El Girona recuerda que es de Champions
El valiente equipo de Míchel barre con una gran presión a un Osasuna acomodado
El Girona recordó que era un equipo de Champions en el mismo momento en que se sorteaba la competición y supo que se enfrentaría a Liverpool, Arsenal, PSG y Milan. La memoria se activó en el equipo a pesar de los muchos cambios que ha habido en su plantilla y se reencontró con las sensaciones, las conexiones, los goles y la victoria ante un triste Osasuna. La zurda de Tsygankov sigue marcando diferencias después de la salida de Savinho, Dovbyk y Álex García. Y la esencia se mantiene a fin de cuentas porque el Girona es un equipo de autor y el entrenador es Michel.
El técnico, disgustado porque en el entorno “se piensa más en los que se fueron que en los que están”, presentó una alineación consecuente con su optimismo y con la necesidad de ganar velocidad y pegada respecto a los partidos con el Betis y el Atlético, dos jornadas en las que sumó un punto, el mismo saldo en cualquier caso que la temporada pasada frente a ambos rivales en el Villamarín y el Metropolitano. Tres partidos, tres alineaciones, tres camisetas diferentes y tres resultados distintos para un Girona que recibió a Osasuna sin mediocentro —Oriol Romeu— y con dos delanteros —Abel Ruiz y Miovski—.
La excitación blanquirroja contrastó con el sosiego del equipo de Vicente Moreno, muy parado en su cancha, satisfecho con los cuatro puntos que suma en la Liga. Tanta comodidad perdió a Osasuna, que se limitó a defender y a jugar sin balón, pendiente de los arrebatos del Girona y del punzante Bryan Gil. El zurdo acertó finalmente a rematar en el segundo palo un centro precioso desde la derecha de Tsygankov. Aunque las ocasiones eran contadas, el escorzo de Gil en una recuperación de Martín premió el esfuerzo y el ritmo del Girona.
El gol serenó al cuadro blanquirrojo, que pasó a controlar más el partido, mejor en la presión que en la elaboración, muy vigilado por las marcas de Osasuna. No extrañó por tanto que el 2-0 llegará igual que el 1-0 y que el goleador fuera Tyskankov. El ucranio cruzó el cuero con la izquierda después de un giro en una jugada de Gil. El 3-0 cayó de inmediato, aunque de forma diferente y tras una larga posesión, en un tiro fuerte y ajustado de Abel Ruiz a pase con el pecho de Herrera.
La rueda de cambios y el debut de Asprilla, asistente en el gol de Stuani (4-0), ayudaron a acabar un partido decidido muy pronto por el fútbol directo del Girona más reconocible ante un insustancial —ni siquiera chutó— Osasuna. Hubo tiempo de sobras para repasar el sorteo de la Champions y aplaudir el excelente plan de partido del valiente y sabio Michel.
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