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Maksimovic: “Bordalás te cambia la mente”

El futbolista del Getafe, el más usado por el técnico, recuerda en la entrevista los momentos de la temporada pasada en los que se dejó llevar y el efecto transformador de la exigencia del entrenador

Maksimovic
Nemanja Maksimovic, este miércoles en las oficinas del Getafe.Jaime Villanueva
David Álvarez

El jugador más importante para José Bordalás, el futbolista de campo que más minutos ha utilizado esta temporada (2.048), pasó el año pasado muchas semanas al límite de no estar ya en el Getafe cuando el técnico regresó en abril, con el equipo coqueteando peligrosamente con el descenso. Nemanja Maksimovic (Banja Koviljaca; 29 años) lleva la bandera del espíritu de Bordalás en el Coliseum, que recibe esta noche al Real Madrid en el partido aplazado por la Supercopa en el que los blancos buscan recuperar la cabeza de la Liga (21.00. Movistar). El serbio es el tercer máximo recuperador del campeonato y el cuarto que más se exprime físicamente: solo Uzuni, Bellingham y Miguel Gutiérrez han acelerado más veces que él por encima de los 21 km/h. Pero hace no mucho, y durante bastantes semanas, perdió esa alma indómita y extrema.

El hundimiento momentáneo comenzó en el verano de 2022. “Después de cuatro años, pensé que había llegado el momento de cambiar, pero el presi [Ángel Torres] no tenía la misma idea”, cuenta. “Ahí empecé a hacer cosas que no tengo que hacer. Te dices: ‘Vale, voy a entrenar un poco peor’. Empiezas a entrenar mal, no haces buena pretemporada, te lesionas, y todo el año estás jugando con eso, con que quieres salir, y pierdes un poco las ganas”. Le espabiló algo la perspectiva de jugar el Mundial con Serbia en noviembre en Qatar. “Eso me salvó. Como tenía el Mundial, me dije: ‘Vale, voy a cambiar”.

Después, volvió a intentar salir en el mercado de invierno. Pero tampoco. “Al final en enero me di cuenta de que iba a quedarme, y de que estaba jugando con fuego”. Empezó a remontar algo el vuelo. Hasta el clic definitivo en verano, después del regreso de Bordalás y la salvación in extremis: “He cambiado este año. Sé que esto no dura toda la vida, que nunca sabes qué puede pasar, una lesión o algo que me pueda parar. Por eso estoy jugando cada partido como el último. Lo estoy intentado disfrutar al máximo”, dice. “Tengo una oportunidad que no tiene mucha gente. Cuando acabe el fútbol, no quiero decir: ‘Puf, qué tonto he sido, porque no di el máximo’. Me ha costado mucho llegar a este nivel”.

Gran parte de ese ascenso a la élite tiene que ver con la demanda continua del entrenador alicantino, con el que ya coincidió en su primera etapa. Notó mucho su marcha al Valencia en el verano de 2021: “Me costó un poco después de Bordalás, que te exige todos los días. Míchel [su sucesor en el banquillo] es un buen entrenador, pero viene totalmente diferente: todos somos amigos, tranquilos, vamos a jugar... Y este equipo llevaba muchos años con Bordalás, que está todos los días: ‘¡Vamos, vamos, a pelear cada balón, todo es importante...!’. Al final, te relajas un poco. El equipo poco a poco va hacia abajo. Parece que estás jugando bien, pero te dejas atrás cosas que antes no te dejabas. Te están golpeando. Empiezas mal, te entra miedo... Es una pena por Míchel, porque creo que hemos jugado muy bien con él, es buen entrenador, pero el fútbol tiene esas cosas”.

La temporada 2021/2022 fue muy complicada. El Getafe despidió a Míchel, lo sustituyó Quique Sánchez Flores, pero estuvieron a punto de descender, después de haber alcanzado los octavos de la Europa League dos cursos antes. “Piensas que ya has llegado al máximo. Dices: ‘¿Otra vez voy a pelear? ¿Adónde voy a llegar si ya he llegado aquí?’. El Getafe es un club familiar. Firmas para estar en Primera, vamos a llegar a 40 puntos... Y al final entras en una zona de confort y dices: ‘Ah, no pasa nada, después de este partido va otro’. Y vas hacia abajo...”.

Bordalás le sacudió de nuevo con la descarga eléctrica de su exigencia. “Sabes que si trabajas duro vas a tener oportunidades, pero si un día dejas de hacer lo que tienes que hacer, no vas a jugar. Puedes estar espectacular dos meses, pero si te relajas dos semanas, no vas a jugar. Da igual lo que hayas hecho antes”.

Y Maksimovic despertó: “El míster te exige estar todos los días al límite, y entonces ves que lo que has hecho los últimos años no era ni la mitad de lo que podías hacer. Yo, con 26 o 27 años, tirar dos temporadas, en una de las mejores ligas del mundo, con oportunidades que no tiene casi nadie, creo que es una pena. Por eso reaccioné”.

El técnico alicantino también ha conseguido despertar a Borja Mayoral, canterano del Madrid y pichichi de la Liga empatado a 14 goles con Bellingham y Dovbyk. El delantero registra las mejores cifras de su carrera: 0,75 goles por partido. “Es importante que Borja y todos entendimos que con él o trabajas o no juegas. Al final Borja se dio cuenta en pretemporada: si quiero quedarme y jugar, tengo que trabajar y trabajar todos los días, y ganar cada balón. Y ves que Borja este año está haciendo mucho para el equipo. No solo goles, sino corriendo, quedándose con el balón, ganando la segunda jugada, volviendo atrás... Bordalás te cambia la mente, te mete el esfuerzo en la mente. Si quieres aceptar sus ideas vas a ser mucho mejor jugador”.

Las ideas que sacaron lo mejor de Maksimovic también pusieron al equipo bajo un fuerte chaparrón de críticas en ciertos momentos: “Sabíamos que cuando el equipo está bien, cuando gana, cuando nadie quiere jugar contra nosotros, es normal que hablen. Sabemos que si hacemos las cosas bien, si corremos, si trabajamos, es muy difícil ganarnos. Antes de jugar, empiezan a decir: ‘Juegan feo, no juegan, pierden tiempo...’. Si la cosa les sale mal, ya tienen preparadas las excusas. Es mejor que todo el mundo hable mal de ti si ganas, a que digan: ‘Ánimo, no pasa nada’. Cuando estás abajo, todos son amables, pero cuando molestas, cuando estás ahí arriba, ya te están buscando cosas para quitarte del camino”.

Por eso, el vestuario celebró el día que Bordalás se rebeló en la sala de prensa con aquel: “Esto es fútbol, papá”. La frase, que se convirtió en divisa, ya circulaba en privado en el vestuario: “A veces lo decía en las charlas antes del partido, cuando nos criticaban. Le gustaba decirlo”, cuenta Maksimovic. “Él está intentando quitar presión, y que se hable más de él que del equipo”.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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