_
_
_
_
Marsella MAR
0
Amine Harit 19'
PSG PSG
3
João Neves 6', Leonardo Balerdi 28' (pp), Bradley Barcola 39'
Finalizado

Pablo Longoria: “El Olympique es un miembro más de muchas familias marsellesas”

El español, de 38 años, presidente de uno de los clubes más pasionales de Europa, afronta este domingo el partido más importante del año contra el Paris Saint Germain

El presidente del Olympique de Marsella, Pablo Longoria, fotografiado en las instalaciones del club, el 22 de octubre.
El presidente del Olympique de Marsella, Pablo Longoria, fotografiado en las instalaciones del club, el 22 de octubre.Samuel Sánchez
Daniel Verdú

Marsella es una ciudad compleja, multicultural y, a veces, profundamente herida por sus desigualdades. Un norte pobre y un sur rico, cuyas diferencias se disuelven casi únicamente en una especie de catalizador emocional para la ciudad. El Velódromo, el estadio del Olympique funciona como una extraordinaria zona franca en la que convergen todas las caras de Marsella. Especialmente cuando se acerca el partido más importante del año, el Clásico, como también lo llaman los franceses, que enfrenta al Olympique contra el PSG. Una rivalidad atávica que, sin embargo, encuentra puntos de unión hoy en su propuesta futbolística, comandada por dos aventureros como Luis Enrique y el italiano Roberto De Zerbi, que ha dotado al OM de un juego coral y ofensivo.

El responsable de esta revolución, para añadir más ingredientes al cocktail, es un tipo joven, de Oviedo, bigote y perilla de filósofo que aprendió el oficio —aunque suene extraño— jugando a ser director deportivo con el PC Fútbol. Un chico, entonces, con una especial sensibilidad para captar el talento en el fútbol que creció como ojeador en equipos como el Villarreal, el Recreativo de Huelva o el Newcastle, y se consolidó en el Sassuolo o la Juventus. En 2021, con 34 años, Longoria pasó directamente de la dirección deportiva del Olympique —propiedad del magnate estadounidense Frank McCourt—, a ser el presidente más joven de un club de fútbol europeo. “Claro que me influyó jugar al PC Fútbol y aquellos juegos durante horas”, recuerda sentado en su despacho, donde a través de las ventanas resplandecen los campos de entrenamiento de la ciudad deportiva del OM.

La probeta de Longoria encuentra este domingo un buen termómetro en el encuentro contra el PSG. El fútbol de ambos equipos desmiente hoy la vieja idea del fútbol anárquico y atlético de la liga francesa, apretada los puestos de mando de la clasificación, que se reparten ambos equipos y el Mónaco. “El nivel táctico ha aumentado muchísimo en los últimos años y la calidad del espectáculo es superior al de otras ligas en Europa. Hay que vivirla para entenderla”, explica. “Aquí existe todavía una sensación de que se puede jugar al fútbol todo el día. El sistema permite que el fútbol de proximidad, de barrio, de base sea un engranaje de la formación. La libertad que tiene el jugador todavía para intentar determinadas acciones hace que explote más ese talento que en países como España, donde todo está estructurado en torno al juego”, insiste en su despacho de la ciudad deportiva, desde donde puede verse a los empleados recortar el césped de los campos de entrenamiento.

La figura de Longoria encarna también un cierto exotismo en Marsella. ¿Un ovetense de 38 años presidiendo un club casi tribal como el OM? “La ciudad lo acepta porque Marsella está hecha de muchas nacionalidades y de la búsqueda de un equilibrio. Y esa apertura forma parte de su manera de ser”, apunta. Pero también una personalidad volcánica y ciclotímica, difícil de dominar cuando las cosas no van bien. El año pasado el club terminó octavo, alejado de las competiciones europeas. Y, sobre todo, de lo que Longoria había planeado. Cuatro entrenadores distintos y una decepción en la grada difícil de gestionar.

