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Virginia Torrecilla: “El fútbol profesional me quita mucho más de lo que me da”

La futbolista superó un cáncer y sufrió un accidente. Hoy se apoya en la familia tras dejar la Liga F y acomodarse en el Baleares para disfrutar de sus últimos cuatro meses de competición

Virginia Torrecilla, posa en el campo de fútbol Son Malferit.
Virginia Torrecilla, posa en el campo de fútbol Son Malferit.ROQUE MARTÍNEZ
Irene Guevara

Se levanta pronto, toma un café con su madre, va al gimnasio y se entrena por las tardes. Su vida ha cambiado drásticamente desde que dejó el fútbol profesional, al igual que sus prioridades: lo más importante para ella es estar cerca de su familia. Virginia Torrecilla (Mallorca, 29 años) superó el cáncer tras detectarle en mayo de 2020 un tumor cerebral y sufrió un accidente de coche en junio de 2021 en el que su madre quedó en silla de ruedas. La enfermedad la apartó de su “mejor momento profesional”. “La vida me ha hecho muy sensible después de todo, y me hace valorarlo todo más”, explica. Se emociona cuando habla de lo sufrido, pero sonríe con lo superado. Empatiza “con todo”, y se ha pasado las últimas semanas organizando su casa y su cuarto tras dejar el Villarreal, volver a Mallorca y fichar por el Baleares –equipo en Segunda Federación de España– para disfrutar de sus últimos cuatro meses como jugadora de fútbol. Publicó Nadie se arrepiente de ser valiente (Ediciones B, 2023), libro que le costó más de dos años escribir –en pleno proceso de quimioterapia– y que ni ella (ni su familia) ha podido leer nunca.

Pregunta. ¿Qué le motivó a dejar el fútbol profesional?

Respuesta. Ha sido duro, pero el fútbol me quita mucho más de lo que me da a día de hoy. No tenía minutos y no disfrutaba como lo he hecho siempre. Me he visto inferior a lo que he sido y, sobre todo, no tengo esa confianza en volver a jugar y que la gente confíe en mí. He tenido muchos momentos felices en el fútbol. Me ha dado mucho, pero ya no. Sabía que este día llegaría, pero no me atrevía.

P. ¿Tenía miedo de dejar el fútbol profesional?

R. No sé si era miedo al qué pasará después o las ganas de seguir triunfando en el fútbol. Pero he sentido miedo en muchos aspectos porque realmente quería volver a ser la Virginia que era.

P. ¿Cómo era esa Virginia?

R. Deportivamente buena, que jugaba casi todo, que estaba en equipos altos para competir. Pero esa Virginia nunca regresó. Tampoco me di la oportunidad, porque mi cabeza paró por el sufrimiento. Han sido tres años muy dolorosos. Me fui del Atlético de Madrid para tener minutos en el Villarreal, y me pasa lo mismo allí, a pesar de que me dicen que estoy muy bien. Llega el momento en el que casi no juego. Me vaya al equipo que me vaya no tengo la oportunidad de volver a renacer en el fútbol con 29 años. ¿Qué hago yo en otra ciudad donde no está mi familia, donde estoy sola y que realmente no me aporta nada? Al final me he dado cuenta de que lo más importante para mí es estar en casa con mi familia, cuidar de mis padres y pasar tiempo con ellos. El resto es secundario.

P. ¿Cómo de importante es su familia en su vida?

R. Es lo más importante. Sobre todo, después de lo que he vivido. Siempre he sido muy familiar, pero ahora más. He tenido la oportunidad de jugar en el Baleares. ¿Qué mejor que quedarme aquí mis últimos cuatro meses y que mis padres puedan verme jugar? Es otra manera de dejarlo, en casa, lejos de lo profesional. Lo necesitaba.

P. ¿Cómo vivió su familia la enfermedad?

R. Muy mal. Cuando lo pasas tú es diferente, porque puedes con ello. Pero tu entorno sufre. Con el accidente de mi madre entendí lo que es vivirlo desde fuera.

P. Dice que el accidente de su madre fue incluso más duro...

R. Sí, sin duda. Ha sido mucho más duro por mi familia. Nos ha cambiado la vida un 200%, y yo me he sentido culpable muchísimo tiempo. Y me sigo sintiendo. Ha sido muy complicado lo que hemos vivido. Que con todo lo que conlleva mi enfermedad mi madre viniera a vivir conmigo y en Madrid pasase todo. A veces hay momentos duros que olvido. La mente del ser humano es increíble y te quita recuerdos malos. Pero si vuelvo a pensar, todo se paraliza.

P. Con todo lo vivido, ¿el fútbol le ha servido de terapia?

R. Muchas veces. Siempre he intentado apartar todo y meterme en el fútbol directamente, pero es imposible. Antes era mi vía de escape, pero ya no, porque me quita más de lo que me da. Ahora vivo el fútbol de otra manera.

P. Ha cambiado prioridades.

R. Sí. Antes vivía para y por el fútbol. Ya no. Ahora, me desvivo por mi familia.

P. ¿Cómo ve la evolución del fútbol de mujeres en España?

R. Poco a poco estamos dando mucho de qué hablar. Estamos en auge, y vamos a seguir creciendo. Ojalá sigan los buenos resultados de los clubes y de la selección.

P. ¿Y el rumbo que toma la selección? Usted fue capitana desde 2019 hasta su enfermedad.

R. Ha habido momentos duros, pero estamos sacando todo hacia adelante y estoy feliz por ello. Desgraciadamente, las mujeres siempre tenemos que luchar más por nuestros derechos y vamos a seguir haciéndolo. Estamos en el camino, cada día vamos a mejor. Aunque con mucho esfuerzo y luchando para dejar claro que solo queremos ser futbolistas. Somos muchas, y cada vez más fuertes. No se puede comparar con mis tiempos, y me da pena. A veces pienso: ¡ojalá haber tenido 10 años menos! Pero, me siento una privilegiada y una pionera por abrir puertas a toda la gente que viene por detrás para que no sufran lo que nosotras.

P. ¿Y planes de futuro?

R. Empiezo un curso en Madrid de Comunicación. Quiero meterme en el fútbol, hacer crecer desde fuera el deporte que tanto me ha dado.

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