El Villarreal está empeñado en volver a Europa
El equipo de Marcelino necesitó muchos remates para lograr batir al Valencia y a un Mamardashvili agigantado
El Villarreal, un equipo que empezó la temporada hundido en la clasificación, sigue su imparable ascensión, sabiamente guiado por Marcelino, con una gran remontada que le acerca incluso a Europa y suma ya nueve partidos consecutivos sin perder y cuatro victorias seguidas. El conjunto castellonense venció a un Valencia que tiene el mismo objetivo y que vio truncada en La Cerámica su buena racha a pesar de una actuación soberbia de su portero, Giorgi Mamardashvili, que detuvo un penalti y realizó varias paradas asombrosas.
El encuentro entre estos equipos al alza lo comenzó dominando el Villarreal, espoleado quizá por su vistoso triunfo del jueves, cuando rozó la remontada ante el Olympique. El conjunto de Marcelino realizaba ágiles transiciones ofensivas y estuvo realmente cerca del gol en el minuto 13. El ataque del Villarreal generó hasta tres remates consecutivos y todos ellos los desbarató Mamardashvili con tres paradas de mérito. El Valencia, en cambio, se mostraba poco imaginativo y tenía muchas dificultades para acechar el área de Jörgensen. Aunque Gayá, que parece ir soltando purpurina cuando se incorpora el ataque, hizo un control fabuloso para dirigir el balón hacia el área y después mandó un pase hacia atrás que Canós remató inocentemente a las manos de Jörgensen.
Mediada la primera parte, el Valencia se desperezó y empezó a encontrar caminos más directos hacia el área de su oponente. Pero el Villarreal no se dejó someter y replicó con un gran pase en profundidad de Coquelin al corazón del área. Cuando Traoré intentaba controlarlo fue trabado por Gayà en una jugada fatal para el Valencia, que cometió penalti y perdió, por una lesión muscular en ese mismo lance, al lateral seleccionado por Luis de la Fuente para jugar con España. Ahí emergió otra vez un Mamardashvili agigantado y detuvo el lanzamiento del penalti de Álex Baena.
A Marcelino, un técnico que hizo campeón de Copa al Valencia, no le gustó perder el control de la posesión y en el descanso incorporó a Dani Parejo, otro exvalencianista. Esta variación cambió las reglas del juego y el Villarreal empezó a mover el balón a su gusto para enjaular al Valencia. Baraja ya ha visto muchos partidos así y no es algo que le incomode, como demostró su equipo con dos acciones que pusieron contra las cuerdas al conjunto groguet.
El choque se empezó a descoser y los dos equipos encontraban el área con facilidad. El Villarreal se topó de nuevo con Mamardashvili y necesitó hasta cuatro remates en dos jugadas seguidas al inicio de la segunda parte para acabar batiendo al portero georgiano. Con el marcador a favor, Parejo, aliado con Santi Comesaña, se sintió en su salsa y empezó a bajar las revoluciones.
El Valencia, tan eficaz en las últimas jornadas, no estuvo certero en los remates. El equipo del Pipo Baraja, todo lo contrario que el Villarreal de Parejo, no necesita amasar mucho sus ataques. Tres pases y se planta en el área. En una de esas jugadas Hugo Duro lo intentó con una vistosa chilena que no sorprendió a Jörgensen.
El sedante de Parejo surtió efecto y, poco a poco, con él nada es rápido, el Villarreal fue sometiendo a los once de Rubén Baraja, que veían el esférico ir de un lado al otro sin poder evitarlo. Pero no todo era un vals en el centro del campo, de vez en cuando el submarino amarillo soltaba un picotazo, como un remate muy ajustado que Mamardashvili, una vez más, volvió a meter una mano milagrosa que evitó un resultado más abultado.
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