La defensa condena al Barça
Los errores del portero y de los centrales barcelonistas avalan el excelente partido de un Mallorca muy bravo y ofensivo con Muriqi
Al Barça se le olvidó defender desde que se confió a sus delanteros y cedió un empate en Mallorca. Las concesiones se repiten a cada partido y en Son Moix no encontró remedio en la profundidad y calidad de su plantilla ni tampoco en Ter Stegen. Acostumbrado a sostener a su equipo, el portero estuvo torpe y lento en los dos goles el día en que los azulgrana estrenaban el liderato en la Liga. Tampoco ayudó la rotación de los centrales porque Iñigo Martínez y Araujo mezclaron mal y no se entendieron con Oriol Romeu, igual de perdido que Ter Stegen.
La falta de contundencia condenó al Barcelona, que no escarmentó del partido contra el Celta. Ante el Mallorca, los azulgrana se quedaron a medio camino, paralizados después de que empatara Fermín. No llegó el tercer gol y el equipo de Xavi penalizó su falta de solidez y consistencia, reducido por la estampa majestuosa de Muriqi. El punta del Mallorca pesó más que el surtido de centrales de un Barça demasiado discontinuo y poco fiable, sin control ni nexo en su juego, ausente De Jong.
Aguirre intentó calcar el plan de Benítez con el Celta. A partir de una defensa con tres centrales y dos laterales, dispuso de un segundo delantero como Abdón Prats para acompañar a Muriqi. El Mallorca fue valiente con la alineación y con la presión desde el inicio y sorprendió a un contemplativo Barça. Incluso Ter Stegen se destensó hasta el punto de propiciar un gol de Muriqi. El meta arriesgó en la salida de balón con el pie, no se entendió con Iñigo Martínez ni Oriol Romeu, y posibilitó una doble intervención de Antonio Sánchez que remató el ariete ante la impotencia de Araujo.
El paisaje de Son Moix evocaba al del sábado en Montjuïc. Los azulgrana no sabían entrar en juego, obligados por tercera vez a remontar, muy alejados del área del Mallorca. No jugaba Lewandowski, al que afectó la política de rotaciones juntamente con Koundé, volvía a ser suplente Lamine Yamal en beneficio de Raphinha y no aparecía el triángulo João Cancelo-João Félix-Gündogan. A falta de un buen hilo de pase, el Barça se encasquillaba con la pelota, atropellado por la intensidad de los muchachos de Aguirre y la fiereza de Muriqi.
El despliegue físico del Mallorca inmovilizó al Barcelona, incapaz de atacar los espacios, muy pendiente de las vigilancias defensivas, falto de velocidad y a merced del ritmo del plantel de Aguirre. Vestidos de blanco, los barcelonistas pasaban de puntillas por la cancha, nada finos y alejados de Rajkovic. El portero no tuvo que intervenir hasta que sus compañeros se abandonaron en busca de parar el juego para suerte de Gavi. El volante barcelonista profundizó para Ferran y su disparo con la zurda fue achicado por el meta del Mallorca.
La segunda llegada barcelonista acabó en la red: Raphinha atrapó un rechazo y en el balcón del área remató con la zurda al poste derecho de Rajkovic. El brasileño activó la ofensiva y se sucedieron cuatro remates en cinco minutos que no acabaron en gol por poco, el último de João Félix neutralizado por el meta del Mallorca, decisivo acto seguido en el 2-1. El portero sacó en largo, Muriqi se anticipó en el salto a Romeu y Abdón Prats llegó antes que los centrales y Ter Stegen. Tres toques para un gol en una acción en que fallaron el arquero y la zaga del Barça.
Xavi optó por cambiar de ariete después de un remate al palo de João Félix. Lewandowski entró por el inocuo Ferran en un momento en que los azulgrana no paraban de perder la bola ante un vigoroso Mallorca. Aguirre parecía tan preocupado por el cansancio de sus jugadores como por el fútbol barcelonista después de la entrada de Fermín y Lamine Yamal. El extremo intentó forzar un penalti nada más pisar el campo ante Copete. El VAR, sin embargo, corrigió la decisión del árbitro ante el alivio de Son Moix.
Necesitaba el Barça el regate de Yamal y el disparo de Fermín para desarmar al Mallorca. Ambos fueron protagonistas del empate en una acción iniciada por el extremo y a la que dieron continuidad Raphinha y Lewandowski. El centro del brasileño fue tan determinante como el movimiento de arrastre del ariete para que remachara con su llegada Fermín. El Barça fue por una vez preciso y rápido después de un buen trecho de errar reiterativamente en el pase a pesar de su lentitud, más plano que profundo y siempre expuesto a las contras que finalizaban Muriqi y Larin.
El Mallorca estuvo más cerca de la victoria que el Barça. Los azulgrana se olvidaron muy pronto de Yamal y los chicos de Aguirre cargaron con Larín, intimidador y al final equívoco ante Ter Stegen. El portero azulgrana se venció por un día y su equipo cedió dos puntos al igual que en el inicio de campeonato en Getafe. La serie victoriosa se acabó el Mallorca la noche en que no sobresalieron Cancelo ni João Félix, la fórmula del éxito del Barça.
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