Lahiri doma Valderrama en el LIV Andalucía
El indio (-7) lidera el torneo con cuatro golpes de ventaja en una jornada en la que Chacarra (-2) y Rahm (par) sacaron el colmillo ante las exigencias del recorrido
Hasta cierto punto más permisivo Valderrama porque el viento no azotaba con fiereza como en el día anterior —aunque sí se notaba—, jornada festiva que comenzó con unas sevillanas en el hoyo 1 y que acabó con un concierto en directo de Abraham Mateo, por el tapete se vieron golpes de muchos quilates, como el eagle en el hoyo 17 de Matthew Wolff o de Cam Smith en el 4, también el de Niemann en el primer hoyo con un wedge de 100 metros, acaso una sacada de Danny Lee de búnker deliciosa porque la tenía huevo (hundida en la arena)... Pero ni con esas se podía tutear a Valderrama. Al menos, casi nadie. La excepción fue el indio Anirban Lahiri que selló un -5 en el día, líder del torneo (-7) con cuatro golpes de ventajas sobre Danny Lee; y cinco sobre Chacarra (además de Hutton y Kaymer), que se dio de bruces con el hoyo 17 porque se vio obligado a dropar por dos veces, un bogey bien puñetero. “Salí mal con el driver pero el bote fue horrible y se me quedó una bola imposible en el rough. Es un campo donde el bote influye”, se lamentó Chacarra, que se remitió a la mentalidad del Real Madrid, su equipo; “como ellos, lo daré todo hasta el final y ojalá pueda ganar ante mi público”.
Dos horas antes de que diera comienzo la jornada, los caddies ya se apropiaban de los hoyos en el putting green (zona de prácticas para el putt) y tiraban de tecnología, láseres, máquinas medidoras y tees para poner a prueba a su jugador, para afinar el golpe más importante del golf. Ahí estaba David Puig, que perdió con el campo el día anterior —no así este sábado (-3)—, casi al fondo de la tabla. “No jugó mal, lo que pasa que un par de hoyos le penalizaron mucho”, contaba su caddie, Alberto, de Arizona pero de marcado acento mexicano por las raíces paternales. Luego desfilaron todos antes de pasar por el campo de prácticas, donde DeChambeau optó por ponerse sus auriculares, donde Dustin Johnson no se vio muy cómodo, donde Rahm seguía absorbiendo los enérgicos ánimos de los aficionados, donde el último en salir fue Eugenio López-Chacarra, animado por sus amigos, los hijos de Raúl González Blanco, a casi cada golpe. Pero empezó bien torcido, un doble bogey en el primer hoyo tras enredarse en un búnker. “Lo pasado, pasado está”, le decía su caddie antes de golpear en el siguiente hoyo. Le hizo caso hasta que el 17 le asestó la estocada. Valderrama era territorio de Lahiri. Aunque también pidió turno Rahm.
Seguido más que ningún otro —incluso más que Sergio García, que también recibió el cariño del público a grandes dosis—, Jon fue jaleado a cada impacto, vítores infatigables. Así, sólido en su golf, sobrio en las salidas y con los hierros, solo discutió con el putt, por más que pudo cerrar la jornada con -2, de menos a más, un sugerente par en total. “Me siento víctima de Valderrama porque he jugado realmente bien, con mi swing liberado. Firmo jugar de green a tee como hoy el resto de mi vida. Pero el error del hoyo cuatro me ha costado mucho”, señaló Rahm. Se refería a una bola que se le fue al agua y que después no pudo arreglar con el putt. “¡Todo el puto día igual, me cago en…!”, gritó. Luego se explicó: “Tenía un nivel de frustración que no podía aguantar. Es que no me ha entrado ninguno y en todos menos en un putt, a mitad de recorrido, pensaba que iban dentro. No han querido entrar”. Aunque peor le fue a Sergio García, penalizado por algún impacto pasado de revoluciones con el chip [cerca de green], él de más a menos, molesto porque el campo solo le quitó antes que darle nada. Porque Valderrama es un hueso con o sin viento, tal y como lo explicó la estadística de que ningún jugador se quedó sin manchar la tarjeta, libres de bogey.
Tampoco Lahiri, que jugó un tanto desajustado con los golpes desde el tee, pero genial en los segundos golpes, certero como ninguno en los exigentes greenes. “He metido muchos putts y todos los chips [sideral el del hoyo 18, del rough al agujero]. Estoy muy feliz, pero aquí puede pasar cualquier cosa, aunque en este campo cuatro golpes de diferencia son difíciles de recortar”, reflexionó el indio. “Aunque entiendo lo que dice porque si juega bien será complicado, no creo que en Valderrama no se pueda recortar porque si tienes un poco de mala suerte…”, señaló Rahm; “creo que tengo opciones mañana, 18 hoyos con muchos hoyos”. Valderrama y la tercera vuelta aguardan.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.