Un trompo de Leclerc deja a Alonso segundo y a Sainz tercero en la parrilla del GP de Miami

En un guiño a la prolífica comunidad hispana que se concentra en Miami, Sergio Pérez, Fernando Alonso y Carlos Sainz liderarán la parrilla de salida de la quinta parada del calendario (21:30, Dazn); una prueba que se presenta explosiva después de una sesión cronometrada que remezcló el orden natural que se había visto en las sesiones de ensayos. Los entrenamientos libres reforzaron la sensación de dominio de Max Verstappen, que parece tener algo más que el resto en Florida. Ese margen le irá de perlas al actual campeón, obligado a arrancar el noveno, desde la quinta fila, por obra y gracia de Charles Leclerc. El monegasco de Ferrari se salió de pista en su último intento de vuelta rápida en la eliminatoria definitiva (Q3), y empotró su monoplaza contra las barreras de protección. Los comisarios neutralizaron la actividad en pista a falta de 1m36s para el final, una ventana de tiempo insuficiente para que los coches salieran de sus garajes y completaran una vuelta de lanzamiento antes de afrontar un último intento.

El trompo de Leclerc dejó las cosas tal y como estaban en ese momento para suerte de Pérez, Alonso y Sainz, los tres primeros, y para desespero de Verstappen. El holandés se fue largo en su primera tentativa y eso le dejó el noveno en el peor momento posible, en pleno duelo con su vecino de taller, que se apunta la segunda ‘pole position’ del curso. Alonso, por su parte, vuelve a arrancar en primera línea en Estados Unidos, algo que no lograba desde 2007, cuando corría enfundado en el mono de McLaren.

El asturiano arrancó con más problemas de los previstos en un circuito abrazado por muros, que no perdona el más mínimo fallo y cuyo asfalto, muy adherente, evoluciona una barbaridad con el rodar de los bólidos. Sin embargo, la cintura de Aston Martin llevó a la estructura de Silverstone (Gran Bretaña) deshizo el camino que había recorrido el viernes, y dio un paso atrás en la configuración del AMR23, un acierto total. “Siempre he estado motivado; siempre he trabajado duro. Pero quizás no tenía detrás a un equipo que creyera tanto en mi rendimiento; en mi habilidad para calibrar el coche”, reconoció Alonso. “Y, además, en los últimos años no he tenido un coche tan rápido como el actual. Yo no he cambiado nada, pero Aston Martin me ha cambiado a mí por completo”, convino el ovetense.

“Hasta la cronometrada estaba siendo mi peor fin de semana. Pero hicimos un ‘reset’ antes de salir, y allí empecé a sacarlo todo. Estaba siendo uno de esos fines de semana en los que me resulta complicado mantener el equilibrio en este asfalto, que es único”, resumió el mexicano, que arrancará el primero por tercera vez consecutiva, después de hacerlo en las dos carreras de Bakú, la sprint y la convencional.

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