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Anadolu Efes IST
Movistar Deportes

Tadas Sedekerskis, capitán del Baskonia: “Siento una presión extra porque amo esta ciudad y este club”

El jugador lituano del equipo vitoriano reconoce la preocupación de la plantilla y la entidad por revertir un mal arranque de curso que se suma a las últimas irregulares campañas, y asume la responsabilidad de guiar a un conjunto en reconstrucción

Tadas Sedekerskis, capitán del Baskonia

Los buenos tiempos del Baskonia, acostumbrado a jugar finales y ser relevante en la ACB, Copa del Rey y la Euroliga han desaparecido en los últimos años. Ausente en tres de las últimas cuatro Copas (cuando es el cuarto equipo en la tabla histórica de campeonatos, seis, solo detrás de Real Madrid, Barça y Joventut); fuera del playoff ACB hace dos cursos (la única vez en 40 años); y sumido en la irrelevancia y realidad europea desde hace tiempo. Desde su último título, la ACB de la pandemia en la burbuja de Valencia en 2020 con su tótem al mando, Dusko Ivanovic, han pasado seis cursos, contando el actual, con seis cambios en el banquillo. El penúltimo inquilino, Pablo Laso, firmado para tres cursos, fue destituido en verano tras solo uno, y en su lugar llegó Paolo Galbiati. El italiano cosechó el peor arranque europeo del club vitoriano, un 0-6 solo interrumpido esta misma semana tras ganar a Dubai. El primer triunfo europeo supuso un pequeño respiro, pero queda mucho por hacer, este viernes ante Efes en la Euroliga (20.30, Movistar), también en la ACB (2-2), con el líder Tenerife el domingo a la vista (19.00, Dazn), algo de lo que es consciente Tadas Sedekerskis (Nida, Lituania, 27 años), capitán del equipo baskonista. Sus palabras salen desde el corazón.

Pregunta. ¿Cuántos kilos se ha quitado de encima con esa victoria frente a Dubai?

Respuesta. En el Baskonia siempre ha sido importante ganar. Yo creo que la gente está acostumbrada a que el equipo gane tanto los partidos en la ACB como los de la Euroliga y que compita por estar en el top 8 y clasificarse para la Copa. Se ha reformado el equipo casi por completo y parece que, otra vez, esto no funciona. Todo el mundo tiene mucha presión, tanto la directiva como el entrenador, como yo, que soy el capitán. He pasado un momento muy complicado y muy difícil. Pero bueno, así es el negocio y ahora la victoria ha servido para coger aire fresco, pero queremos más.

P. ¿Cuánto de mal lo ha pasado?

R. Mi mejor amigo de Lituania está aquí y hemos estado hablando mucho. Y le digo: ‘Tío, a lo mejor si fuera el capitán de un equipo en el que llevo dos, tres años, no lo sufriría tanto, pero es que yo en Vitoria estoy desde los 15 años. Amo la ciudad, amo a esta gente. Yo sé que ellos me quieren también y entonces tengo una presión extra’. Creo que esta gente se merece volver a ver el mejor Baskonia. Por eso tengo esta presión de que el equipo gane, de rendir y de jugar bien. Como todas las personas en la vida, puedes tener momentos buenos, malos, pero hay que sobrevivir, no bajar la cabeza, levantarse y seguir.

P. ¿Se come mucho la cabeza?

R. Sí, por lo que te he dicho antes. Esta es mi casa y, cuando no funciona, sufres. Cuando hablo del Baskonia siempre, en mi cabeza y en mi memoria, lo tengo como un equipo ganador. La verdad es que lo paso muy mal y creo que a veces lo tengo que gestionar mejor porque puede perjudicar mi juego.

P. Antes era un tema tabú el hecho de hablar de la salud mental. ¿Cuánta importancia le da a cuidar esta faceta?

R. Es igual de importante que venir aquí y trabajar la técnica individual o ir al gimnasio, porque la cabeza, sobre todo en estos momentos, es lo más relevante, tener pensamientos positivos, no bajar los brazos… Baskonia ha pasado momentos buenos, pero también malos, pero nunca se ha rendido, siempre ha regresado y estoy seguro de que volveremos a estar bien.

