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Llopis impresiona en su primer paso hacia las medallas

Los españoles brillan en el Mundial: el valenciano avanza hasta las semifinales de los 110m vallas, Ben entra en la final de los 1.500m y Lescay y Guerra, dos finalistas en longitud por primera vez en la historia

Quique Llopis cruza primero la línea de meta en los 110m vallas en el mundial de atletismo de Tokio.
Fernando Miñana

Quique Llopis mira cada día un poquito más alto. Un día descubrió que los mejores no estaban tan lejos, y en París, en los Juegos, cuando se quedó a las puertas del podio olímpico, ya comprobó que los tenía a tiro. El valenciano siguió creciendo en 2025 y, al final de la temporada, debuta en el Mundial, en un Estadio Nacional atiborrado de público, y después de hacer una salida un poco insegura por la calle 1, avanza y, sin arriesgar, asegurando el paso por cada valla, entra primero con una marca de 13,22s, dejando atrás al estadounidense Tinch Cordell, el líder del año (12,87s). Entre las cinco series, solo dos rivales, los jamaicanos Mason y Bennett, han corrido más rápido que él.

El vallista de Bellreguard, un tallo de 1,90 que parece algo más corpulento que el año pasado, solventa su serie con suficiencia y mantiene su rictus habitual, como si no hubiera hecho nada del otro mundo. La excelencia convertida en algo cotidiano “La verdad es que estaba muy tranquilo, como si estuviera en un entrenamiento y me he tenido que activar”. Atrás, muy atrás, quedó la angustia del pasado, las vallas que parecían crecer a su paso, y ahora llega la noche previa a la carrera y el alumno al que ha modelado Toni Puig desde que era un niño duerme 11 horas del tirón, como un bebé. La tarde tokiota sonríe a la selección española y, salvo un par de excepciones, los atletas llegan muy sonrientes al desfiladero de la prensa, donde expresan sus emociones. Asier Martínez, que ha caído en las series de los 110m vallas, en el mismo estadio donde se convirtió en finalista olímpico, mastica como puede la frustración. O Jesús David Delgado, que no puede avanzar hasta las semifinales de los 400m vallas pese a volver a bajar de los 49 segundos. Adrián Ben, era cambio, sonríe feliz. Lo ha vuelto a hacer. El gallego de Viveiro, un atleta que en los 800m alcanzó todas las finales posibles, desde los Juegos al Mundial y el Europeo, se pasó a los 1.500m, la distancia que embruja al aficionado español, y después de un periodo de aprendizaje vuelve a entrar en una final, el sitio de los elegidos. Una muesca más con solo 27 años.

Ben se repeina con la mano y se lanza a analizar su carrera, su clasificación con la segunda posición (3m 36,78s) en una semifinal lenta que claramente le benefició. “En la carrera pensé: ¿quieren jugar al 800? Pues jugamos. Yo, encantado”. El pupilo de Arturo Martín vio que todo se alineaba y se lanzó a por su tercera final en un Mundial —fue cuarto y sexto en los 800m—. “He dado tres zancadas y ya me he puesto entre los seis que se clasificaban, y cuando quedaban 120 metros he dicho que había que empujar, que no había que guardar nada”.

Igual de radiantes estaban Lester Lescay y Jaime Guerra. España tendrá por primera vez en la historia a dos saltadores en la final de longitud de un Campeonato del Mundo. El atleta cubano nacionalizado español, un pie en Castellón, donde vive su mujer, y un pie en Guadalajara, donde entrena con Luis Felipe Méliz, solventó la clasificación con suficiencia, con un segundo salto de 8,21m, su mejor marca del año. El catalán de Cornellà, conocido popularmente como ‘Aerolíneas’ Guerra, cuenta que él necesitó coger el último vuelo y cerró su pase a la final en el tercer y último intento, cuando se fue hasta 8,13m.

Lescay contuvo las expectativas y explicó que ya solo quedan 12 competidores y que ahí cualquier puede ganar, pero Guerra, que lo vio saltar en el foso de arena negra que embadurna a los sudorosos saltadores, se muestra impresionado y lo señala como uno de los medallistas en la final del miércoles. “Lo he visto muy fácil. Él no ha sufrido y lo veo en el podio”.

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Sobre la firma

Fernando Miñana
Lleva en el periodismo desde 1993. Primero en 'Las Provincias' y escribiendo para los periódicos del Grupo Vocento, y ahora en EL PAÍS. También colabora con Valencia Plaza y la revista 'Corredor'. Viaja habitualmente a los campeonatos internacionales de atletismo.
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