David Alaba, tercera rotura de cruzado en el Real Madrid esta temporada
Carlo Ancelotti, con solo dos centrales puros de la primera plantilla, no descarta fichar en invierno
Brazos arriba en señal de alarma y gestos de preocupación a su alrededor. David Alaba, de 31 años, había salido a presionar al centro del campo a Gerard Moreno, pero su rodilla izquierda perdió el apoyo y se le fue. Modric torcía el gesto al banquillo mientras los doctores del Madrid salían a la carrera para atender al austriaco, que se terminó retirando sin apoyar la zona dañada. La “mala pinta” que advertían desde el vestuario del Madrid pocos minutos después se confirmó de la peor manera nada más terminar el encuentro: “rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda”, informó el club. La misma lesión que Militão, al que Carlo Ancelotti espera recuperar antes de final de temporada, y Courtois. El defensa será operado en los próximos días e iniciará una larga recuperación que no suele bajar de los siete u ocho meses.
“Nunca me había pasado esto, tercer cruzado roto en cuatro meses. Es increíble”, lamentó el técnico blanco, que reconoció que analizarán “si se puede hacer algo” en el mercado de fichajes de invierno, que abre el 1 de enero. En estos momentos, solo dispone de dos centrales puros de la primera plantilla: Rüdiger y Nacho. La desgracia de Militão en el estreno de curso en Bilbao, solo dos días después de la del meta belga, ya dejó al Madrid con las piezas justas, pero ahora la caída de Alaba ha disparado las alarmas y la escasez.
Antes de que arranque la próxima ventana de contrataciones, como primera alternativa a la pareja que se mantiene sana Carletto puede echar mano de Tchouameni, que volvió este domingo de su lesión del clásico y ya ejerció en el centro de la defensa esta campaña ante Osasuna. No es su posición favorita, como avisó él mismo, pero el boquete deja poco espacio a las preferencias. “Es para una situación de emergencia, y ahora estamos en emergencia. Puede jugar ahí”, zanjó el italiano.
Otro palo para un curso muy accidentado en el Madrid, con tres cruzados quebrados y varios futbolistas todavía en la enfermería: Camavinga, Vinicius, Carvajal y Arda Güler. Además, Mendy se retiró en el descanso por molestias en el abductor derecho, que no parecían graves. Ancelotti espera recuperar este martes en los entrenamientos a Carvajal, aunque su participación el jueves en Vitoria no es segura. Los otros tres no estarán con el grupo hasta después del parón navideño.
“Estamos haciendo más de lo que todos pensaban. Este equipo aguanta, lucha, juega bien y tiene un compromiso extraordinario. Es la única manera de reemplazar a todos los lesionados”, valoró el entrenador blanco después de despachar al Villarreal y meterle un mordisco en la tabla al Barcelona (siete puntos de diferencia) y Atlético (ocho, aunque los rojiblancos con un partido menos) entre los olés de la gente y los sudores fríos por Alaba.
Reencuentro Valverde-Baena
En medio de una noche gélida, pese al techo cubierto, la cita transcurrió entre accidentes físicos y el punto de morbo por el reencuentro entre Fede Valverde y Álex Baena. La última vez que se habían cruzado, el jugador del Villarreal acabó en comisaría denunciando al centrocampista del Madrid por un puñetazo en la cara. El entorno del uruguayo, que no negó el incidente (tampoco el club), se refirió a una supuesta burla del español por los problemas en el embarazo que en ese momento atravesaba la pareja de Valverde. Un asunto escabroso, con versiones cruzadas, que acabó en la justicia ordinaria y deportiva. A finales de julio, el Comité de Competición resolvió no sancionar al charrúa después de que un juez archivara la denuncia de Baena por insuficiencia de pruebas.
La reunión de este domingo, sin embargo, apenas duró media hora, hasta que el jugador amarillo se marchó lesionado por un pisotón en el pie derecho de Lucas Vázquez. Era el minuto 10 y los 20 siguientes los pasó cojeando y, en muchas ocasiones, emparejado con Valverde. Cuando el Villarreal trataba de salir desde atrás, el Madrid presionaba y ahí estaban los dos. Juntos, a un metro de distancia y sin cruzar sus miradas. Del anfiteatro salían algunos pitos a Baena (más fuertes cuando se retiró entre las disculpas de Lucas) y cánticos para Valverde.
En esas andaba la velada, hasta que la rodilla izquierda de Alaba arrugó el gesto del banquillo blanco. Luego llegaron los goles y el empujón a costa del Barça y Atlético. Todo bien en el Madrid, salvo por el tercer cruzado roto en medio año.
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