
|
33 | 14 | 10 | 3 | 1 |
3
ATM
|
32 | 15 | 9 | 5 | 1 |
4
ATH
|
26 | 15 | 7 | 5 | 3 |
5
VLL
|
26 | 14 | 7 | 5 | 2 |
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