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Chris Froome: “Seguir siendo ciclista es vivir un sueño”

Entrevista al corredor británico ganador de cuatro Tours, que se mantiene en el pelotón cuatro años después de una gravísima caída: “Quiero volver al Tour y pelear por ganar etapas”

Carlos Arribas
Chris Froome
Chris Froome saluda a un niño el sábado pasado durante el Critérium de Singapur.A.S.O./Thomas MaheuxA.S.O/ThomasMaheux (A.S.O./Thomas MaheuxA.S.O/ThomasMaheux)

Hay unos cuantos que han ganado cinco Tours (Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain) y algunos (Thys, Bobet, LeMond) que han ganado tres, pero solo uno, el británico Chris Froome (Nairobi, Kenia, 38 años) ha ganado cuatro. Pocos dudaban de que en 2019 ganaría un quinto que le abriría las puertas del gotha, pero una caída cruel en junio, cuando se entrenaba con la cabra para una contrarreloj del Dauphiné Libéré, cortó en seco la racha y, casi, su carrera deportiva. Dejó el Ineos, el equipo de sus triunfos, y fichó por el Israel. Habitual de los critérium que organiza el Tour, suda el calor de Singapur, se divierte con su familia (mujer y dos hijos), se hace fotos y firma autógrafos, y habla relajado junto a la piscina del Hotel Mandarín Oriental, en la Marina. Una pulsera con la bandera de Kenia en la muñeca derecha. “Son mis raíces”, dice. “Nací en Nairobi y crecí allí. Es una parte muy importante de mí”. El domingo continúa su ruta de prejubilado próximo corriendo otro critérium asiático del Tour, el de Saitama, en Japón. Seguirá corriendo, asegura, dos años más, pero ya acepta que nunca ganará el quinto Tour.

Pregunta. ¿Cuáles son sus planes para los próximos años?

Respuesta. Ante todo, me gustaría volver a participar en el Tour de Francia. Me sentó muy mal que el equipo no me seleccionara la pasada edición, pero esa frustración me obligó a reflexionar. Algo no funcionaba en mí. Me dolía mucho la espalda. Quería pensar que eran cosas de los años, que la edad quería ponerse al día conmigo, pero comparé las medidas de mis pinarellos de cuando estaba en el Sky y vi que con el Israel corría más estirado, con el sillín tres centímetros más retrasado, una burrada. Y ahí nacía el dolor lumbar.

P. ¿Es un sueño pensar que puede volver a ser el de antes?

R. Mucha gente me pregunta, ¿por qué sigues corriendo? Has ganado todo lo que podías ganar, cuatro Tours, dos Vueltas, un Giro, tantas cosas más. ¿Cómo puedes querer continuar si ya no ganas nada? La respuesta es sencilla. Me encanta el ciclismo. Me encanta pedalear en la bici y echar carreras. Disfrutaba más cuando ganaba, claro. El subidón de adrenalina, las buenas sensaciones que vienen con el éxito. Fue un sueño ganar una carrera como el Tour, y el placer que produce, pero me encanta seguir pedaleando, me encanta formar parte de un equipo con un objetivo compartido y una visión compartida, pero aunque ya no levante las manos ganando, ser ciclista sigue siendo vivir un sueño.

P. ¿No será que es lo único que sabe hacer en la vida?

R. No, no, no, no. Eso es una forma negativa de verlo. Definitivamente no, sí, definitivamente no. Definitivamente no. No me aferro al deporte en ese sentido. Es una pasión y aunque no gane, eso no cambia.

P. Sus razones para seguir recuerdan a las de Alejandro Valverde, que se retiró a los 42 y un año después aún no está convencido de que no lo hizo antes de tiempo…

R. Pero Valverde es increíble, es increíble… Quiero decir, fue increíble verlo el último par de años de su carrera e incluso ahora aún muy competitivo en las pruebas de gravel. Es motivador ver a ciclistas así. Geraint Thomas es un buen ejemplo también. Sólo hay un año de diferencia entre Geraint y yo, así que somos de la misma generación. Y casi gana el Giro este año.

P. Sí, pero ellos no tuvieron un accidente que les rompiera la cadera y la pierna…

R. Y por eso, por haber tenido ese accidente, estoy aún más agradecido. Ahora tengo, realmente tengo, una oportunidad muy especial para seguir compitiendo con mi bici y seguir haciendo lo que me gusta, a pesar de las lesiones.

P. Compite con amor, pero, ¿lo hace también con ambición?

R. Mucho, mucho. Por eso, sufro frustración cuando no llego adonde quiero. Sigo intentando mejorar cada día, cuestionándome por qué no funciona lo que tendría que funcionar.

