Francia está raquítica: le falta gol y también fútbol
La selección de Deschamps, que se medirá con Bélgica en octavos, ha necesitado 49 remates para marcar solo dos tantos: uno en propia puerta y otro de penalti
Los tres partidos de Francia en la fase de grupos han mostrado a una selección con poco juego y menos gol. La vigente campeona del mundo ha necesitado 49 remates para marcar un gol de elaboración propia y fue el penalti que marcó Kylian Mbappé a Polonia. El tanto a favor que consta en el casillero galo es el que marcó el austriaco Wober en propia puerta. El famélico balance goleador ha relegado a Francia al segundo puesto de su grupo, lo que le llevará en octavos con Bélgica y a transitar por el lado salvaje por el que también circulan Alemania, Portugal y España.
Con ese bagaje y las dudas que ha suscitado el fútbol que ha desplegado, el seleccionador francés Didier Deschamps decretó como día libre este jueves. El martes, tras el empate con Polonia (1-1), los internacionales franceses que no estaban obligados a comparecer en la zona mixta del Westfalenstadion, desfilaban a toda mecha camino del autobús que debía trasladarlos al hotel de concentración en Paderborn. Allí les esperaban sus familiares, con permiso para visitarles por un día. La sensación que transmitía su avidez en el caminar era la de iniciar lo antes posible el receso junto a los suyos para olvidar la decepcionante primera fase que han protagonizado.
“Aquí hay veteranos que saben que en la segunda fase todo cambia”, reflexionaba Deschamps, muy convencido de que la falta de puntería y no el mal juego es el gran problema que ha condenado a Francia. “Oh no, no estoy nada decepcionado, sinceramente. Excepto que queríamos conseguir el primer puesto del grupo”, proclamó el preparador francés con un punto de altivez. “El portero contrario fue elegido mejor jugador del partido. A veces puedes tener muchas oportunidades y no marcar. Estábamos en un grupo muy complicado. Para aquellos que se reían de Austria, son los primeros. Holanda es tercera. El primer objetivo se ha conseguido, jugaremos el 1 de julio (en octavos de final) y comenzará una nueva competición. Si marcamos más goles, tenemos más posibilidades de ganar partidos. Estaría mucho más preocupado si no tuviéramos ocasiones”, analizó Deschamps.
Los dos goles a favor que registra son la peor marca de la era Deschamps en una fase de grupos en las tres Eurocopas y tres Mundiales que ha dirigido a los bleus, precisamente subcampeones en Qatar 2022. En los mundiales de 2014, 2018 y 2022 anotó ocho, tres y seis tantos, respectivamente. En el europeo de 2016 y en el de 2021 registró cuatro goles en la primera fase. “Tengo plena confianza en nuestros atacantes. Cuando los hemos necesitado siempre han estado ahí. Somos un gran equipo y un gran equipo siempre se levanta”, advertía el madridista Camavinga.
Entre sus delanteros llama la atención la sequía de Griezmann, que solo ha marcado dos goles en sus últimos 31 partidos con su selección. Después del empate a cero con Países Bajos, Deschamps defendió al delantero del Atlético y puso el foco en su cansancio. “Viene de una temporada muy intensa, con algunos partidos muy intensos”, le excusó el técnico. Contra Polonia le dio descanso de inicio. “No está enfadado por no jugar, otros seguro que sí”, respondió Deschamps. No sacar más rédito del potencial que reúnen sus delanteros es una asignatura pendiente. El juego de Francia bajo su dirección provocó en Rusia 2018 una de las paradojas más inverosímiles e insólitas de la historia de los mundiales. Francia se proclamó campeona del mundo sin que su delantero centro, Giroud, marcara un gol.
Nunca ha sido un esteta del juego Deschamps. Ni siquiera su selección campeona del mundo en 2018 llenó el ojo, más allá de su solidez defensiva, la gran explosión individual de Mbappé en una gran competición internacional y el liderazgo para administrar los partidos de Griezmann.
La Francia que se ha visto hasta el momento tiene poco de coral. Todo parece depender en ataque de la inspiración individual de Mbappé, Dembélé y Griezmann. “Tenemos que sumar más al colectivo del equipo”, dejaba caer el extremo del PSG, Barcola. No fluye el ataque francés, obligado a jugar contra defensas muy cerradas. Deschamps ha trabajado en los entrenamientos ese tipo de partidos en los que no hay espacios. Como dominadora, Francia se nubla en las inmediaciones del área y no solo en el remate. Ha mostrado que se siente más cómoda cuando repliega y puede correr al contragolpe que cuando debe enseñar un plan para atacar en estático. Quizá por ahí, hasta le pueda venir mejor ir por el lado del cuadro más complejo. Alemania, Portugal y España acaparan más la pelota.
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