Pedri: “Sigo jugando como un niño con sus amigos”
El centrocampista es el tercer futbolista que más distancia media ha recorrido en esta Eurocopa, aunque afirma que compite “con la cabeza”. Practicó atletismo y juega al pimpón. Antes del duelo de cuartos de final contra Suiza charla con EL PAÍS
Sobre el tartán de la pista que rodea el estadio Petrovsky, antigua sede del Zenit de San Petersburgo, Pedri (Tegueste, Tenerife, 18 años) rememora los tiempos en los que practicaba atletismo. “Hacía pruebas de fondo, porque en velocidad no esprintaba ni a las chapas”, bromea el tercer jugador que más distancia (11,7 km de media) ha recorrido en esta Eurocopa. Sus guasas, pese a una timidez que pierde en cuanto le dan carrete, y su destreza al tenis de mesa son la comidilla en la concentración española. Y también su convocatoria para los Juegos Olímpicos, en los que cerrará una temporada maratoniana.
Pregunta. ¿Irá a los Juegos de Tokio, a darle al pimpón, a hacer atletismo o a jugar al fútbol?
Respuesta. Los Juegos son un sueño para cualquiera y si hay pimpón, juego [risas].
P. ¿No le satura tras la temporada tan maratoniana que lleva?
R. Como a cualquier niño, lo que me encanta es jugar y cuantos más partidos mejor. Es cierto que llevo muchos, pero puedo estar todo el año jugando.
P. ¿Cómo tiene el depósito?
R. Bien, después de los partidos termino cansado como todo el mundo, pero a los tres días estoy para jugar y con las pilas ya cargadas.
P. ¿Alguna vez se había desgastado tanto?
R. Nunca había jugado tantos partidos seguidos. De pequeño lo normal es que nunca me cansara, ahora noto más el nivel físico del profesionalismo y hay que aprovechar el tiempo para descansar.
P. ¿Cómo recupera física y mentalmente?
R. Los primeros momentos estoy cansado, pero después de dos o tres días estoy bien. Mentalmente soy fuerte, estoy muy seguro de lo que hago.
La fuerza no es una de mis virtudes. Compito con la cabeza
P. ¿Se ve como un niño entre adultos en una competición de caza mayor como la Eurocopa?
R. Tengo menos edad que el resto e intento adaptarme, pensar antes que los demás. La fuerza no es una de mis virtudes, uso la cabeza antes para competir.
P. No para de correr, ¿juega con la ilusión del niño que fue?
R. Intento disfrutar de esto, queden cinco minutos o cincuenta. Siempre digo que sigo siendo un niño que disfruto con lo que hago. Juego como si estuviera con mis amigos en la cancha. Cuando estoy muy cansado lo noto en las piernas, pero la cabeza tiene que estar tranquila para tirar de ellas.
P. Quién diría con ese cuerpecito que, aunque a su ritmo, solo el austriaco Sabitzer (12,2 km) y el sueco Ekdal (11,8 km) promedian más kilómetros que usted durante el torneo.
R. Voy siempre al mismo ritmo. Unai [Simón] dice que soy un diésel. Intento dar lo máximo al equipo, con metros o con lo que haga falta.
P. ¿Le vino bien el atletismo para desarrollar ese fondo?
R. Si lo practicas de niño, luego te viene bien. Mucho del aguante que tengo es por el atletismo. Lo practiqué hasta los 15 años, antes de fichar por Las Palmas. Hacía fondo, porque la velocidad no es mi punto fuerte. También hice vallas, pero no me gustaba mucho. En las carreras de fondo ganaba porque aguantaba bastante. Corría los 800m, los 3.000m y también me llamaban para el relevo de 4x400m.
P. El jugador canario siempre ha sido un poco más de pausa que de correr.
R. Sí, de cancha, de calidad. Un consejo que me dio mi padre lo sigo al pie de la letra: hay que trabajar para el equipo por si no te salen las cosas.
P. ¿Ve mucho fútbol?
R. Sí, me encanta y aprendo, aunque se está perdiendo calidad y es más físico. A la calidad hay que darle confianza, porque esos jugadores te la devuelven.
P. ¿Cómo hace para protegerse siendo un jugador liviano con lo fuerte que se juega en la élite?
R. Aunque tengas poco cuerpo, saber colocarlo es muy importante. Cuando te viene un rival, si le metes tu cuerpo por delante lo máximo que te puede hacer es falta. Eso te lo da la experiencia. También hay que pensar un poco antes que los demás para anticiparte.