Tocó cambiar radicalmente y buscar ingresos (el déficit se ha reducido drásticamente y las entradas por patrocinio han aumentado un 70% desde su llegada). También buscar un nuevo proyecto. “La idea era dar estabilidad a través de un entrenador que fijase un plan muy claro con el fútbol en el centro”, explica entrecortando las frases con silencio y mezclando a veces el español y el italiano. “Y al mismo tiempo es una cuestión de cultura y valores alrededor del equipo, desde el propietario hasta el último de los empleados. El año pasado quizá hubo una visión más de corto plazo, de intentar clasificarnos para Champions, y fuimos hacia ese perfil de jugador que nos podía dar eso, pero hubo un distanciamiento. El nivel de identificación entre club y lo que veíamos en el campo no encajaba”.

Longoria, fotografiado el 22 de octubre.
Longoria, fotografiado el 22 de octubre.Samuel Sánchez

La respuesta a la crisis, con enfrentamiento incluido con los ultras, fue el italiano Roberto De Zerbi: uno de los entrenadores más codiciados e innovadores de Europa, señalado por Pep Guardiola como uno de los grandes, que había hecho una buena temporada con el Brighton. Pero el técnico de Brescia exigía un ambiente de trabajo y una confianza determinadas. “De Zerbi ya era contracultural en Italia o Inglaterra. Pero es así porque tiene una fuerte identidad, y también un componente de genialidad. Como club hay que crearle el campo de cultivo para que pueda expresarse con total libertad. En verano de 2022 ya pensamos en él y tenía ofertas de muchos clubes europeos”. Longoria comenzó a picar piedra y después de una videollamada de cinco horas —hablamos de por qué nos gusta el fútbol y de Marsella— logró convencerle.

El Olympique es un animal extraño en el fútbol. En muchos aspectos se parece al Nápoles, aunque su presidente prefiera compararlo al Boca Juniors o a la Roma, “por la pasión del entorno”. Pero es el único club de la ciudad y la referencia deportiva de casi todas las familias. “El club forma parte de la ciudad, y eso quizá es difícil de entender en ciudades españolas, donde generalmente hay dos o más equipos. Aquí el segundo equipo deportivo es el hockey hielo. El Olympique fagocita tantos fenómenos aquí, pero también el interés deportivo: es como un miembro más en muchas familias. Puede gustarte o no el fútbol, pero casi todo el mundo tiene una relación con él. Y eso no se puede crear, pero es tu responsabilidad alimentarlo. ¿Cómo? Vínculos simbólicos. Por ejemplo, hacemos una campaña en la que cuando nace un niño siempre recibe una pieza de ropa del equipo, para que cada marsellés sea del Olympique desde el primer día. O las iniciativas para rehabilitar campos”.

Marsella (861.635 habitantes) es la segunda ciudad en población de Francia, pero también es el lugar donde se entremezclan algunos de los barrios más pobres del país. Hay un cierto orgullo de clase en la lucha futbolística contra la capital que se vive de una forma única en el Vélodrome. “Hay pocos partidos en Europa que generen tanta pasión. Es ese sentimiento de pertenencia del marsellés, es jugar en casa contra la capital. Y forma parte de tu ADN, porque puedes hacer sentir orgullosa a tu gente. Y a nivel deportivo, claro, es un partido que nos puede dejar en lo alto de la clasificación”. También consolidar a Longoria como uno de los grandes gestores del fútbol europeo.


Clasificación

Clasificación PT PJ PG PE PP
1
PSG
20 8 6 2 0
2
MON
20 8 6 2 0
3
MAR
17 8 5 2 1
4
LIL
14 8 4 2 2
5
LEN
14 8 3 5 0
Clasificación PT PJ PG PE PP
1
PSG
20 8 6 2 0
2
MON
20 8 6 2 0
3
MAR
17 8 5 2 1
4
LIL
14 8 4 2 2
5
LEN
14 8 3 5 0

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_