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Un Real Madrid exprimido encara el examen final

El equipo blanco, con el Girona y Leipzig en el horizonte inmediato, afronta el primer momento clave del curso tras meses estirando con éxito el chicle de la plantilla por las lesiones y puntos débiles del equipo

Real Madrid
Carvajal pugna con Depay durante el Real Madrid-Atlético.ISABEL INFANTES (REUTERS)
Lorenzo Calonge

El cuadro que presentó el Madrid ante el Atlético hubiera causado espasmos en la grada del Bernabéu hace solo un año y medio. Sin Courtois y bajo palos un portero (Lunin) que en noviembre seguía cubierto en Valdebebas por un denso manto de desconfianza. Carvajal, central titular por primera vez en su carrera debido a las ausencias de Militão, Alaba (ambos con roturas de cruzado), Rüdiger y el remiendo de Tchouameni. Un único central sano en la plantilla (Nacho). El principal referente ofensivo, Vinicius, retirado por lesión en el calentamiento (12º partido que se pierde), y Brahim como gran agitador de un ataque que en verano pasó de Benzema al cedido Joselu.

Un Madrid exprimido en varios sectores del campo en muchos momentos terminó concediendo contra los rojiblancos un empate por su vía de fuga más evidente esta jornada: la poca estatura de la defensa (1,76), la más baja de los 18 equipos que disputaron su encuentro de Liga hasta el domingo. De los más de 70 zagueros que salieron como titulares en Primera el fin de semana, solo siete eran más pequeños que Carvajal y Lucas Vázquez (1,73), y ninguna escuadra juntó a dos de ellos en el once. A Ancelotti, que no incluyó ningún canterano en la lista, no le quedaron muchas más opciones para parchear una línea que atraviesa desde mediados de diciembre un precipicio de más de tres meses con solo dos centrales puros (Nacho y Rüdiger) después de que el club rechazara acudir al mercado de invierno.

El agujero en el central dejó la defensa más baja del fin de semana en Liga

Lo que hace dos cursos fue visto como una heroicidad ­­–Carvajal de central en la prórroga frente al Chelsea—, este domingo se aceptó sin dramatismos y con resignación. Un síntoma de un Madrid acostumbrado a estirarse como un chicle para tapar la acumulación de desgracias físicas (tres cruzados rotos) y las grietas estructurales en la plantilla en un momento de contención de gastos. Con la reforma del Bernabéu en la recta final (el club tiene concedidos tres créditos por 1.170 millones), el gran desembolso fue por Jude Bellingham (103 millones más unos variables de hasta el 30%). Luego llegó la oportunidad de Arda Güler (20 millones más 10 por objetivos; solo lleva 76 minutos), más dos cedidos (Joselu y Kepa), y dos repescados (Fran García y Brahim). Después de quitarse los elevados salarios de Hazard, Benzema, Asensio y Mariano, el técnico pidió un nueve de talla mundial, pero sin éxito.

Ancelotti, que ha asumido las lesiones y la ausencia de refuerzos sin deslizar siquiera una puya, renovó hasta 2026 premiado por los resultados y la gestión del vestuario para buscar soluciones. No obstante, en medio de la felicidad por el reconocimiento, en el cuerpo técnico tenían claro que solo se había recorrido un trozo del camino. Quedaba el tramo decisivo con la asignatura (y la incógnita) de seguir exprimiendo hasta mayo todos los recovecos de una plantilla con fondo de armario en el medio, pero al filo en la delantera, bajo palos y ahora en defensa.

Fichado Bellingham por 103 millones fijos, se impuso la contención de gasto

El duelo ante el Atlético inauguró el primer periodo decisivo de la temporada para los blancos, con el Girona (este sábado) y Leipzig (el martes 13) en el horizonte inmediato, dos citas señaladas que afrontará en un contexto similar. Rüdiger y Vinicius no están confirmados para el duelo liguero, aunque la vuelta de la sanción de Tchouameni evita la “emergencia absoluta”, según Ancelotti, de recurrir de nuevo a Carvajal para el centro de la defensa. El francés, en todo caso, cuenta sus partidos como central con los dedos de una mano. A Militão no se le espera hasta finales de marzo o principios de abril.

El hallazgo de Jude y Lunin

En un vestuario sostenido por jóvenes, meritorios y gente de la casa —y el único asunto espinoso de la gestión de Modric—, Carletto ha ido hallando arreglos, matices e inventos para maximizar lo que había y aliviar escaseces. Si no vino nadie con cartel de titular por Benzema, creó a un nuevo Bellingham, que supera con mucho su récord anotador (18, frente a los 14 del Dortmund) pese a que en las últimas ocho jornadas solo ha metido de penalti. A Vini le pidió que no regateara solo por la izquierda y atacara también el centro para acercarlo a la meta rival. Los dos suplentes de un ataque raspado de efectivos (Joselu y Brahim) suman 12 y siete dianas, respectivamente. El malagueño, aclamado este domingo, tuvo que vencer la poca fe de su entrenador. Carvajal, de nuevo en plenitud física, ha marcado hasta febrero tanto (cuatro) como en sus siete cursos anteriores. El Madrid es el equipo que más ha metido de cabeza (17) en las cinco grandes Ligas. Su sistema defensivo, más frágil en las últimas semanas, alcanzó sus mejores registros en medio siglo en Liga a principios de año. Y en medio de esta adaptación continua a las circunstancias, el último hallazgo es Lunin, sorprendente ganador del casting de la portería pese a la proclamación de Ancelotti de que su meta era Kepa.

Después del amargo final con el Atlético, castigado por la debilidad confesa en el juego aéreo, el técnico felicitó a los suyos y llamó a la calma para lo que viene. El Madrid se estiró hasta el liderato con una única derrota (la otra fue en Copa) y ahora le llega el tiempo de la confirmación.

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