_
_
_
_

Daniel Brühl: “Me tenía que callar la boca en el Bernabéu”

El intérprete hispano-alemán ejerce de puente cultural y futbolero entre España y Alemania en la previa de la Euro

Daniel Brühl, en la presentación de Becoming Karl Lagerfeld.
Daniel Brühl, en la presentación de Becoming Karl Lagerfeld.Mondadori Portfolio (Mondadori Portfolio via Getty Im)
Juan I. Irigoyen

Daniel Brühl (Barcelona, 45 años) es un símbolo para una generación de europeos. A su memorable interpretación en Good Bye, Lenin! le siguieron sus trabajos en Los Edukadores, Salvador, Malditos Bastados, Rush y Capitán América, entre otras. Ahora, el actor promociona Becoming Karl Lagerfeld, la historia del famoso diseñador de moda. Divertido y cercano; sensible y clarividente; Brühl ejerce para EL PAÍS de puente cultural y futbolero entre España y Alemania en el arranque de una serie que aspira a hablar de fútbol y no solo.

Pregunta. ¿Es muy futbolero?

Respuesta. Mucho. Crecí en Alemania, pero nací en Barcelona. Y gracias a mis tíos y a mi familia de allí acabé siendo culé.

P. Mal momento para un barcelonista.

R. Vivimos tiempos complicados. Duele pensar en las 15 Champions del enemigo.

P. ¿Cómo lo lleva?

R. Hay que tener respeto y no convertiste en un fan amargado y hostil.

P. ¿Al menos, tuvo algún consuelo con un equipo alemán?

R. El Barcelona es un equipo de otro nivel. Pero como crecí en Colonia siempre he tenido puesto un ojo en el equipo de allí, como también en el Dortmund.

P. Siempre un contrapoder, el Barça del Madrid y el Dortmund del Bayern.

R. Exacto. El Real Madrid y el Bayern son equipos que caen mal.

P. ¿Y a nivel de selección?

R. He vivido momentos fantásticos con Alemania y España. Imagínese, durante un tiempo no he parado de celebrar: 2008, 2010, 2012 y 2014. Años muy bonitos. Además, tenemos familia francesa.

P. ¿También celebró el Mundial 2018?

R. Hubiese sido un poco rebuscado. La parte francesa no está en mi sangre. En los países vecinos puede haber mal rollo, muchas guerras, mucho lío. Pero si saltas una frontera, entonces hay buenas relaciones. Y siempre las hubo entre Alemania y España.

P. ¿A qué atribuye esa buena relación, culturalmente están lejos?

R. Dicen que los catalanes son los alemanes de España. Hay un punto ordenado, quizás un poco menos follonero que, por ejemplo, en Andalucía. Mi abuelo era andaluz y mi abuela era de Cataluña. Así que soy charnego.

P. ¿No le molesta el término charnego?

R. La sal y la pimienta es lo que hace interesante a la vida. Estoy encantado de tener un abuelo andaluz, me encanta Andalucía. Siempre pienso que a Alemania y a Cataluña les iría bien un poco más de chispa. Me encanta vivir con esa ratatouille que tuvimos en nuestra familia, franceses, españoles, catalanes, alemanes…

P. ¿Qué tiene de cada uno?

R. Acostumbro a pensar en una frase de Carlos V que me decía mi padre: “Con Dios hablo en castellano, con su amante en francés y con su caballo en alemán”. Es lo dijo en el siglo XVI y aún tiene su punto.

P. Traducción.

R. Me gusta el rollo que tienen las lenguas. El romanticismo de la francesa; la potencia de la lengua española, perfecta para rezar; y el idioma más técnico que es el alemán.

P. Más allá de tener un bar de tapas en Berlín [Bar Raval], ¿se siente un embajador de España en Alemania y un embajador de Alemania en España?

R. Me siento muy europeo. Conozco muy bien la cultura alemana y española y esa riqueza es brutal. Hay que enseñar la diversidad de las culturas. Por eso, también el bar de tapas. Para mostrarles a los alemanes la riqueza gastronómica de España. No todo es jamón y sangría, como tampoco Alemania es solo frankfurts.

P. Siempre la diversidad.

R. Intento mantener la curiosidad. Ahora vemos que nos estamos moviendo a la derecha y yo crecí en un continente que se estaba abriendo, en el que los muros se caían y que todos tenían un espíritu abierto y tolerante.

P. Good bye, Lenin.

R. Esa Europa en la que crecí fue un capítulo fanático de la historia y ahora hay que tener cuidado.

P. ¿Y cómo se cuida a Europa?

R. Con diálogo. Y darse cuenta de los mensajes facilones del populismo no funcionan a larga vista. El ser humano es muy complejo. Esos que van por el mundo y Europa vendiendo la moto de todo es tan fácil y que puedes encerrarte para salvarte y cuidar tu riqueza no va a funcionar. Vivimos en un mundo globalizado.

P. ¿Le da tristeza?

R. Sí, es un poco triste que el veneno populista con sus mensajitos simples arrase tanto. Hay que superar estos momentos tristes. Soy padre de dos hijos y no puedo permitirme la amargura. Debo tener fe y optimismo para mis hijos.

P. ¿Su hijo mayor de qué equipo es?

R. Del Barça. Juega en un equipo local y voy a cada partido con alguna camiseta del Barça.

P. ¿Le pidió alguna camiseta?

R. Le regalé una que me firmó Busquets y tiene otra de Messi, pero ya le va pequeña y se la dejó a su hermano pequeño.

P. Cuéntame algo de Messi.

R. Lo vi en los Laureus y le pedí una firma para mi hijo. Para mi hijo fue espectacular. Su papá había estado con Leo, Lewandowski y Puyol.

P. ¿Su primer recuerdo en un estadio?

R. En el Camp Nou. Tenía como ocho o nueve años, contra el Kaiserslautern. Un partido de la Copa de Europa. Después, como vivíamos en Colonia, ya no fui tanto hasta que llegó la época de Ronaldinho.

P. Una época fantástica.

R. Sí y lo encadené después con el superequipo de Guardiola y Messi. Los fui a ver muchísimas veces.

P. ¿Al Camp Nou?

R. Al Bernabéu también. Me callaba la boca, eso sí. Unos días gloriosos.

P. ¿Su mejor día en un campo?

R. La final de la Champions de 2015 en Berlín, cuando le ganamos 3-1 a la Juventus. Y por lo que significa para la historia del fútbol la final del Mundial de Alemania, el día del cabezazo de Zidane a Materazzi.

P. ¿Y el más triste?

R. También estaba en el estadio del Dortmund cuando Italia eliminó a Alemania en la semifinal del mundial 2006.

P. Tiene en su currículo grandes partidos.

R. Muchísimos. Siempre intento ir. Ahora quiero ir con mi hijo para que veamos algún partido de Alemania o de España. Me gustaría ir con él al partido de España contra Croacia en Berlín.

P. ¿Qué canción le conmueve más?

R. Nadie bate a los ingleses: el You Will never Walk Alone. No soy del Liverpool, pero le tengo un respeto máximo. Una tristeza que se haya ido un grande como Jürgen Klopp. El himno del Barça, por supuesto, y para estar de buen humor, siempre escucho a The Lightning Seeds y su Football is coming home.

P. ¿Quién va a ganar la Euro?

R. Los ingleses están muy bien. Los franceses, también. Y hay que tener en cuenta a los alemanes en casa y a la selección española.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_