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Alexia Putellas, voz y bota de España

La jugadora de la selección asume el papel de líder dentro y fuera del campo, reivindicativa ante los micrófonos y fundamental para ensamblar el camerino

Alexia Putellas, con el peto amarillo, rodeada de compañeras de la selección en el entrenamiento de este martes en Córdoba.
Alexia Putellas, con el peto amarillo, rodeada de compañeras de la selección en el entrenamiento de este martes en Córdoba.CRISTINA QUICLER (AFP)
Jordi Quixano

Al llegar a Avilés para disputar un amistoso ante Panamá, estación previa al Mundial en el que España se coronó, el recibimiento de los aficionados fue multitudinario y un poco agobiante para Alexia Putellas, la doble Balón de Oro, la cara y la zurda de España. “Se paró, firmó, hizo todos los selfies con buena cara… Pero fue todo muy intenso y por momentos nos preocupamos”, explica una persona que lo vivió de cerca y que revela que si se puso en su día una persona de seguridad con el equipo fue, sobre todo, por el tirón que tiene Alexia para los aficionados, que la reconocen aunque se ponga la capucha y los auriculares en cualquier aeropuerto del mundo. “Quizá necesitamos a alguien más de seguridad”, sugirieron desde la expedición a la federación, que tomó nota y ahora en Córdoba tiene a la misma guardaespaldas, además de al jefe de organización que ayuda en la tarea. Lo mismo que ocurre con la selección masculina. Otro cambio —como la renuncia del expresidente Rubiales, o el despido del técnico Vilda además del secretario general Camps— en una federación que está patas arriba desde queRubiales besara sin consentimiento a Jenni Hermoso, en un ente que por las malas ha debido escuchar el grito reivindicativo de las jugadoras. Al frente, Alexia, líder dentro y fuera del terreno de juego.

Extrañó su postura durante el Mundial, pues no se paraba ante los medios, acaso para ofrecer un lacónico saludo y seguir de frente. Así ocurrió de principio a fin, aunque tras levantar la copa del mundo se detuvo para felicitar al equipo y lanzar un mensaje al planeta fútbol. “Me da rabia porque hay muchos países que llevan tiempo con peleas por mejoras en el fútbol femenino. La FIFA se tiene que dar cuenta. Esto es un sobreesfuerzo para las jugadoras. Pero quiero decirles que sigan peleando. Cuando se cree, con un paso, con básicos, se puede conseguir”, resolvió. Y, desde entonces, enrabietada tras enterarse del beso de Rubiales a Jenni, ya no se ha callado ninguna, enarbolando la bandera del equipo y de los derechos, también del fútbol. “Estamos aquí para quedarnos y ayudar a las que vendrán. Lo hemos visto con la grave situación que estamos viviendo con la RFEF y los cambios que estamos solicitando para que ninguna mujer, tanto dentro como fuera del fútbol, tenga que vivir nunca más situaciones como faltas de respeto o abuso”, exclamó con reverberación en el Parlamento de Cataluña cuando el Barça femenino recibió la Medalla de Honor; “no nos pararemos aquí”. Dicho y hecho.

Si Alexia no habló durante el Mundial es porque prefería centrarse en el fútbol y en su puesta a punto porque llevaba un año sin jugar por una rotura de la rodilla, porque sabía de antemano que su rol —así lo había acordado con Vilda— sería secundario. Los focos, entendía, para otras. Pero en el vestuario se hacía escuchar. “Es una líder, una persona que cuando habla, suma. Dice lo correcto en el momento adecuado”, apunta Tere Abelleira. Eso ha explicado desde que acabara el Mundial y se sucedieran los hechos.

Alexia lideró junto a otras la posición del grupo más inconformista y reivindicativa, sabedora de que era ahora o nunca, de que el balón les había dado el poder que otros les negaron por bandera. “Durante décadas había una discriminación sistémica con el femenino. Debimos pelear muchísimo para ser escuchadas”, resolvió desde el estadio Gamla Ullevi, en Gotemburgo. “Lleva en la sangre ese papel de líder nata. Tiene una conducta ejemplar, el grupo confía en ella a muerte. Nos marca a las más jóvenes el camino a seguir. Siempre me fiaré de su criterio y de sus elecciones”, dice Cata Coll. Voz que se escucha, incluso por una Athenea que antepuso la camiseta a la lucha al no renunciar al equipo como el resto porque entendía que los cambios se harían mejor desde dentro. “Alexia es un ejemplo y un espejo donde mirarse. Por lo que ha conseguido y por lo que significa. Mira más por el grupo que por ella. Es una auténtica líder”, expone.

A Alexia, como al resto, le agitó el beso de Rubiales y le sulfuró la posterior asamblea, en la que se negó a dimitir. El lema #SeAcabó hizo cuajo en el vestuario y en el mundo, como evidenció Suecia en el primer encuentro de la Nations League (2-3) al posar todas juntas con la pancarta antes del envite. “Tolerancia cero. Primero por ella, también por nosotras y para que no volviera a suceder. Creemos que el sistema falló. Falló la federación y falló el país”, agregó este domingo desde Sevilla, escala para llegar a Córdoba, donde se mide hoy a Suiza (21.00, La 2 y RTVE Play).

Entrega del brazalete

Aunque dejó detalles de su fútbol en el Mundial, sobre todo ante Zambia, le faltaba ritmo y le sobraban toques, todavía buscando su punto de cocción. Ante Suecia, sin embargo, resultó de lo mejor, de nuevo una virguera con la bola entre las botas, caño aquí y sombrero allá, pases de entre líneas, juego que descorcha la admiración. Pero no solo mandó con la pelota, sino que también lo hizo sin ella. Un ejemplo es que el vestuario, invitado por Tomé, hizo una votación para elegir a las capitanas en estos dos encuentros, medida provisional por la excepcionalidad de la situación. Alexia fue la más votada, seguida por Paredes —a la que le entregó el brazalete porque considera que el cargo está hecho a su medida, además de que ya lo fue en tiempos pasados—, Aitana y Mariona. “Es un gesto que demuestra el compañerismo del grupo”, dijo Tomé.

Aunque Alexia tenía más, pues fue la primera en felicitar a Athenea en su tanto a Suecia como reclamó la melé de todas en los goles. Y en el último minuto, con empate a dos y con un penalti por lanzar, se dirigió a Mariona y, consciente de que lo quería chutar porque también es su especialidad, obviando los galones —es la que más internacionalidades suma: 110 por delante de Paredes (98)—, le dijo: “¿Estás preparada, verdad?”. No hizo falta más. “He visto una Alexia diferente, disfrutando. Me alegro; ha sido una de las jugadoras que más activa ha estado con todo lo que ha pasado. Es una futbolista 10″, le reconoció Tomé. También una líder de 10.

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