Liverpool y Arsenal pierden en sus estadios y dejan al Manchester City como líder de la Premier a falta de seis jornadas
Los ‘reds’ caen en Anfield ante el Crystal Palace y el cuadro londinense sufre un fiasco contra el Aston Villa. Ahora ambos se quedan a dos puntos del equipo de Guardiola
El Manchester City empezó el fin de semana en la tercera plaza y lo acabó como líder tras un golpe de teatro en la Premier y un domingo frenético que convirtió en oro la funcionarial goleada (5-1) del sábado de los hombres de Guardiola ante el Luton Town. El laureado técnico catalán había iniciado el fin de semana entre lamentos. “Estamos en un problema, muy, muy grande”, clamó. La exigencia del calendario conlleva fatiga y lesiones y Guardiola se siente en una posición precaria. Pero ahora el City, que trata de ser el primer club inglés en ganar cuatro ligas consecutivas, está al frente de la tabla con dos puntos de ventaja sobre Arsenal y Liverpool y seis partidos por jugar. Los gunners se desplomaron en el Emirates ante el Aston Villa (0-2) poco después de que los dueños de Anfield lo hiciesen en su feudo ante el Crystal Palace (0-1).
Los problemas del Liverpool tienen que ver también con las lesiones porque apenas este fin de semana ha recuperado a Alexander-Arnold y a Diogo Jota tras dos meses de baja, pero sobre todo atienden a cuestiones futbolísticas que semejaban ocultas o al menos opacadas. En los últimos nueve partidos de Premier en Anfield concedió al menos un gol, pero, además, ante el esforzado Crystal Palace le penalizó su falta de puntería. Por ahí puede iniciar su reconstrucción en el tiempo post-Klopp que se avecina. Con media hora por jugar, y tras un recital de ocasiones marradas, el técnico galo retiró a dos de sus delanteros, Luis Díaz y Darwin Núñez, y les reemplazó por Cody Gakpo y Diogo Jota. No hubo manera. Las falló de todos los colores el Liverpool. El mediocentro nipón Endo remató al palo, a Diogo Jota y Salah le sacaron sendos remates bajo palos, Curtis Jones despedició un mano a mano ante el meta Henderson, que además repelió de manera prodigiosa sendos intentos de Díaz y Núñez en el área pequeña.
Complicado vencer en Anfield sin correr hacia atrás. Incluso la Atalanta sufrió 19 remates en su goleada europea entre semana en un feudo en el que el Liverpool no había perdido en los 34 partidos anteriores. Dos intentos más recibió el Crystal Palace, que aún así firmó un partido excelente. Entró bien en la liza y fue mejor que su rival hasta que al filo del cuarto de hora firmó una acción combinativa excelente que propició una finalización sencilla para el delantero Eberechi Eze. Casi de inmediato un resbalón de Van Dijk dejó solo ante el gol al fornido Mateta. Su remate iba hacia la red hasta que apareció de la nada Robertson, que en un esfuerzo descomunal golpeó el balón sobre la línea que separó al Crystal Palace de situarse dos arriba en el marcador.
Algo nuevo se edifica al sur de Londres, donde con el austriaco Oliver Glasner se ponen en la línea del estilo futbolístico de moda, ese juego de transiciones que el Liverpool ha engrandecido en los últimos años. Con todo, Jürgen Klopp semeja haber exprimido al máximo las opciones de un plantel en el que inició una reconversión el verano pasado tras licenciar a buena parte de sus centrocampistas. El equipo aprieta porque lo lleva en su ADN y a las bravas espabiló ante el revolcón inicial del Palace. No debió de perder, pero lo hizo porque mostró graves carencias ante ambas porterías y culminó una semana sin victorias tras empatar en Old Trafford y caer ante la Atalanta.
“Me siento como una basura. Necesito tiempo para procesarlo”, suspiró Klopp tras el fiasco. Su primer diagnóstico es cristalino, si su equipo juega como en la primera parte ante el Crystal Palace no habrá opciones de llegar al título. El jueves buscará revancha en Bérgamo antes de un epílogo de la Premier en el que le aguardan tres salidas inmediatas y consecutivas a los campos de Fulham, Everton y West Ham.
El Arsenal saltó a jugar contra el Aston Villa con el liderato en solitario a tiro. Pero el equipo de Unai Emery es un mal cliente. Disparó dos veces al palo antes de golpear en los instantes finales del partido con dianas de Leon Bailey y Ollie Watkins. De los 18 remates del Arsenal, apenas cuatro se dirigieron entre palos, donde Dibu Martínez se hizo enorme para detener la opción de gol más clara, firmada por el belga Trossard. Le faltó finura al Arsenal y el graderío del Emirates, donde se vive con excitación la opción de romper dos décadas de abstinencia sin ganar la Premier, acabó entre el abandono de los que corrieron hacia los vomitorios y el estupor de quienes paladearon el desastre hasta los tres pitidos.
Nada, sin embargo, está acabado. El Manchester City tiene ahora el dictado e inicia una semana en la que atenderá primero a Real Madrid en Champions y después a Chelsea en la semifinal copera en Wembley. Luego retomará la Premier con tres partidos en ocho días ante Brighton, Nottingham y Wolves. Después aún tendrá una incómoda visita al Tottenham. Pero ya quisieran otros los problemas de Guardiola.
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