El Villarreal también saca partido en Anoeta
El equipo amarillo desmonta a la Real Sociedad, que se volvió a atascar frente a la portería contraria y pierde su segundo partido consecutivo en casa
No empezaron nada bien las cosas para la Real y acabaron peor todavía, con una derrota, que es la segunda consecutiva en Anoeta, donde no gana desde finales de noviembre. Con la grada de animación en huelga y el resto de las tribunas tratando de tomar el relevo, a los cinco minutos de partido, Barrenetxea, tocándose la espalda, pidió el cambio. Salió Olasagasti en su lugar, pero la línea delantera, que ya sufre la baja de Oyarzabal, otro de sus pesos pesados, quedó bastante mermada, con la perspectiva, además, de la semifinal de Copa del martes próximo frente al Mallorca.
Y lo que no comenzó bien, se puso peor, después de dos acercamientos peligrosos a la portería de Jorgensen, uno de ellos en una peinada de Brais que sacó Coquelin de la línea de gol. Contragolpeó con peligro el Villarreal en una acción en la que Guedes tuvo la ocasión de marcar, aunque salvó Remiro, pero en el córner posterior el guardameta se deslizó, aparentemente sin que nadie le tocara, y desde dentro de la portería vio cómo Albiol asistía de cabeza y Comesaña ejecutaba desde cerca para poner por delante a los visitantes.
Atascada, como en las últimas citas, la Real se empeñaba más por las bandas que por el centro, pero sus males seguían ahí, sin un delantero capaz de rematar a puerta. Volaban los centros laterales, a veces con peligro, como el de Javi Galán, que se ha hecho imprescindible para Imanol, al que llegó antes Alberto Moreno que Traoré, pero salvo en los centros que descolgaba Jorgensen, el guardameta sueco no intervino en ninguna acción de peligro, aunque se llevara un susto en el descuento cuando Zakharyan sacó una falta muy alejada desde un lateral, que fue cayendo hasta tocar el larguero.
Se había estrellado la Real contra las generosas ayudas defensivas del Villarreal, se fue triste al vestuario, y a la vuelta las cosas se le pusieron peor, porque nada más comenzar la segunda parte, un contragolpe del Villarreal que parecía diluirse en la nada, acabó en los pies de Pacheco, que intentó algo muy peligroso, un pase largo en horizontal hacia Le Normand que estaba al otro lado del área. Baena estuvo más vivo, robó el balón y le puso el gol en la bota a Comesaña, que apuntó, disparó y marcó el segundo del equipo amarillo.
El equipo de Marcelino seguía bien organizado atrás, pese a sus antecedentes, y saliendo rápido hacia campo de la Real en cuanto encontraba algún camino, y con el marcador tan favorable, cada vez tenía más. Pudo sumar el tercer gol Ilias, en una transición rápida, con la defensa de las Real adelantada, pero su disparo, después de trastabillarse, se marchó demasiado cruzado. Cada llegada del Villarreal era un susto para la Real, que empujaba, pero se desesperaba, porque sus acciones se perdían en lanzamientos lejanos, casi siempre desviados, o se estrellaban contra el muro amarillo. El empeño de Kubo por la derecha nunca encontraba premio. Al japonés no le llegó la inspiración.
Puso Marcelino a Parejo en el campo para sosegar y taponar, y lo consiguió, porque a la Real le empezaban a faltar fuerzas y recursos, pero en una acción de Kubo, su centro al cogollo del área acabó en un rechace defensivo que le cayó a Zubimendi. Su duro disparo lo rechazó Jorgensen, Becker quiso apuntillar, pero apareció de nuevo el portero amarillo, aunque a la tercera, Mikel Merino consiguió su objetivo.
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