P. ¿Es difícil adaptarse a la nueva situación del Baskonia?

R. Para mí, como capitán, sí que es complicado. Hay mucha gente nueva y quizás no se identifican tanto con la ciudad. Para mí es un trabajo extra intentar transmitirles que siempre ha sido un equipo ganador, que tiene un presidente que quiere ganar, que quiere luchar por los títulos y, sobre todo, los fans. No somos un equipo cualquiera, somos un equipo grande, con mucha historia y es importante que la gente lo entienda. En momentos como este hay que seguir adelante, incluso poner más ganas.

P. ¿El hecho de renovarse cada año complica todavía más la situación?

R. Sí. Lo que pasa es que esta siempre ha sido la idea del club, apostar por gente nueva y joven. Le ha ido bien. Pero es muy difícil acertar cada año. En este sentido, creo que la gente tiene que entender que hay que tener paciencia. Yo sé que nos están cayendo muchísimas críticas, pero somos profesionales y conscientes de que es algo normal. Tanto el entrenador como todos los jugadores, cada día, estamos trabajando muy duro, dando el 100%. Hay gente que está jugando lesionada… Si seguimos con esa misma mentalidad, poco a poco, el equipo va a estar mejor.

P. El año pasado se mostró muy crítico con el rendimiento del equipo. ¿Eso es una manera de motivar a sus compañeros?

R. Hay que entender la realidad, analizar por qué pasan las cosas y solo así vas a poder mejorar. Siempre intento decir la verdad tal y como la siento. Hay mucha gente nueva y así trato de explicarles. Aunque hay veces que es mejor cerrar la boca, callarse y seguir trabajando. Solo así salen las cosas. Por lo menos a mí me han salido. Yo he tenido muchos altibajos en mi carrera, de ganar y que la gente te sonría por la calle, a momentos malos y que la gente te pregunte qué pasa. No todo en la vida es bonito.

P. Cambian los jugadores, pero también los entrenadores…

R. Cuesta acostumbrarse porque cada uno tiene un mensaje. Cuando juegas para un mismo entrenador, ya sabes las reglas, lo que quiere de ti, lo que le gusta y lo que no. Incluso, cuando vienen los nuevos jugadores ya saben cómo introducir el sistema. Las cosas son más fáciles así. Pero bueno, no todo está en mis manos. Sería más fácil tener el mismo míster durante muchos años. Pasó, por ejemplo, con Dusko, que creo que fueron grandes años. Ahora es otro momento, hay que acostumbrarse y sacar la mejor versión.

P. ¿Fue difícil asimilar la salida de Pablo Laso y la llegada de otro entrenador?

R. Sí. Yo tenía muchas ganas de trabajar con él y aprender. Creo que la pasada fue mi mejor temporada en la ACB. No soy de seguir mis estadísticas y analizarlas. Lo importante es que el equipo funcione. Ha sido una pena que solo haya estado aquí un año. Fue difícil asimilar su salida porque, al final, haces piña, familia. Le tenía mucho cariño a Pablo, pero esto es un negocio y al final no siempre las cosas salen como son. Estoy agradecido por todo lo que me ayudó y me enseñó.

P. ¿Cómo lo está pasando Paolo Galbiati? ¿Le ve preocupado?

R. Yo creo que, ahora mismo, en este equipo nadie está tranquilo. Es un entrenador supertrabajador. Parece que vive aquí, en el Buesa. Se pasa muchas horas viendo videos y analizando. Desde el primer momento se le ha visto con muchísimas ganas y eso lo transmite también a los jugadores en los entrenamientos. Le gusta entrenar duro e intenso. Intento apoyarle lo máximo que puedo, que pase de las críticas y que se centre en sacar esto adelante.

P. Cada vez hay más equipos en la pelea y Baskonia se está quedando fuera. ¿Duele?

R. Claro que duele. Yo no estoy acostumbrado y es algo a lo que la gente no está acostumbrada, pero yo me acuerdo hace años, justo cuando llegué, que el equipo tuvo también malas temporadas. Esto va por rachas. Es importante que la ciudad y el equipo sigan unidos. Vamos a sacarlo. Ahora tenemos que pensar, primero, en el Efes y luego en el Tenerife. Estamos mejor después de haber ganado. Queremos levantar los ánimos e ir partido a partido. Hoy tenemos que sacar toda la rabia, toda la energía, dar nuestro 100% y pelear hasta el último minuto. Y luego, Tenerife, un equipo que tiene gente que lleva mil años juntos y juega muy buen baloncesto con líderes muy claros. Nosotros somos más jóvenes, sin tanta experiencia. Por eso tenemos que poner más energía que ellos.

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