P. ¿Adónde quiere llegar?

R. Quiero volver al Tour y estar delante en las grandes etapas cuando la carrera se seleccione, cuando queden menos hombres en las subidas, o luchando por una victoria de etapa o incluso un buen puesto en la general… Eso sería el sueño.

P. A la afición le habría encantado verle competir a usted en plenitud con la generación de la pandemia, Pogacar, Vingegaard, Roglic, Evenepoel…

R. Y a mí también, jeje. De verdad, estoy realmente interesado en saber cómo es la dinámica actual. Es muy diferente cuando se ve desde el exterior a cuando estás allí corriendo contra esos tipos.

P. Cuando tuvo el accidente aún tenía muchas cosas que decir…

R. Eso creo yo también, pero así es el deporte, así es la vida.

P. ¿Ha pasado por momentos de depresión a raíz del accidente?

R. No, no, no. Pero ha habido días muy duros en los que pensé que no volvería a correr. Pasé muchos meses en la cama, sin poder moverme. Tuve que aprender a andar. Fue duro. Era extremadamente frustrante. Y no era fácil. Ni siquiera era capaz de ir al baño por mi cuenta. Me empeñé en salir lo más rápido posible del hospital para empezar cuanto antes el trabajo de rehabilitación, y me precipité. No estaba preparado para valerme por mí mismo. En el hospital me habría ayudado una enfermera, pero en casa lo tuvo que hacer mi mujer. Y hay cosas que una compañera no debería tener que hacer. Como llevarte al baño. Ella fue entonces más grande de lo que nunca había pensado. Hubo algunos períodos oscuros. Ni siquiera fui capaz de caminar correctamente durante más de seis meses. Hay momentos de duda y momentos de ansiedad. De mucho esfuerzo por encontrar motivación. Dudar si es la decisión correcta continuar o no. Pero hoy, sentado aquí, estoy muy contento. Creo que es muy importante que decidiera volver a competir.

P. ¿Cuántas veces ha recordado y maldecido el momento en el que soltó la mano del manillar antes de su caída?

R. Ninguna. No me acuerdo de nada. Sólo sé que estaba con mi compañero de equipo Wouter Poels. Me dijo que le hice una indicación para que se echara a la derecha. Y me dijo que me llevé la mano a la cara como para sonarme la nariz o algo así. Y al momento siguiente… No me acuerdo. Puedo recordar solo cuando estaba en el suelo, pero no recuerdo cómo fue la caída ni por qué giré. Era una carretera recta. No tiene sentido en mi mente. Había viento lateral y yo llevaba la cabra con una mano. Una locura. La rueda trasera era de disco. La delantera, de llantas altas. Puedes perder el control muy fácilmente. Algunas bicis de contrarreloj son superpeligrosas. Quieres ser lo más aerodinámico posible y vas con las manos en los frenos, en una posición muy extrema y con la cabeza agachada a toda velocidad. Ni siquiera miras por dónde vas. No es un deporte cualquiera, es muy peligroso, pero es un riesgo que asumimos los profesionales que hasta que no nos damos un golpe así no nos damos cuenta de lo frágiles que somos. Vamos a 80 por hora con la única protección de un maillot y un culot finos como papel. Hacemos una locura, pero es lo que hace al ciclismo tan espectacular.

P. ¿Cree que Egan Bernal, también de su equipo, que sufrió heridas similares en un accidente, volverá a ser el de antes?

R. ,Egan es mucho más joven que yo y llegará a un nivel muy alto de nuevo. Pero será duro. Es duro después de un gran accidente. Cada año que pase, le será más difícil. También iba en una bicicleta de contrarreloj cuando chocó. Supongo que no vio el autobús.

P. ¿Puede un cuerpo recuperarse al 100% de un accidente así?

R. No. Siempre quedan cicatrices. Y nunca se recupera el equilibrio muscular entre el lado izquierdo y el derecho. Cojeas al andar…

P. Usted corre para el equipo Israel. Ahora mismo lleva la camiseta de Israel. ¿Qué opina de la guerra que lleva contra Hamas?

R. No es algo en lo que vaya a entrar aquí. Trabajo para un equipo de Israel, pero este es un entorno deportivo y no voy a entrar en política. Estamos aquí en Singapur para celebrar el ciclismo, para promover el ciclismo. Es extremadamente trágico lo que está pasando en Oriente Medio ahora mismo, pero no creo que sea una conversación para aquí.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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