P. ¿Cómo encaja en el estilo de Luis Enrique?
R. El fútbol que hacemos se parece algo al del Barcelona en el sentido de tener el balón y asociarnos. Es el fútbol que veo desde pequeño y el que me gusta.
Lo mejor es defenderse con la pelota. El rival no te ataca
P. ¿En la selección se presiona más que en el Barça?
R. Sí, el míster nos pide que presionemos, y que a veces merece la pena arriesgar y perder el balón porque con la presión lo vamos a recuperar fácil y vamos a pillar al rival descolocado.
P. El 3-2 de Croacia se produce porque van a presionar a Croacia, les rompen y hacen la transición que genera el gol. ¿No hubiera sido mejor no arriesgar yendo tan arriba?
R. La idea nuestra es seguir siempre igual, es verdad que en los últimos minutos no tuvimos tanto la pelota como nos hubiera gustado. Debimos tener más calma. Cuando tienes el balón, el rival no te ataca. Lo mejor es defenderse con la pelota y no la tuvimos. Nos empataron, pero sabíamos que en la prórroga, si hacíamos las cosas bien y teníamos la posesión, íbamos a tener ocasiones.
P. Las estadísticas dicen que no ha rematado a puerta, salvo la cesión a Unai Simón...
R. Todavía no lo he hecho, salvo el accidente del otro día. Espero que cuando remate sea gol. Es algo que tengo pendiente. Tanto Koeman como Luis Enrique me lo dicen, que pise área porque en cualquier rebote puedes marcar.
P. ¿Qué sintió cuando su cesión a Unai Simón se convirtió en autogol?
R. Mucha tristeza por Unai y por mí, es un fallo que en una Eurocopa no se puede tener, pero sabía que íbamos a tener oportunidades porque quedaba mucho. Había que tener la cabeza fría y seguir igual porque estábamos jugando muy bien.
P. ¿A veces no cree que la selección es retórica, que tienen la pelota el 80% y que no les ha servido para casi nada?
R. Tener la pelota debe tener el fin de llegar a la portería, pero también ganas oxígeno y tienes más opciones que el rival, al que le vas cansando. Hay que tenerla para robar espacios, no tener un 80% de posesión porque sí.
P. ¿Le corrige Busquets?
R. Me da buenos consejos. En La Cartuja me dijo que jugara rápido, que el balón se frenaba y era verdad. En las primeras jugadas no estuve muy acertado y perdí un par de balones. Le hice caso y me metí en el partido.
“Si me quieren llamar el Kanté canario... pero no me parezco”
“Aunque parece tímido, en el campo no lo es y fuera tampoco; tiene mucha sorna”, dijo recientemente Luis Enrique sobre Pedri. En la federación relatan “que hay veces que es para tirarse por el suelo con las cosas que dice”. Sentado en uno de los banquillos del estadio Petrovsky, con el objetivo de la cámara del fotógrafo de la federación apuntando y los periodistas esperando para preguntarle, un empleado federativo le suelta: “Parece que te van a fusilar”. Guasón y con un punto flemático, Pedri responde: “No, que aún soy muy joven”.
La sonrisa también se le abre cuando por los 46,9 kilómetros que ha recorrido en los cuatro partidos al completo en esta Eurocopa se le sugiere que podría ser el Kanté canario: “Si me quieren llamar así..., pero no me parezco en nada a él”. Las chanzas acompañan el día a día de Pedri. “Con Ferran [Torres] o con los que se sientan en mi mesa, por esto de que nos separan por la covid-19, siempre vacilo. Con Gerard Moreno también me lo paso muy bien”, asegura antes de proclamar al mejor jugador de pimpón de la selección: “Aquí hay gente muy buena, pero Rodri es el mejor”.
Su padre regenta un bar en Tegueste y Pedri admite que el mundo que da una barra le ha servido para relacionarse y desarrollar su sentido del humor. “Al principio soy un poco tímido, pero cuando conozco a la gente bromeo. En la primera convocatoria estaba muy callado y ahora vacilo con todos. Cuando era pequeño comía en la barra y venía todo el mundo a saludarme. Ahora me piden fotos, pero la mayoría son del pueblo y me tratan igual”.
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