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La adicción a las apuestas deportivas golpea a los futbolistas: promocionar, sí; jugar, no

La suspensión de Sandro Tonali por 10 meses, la segunda de un jugador de la Premier League esta temporada, pone de manifiesto que ni siquiera sus estrellas están a salvo de la ludopatía

Sando Tonali (izquierda) durante un encuentro de Champions League con el Newcastle frente al Borussia Dortmund, el 25 de octubre. A la derecha, Ivan Toney (Brentford) en Anfield (Liverpool), el 6 de mayo.
Sando Tonali (izquierda) durante un encuentro de Champions League con el Newcastle frente al Borussia Dortmund, el 25 de octubre. A la derecha, Ivan Toney (Brentford) en Anfield (Liverpool), el 6 de mayo.Agencia Getty
Javier Marmisa

Sandro Tonali, un prometedor centrocampista italiano que fichó el Newcastle por 60 millones en la pasada ventana de traspasos procedente del Milan, no se podía imaginar que su última llamada a la selección, mientras preparaba los partidos ante Malta e Inglaterra, iba a acabar en un despacho ante la policía.

Otro compañero, Nicolò Fagioli (Juventus) le citaba como la persona que le introdujo en una red privada de apuestas deportivas, en la que acumuló una deuda de tres millones de euros. La sanción que la Federación italiana impuso a Tonali, conforme al artículo 24 de su código deportivo, le mantendrá 10 meses apartado de la competición en su temporada del debut en el fútbol inglés y le costará su participación en la Eurocopa, que se disputará del 14 de junio al 14 julio de 2024.

Tonali no acabó arruinado como su compañero, pero para los expertos es un adicto al juego: “Uno de los criterios para diagnosticar un trastorno de juego, según el Manual de Diagnóstico Estadístico que publica la Asociación Psiquiátrica Americana, es poner en riesgo una relación o una carrera profesional”, asegura Bayta Díaz, psicóloga especializada en adicción al juego. Otro de los patrones serían apostar cada vez mayores cantidades, como en el caso de Fagioli, o utilizar estas apuestas para tapar un problema profesional o personal. Y lo más problemático, mentir u ocultar esa información al entorno y tratar de recuperar el dinero perdido.

“Llama mucho la atención que alguien ponga en riesgo una carrera tan lucrativa solo por la sensación de jugar”, opina Díaz. Tonali lo hizo por apostar a la victoria de su equipo de entonces, el Milan. Otra estrella de la liga que puso su trayectoria al borde del precipicio fue el delantero inglés Ivan Toney, del Brentford. Un caso de jugador hecho a sí mismo, que hace tres temporadas jugaba en la tercera división inglesa, con el Peterborough United. En la anterior campaña marcó 20 goles en la Premier para disfrutar de su primera internacionalidad con Inglaterra.

Toney apostó a que su equipo perdería con él fuera del campo y que ganaría cuando era titular. La sanción que se le impuso fue de ocho meses apartado de los terrenos de juego. Un misil directo a la línea de flotación de un equipo que se marca como objetivo la permanencia. El presidente de su club, Matthew Benham, hizo una fortuna a través de un modelo estadístico de apuestas. Toney tuvo que exponer que sufría un trastorno relacionado con el juego: “La investigación independiente lo usó como atenuante”, recuerda Paul MacInnes, el periodista de The Guardian que cubrió el caso.

La Premier se propuso acabar con los patrocinios de las casas de apuestas para la temporada 2026-2027. Eso sí, la prohibición solo afectaría al frontal de la camiseta, y no a las mangas, por ejemplo. La mitad de la liga lleva actualmente en sus camisetas patrocinios de este tipo de empresas. El Aston Villa, el equipo dirigido por Unai Emery, anunció a su patrocinador, la casa de apuestas BK8, con la que firmó tres años, una vez anunciada la medida de la Premier.

“El fútbol y las apuestas son sinónimos en Inglaterra, van de la mano”, explica MacInnes. En los medios de comunicación se habla de porcentajes antes de la previa de cada partido y se ve incluso “como un hobby”. Según MacInnes, esta cultura no sirve para exonerar a estos profesionales adultos sobre estos comportamientos: “Se demostró en la investigación que Toney sabía los riesgos que estaba corriendo para su carrera al hacer esas apuestas”. Pero apunta a un peligroso telón de fondo, la exposición a la que se ven sometidos los menores de edad: “Es muy difícil discutir el hecho de que toda esta publicidad en las camisetas o las vallas publicitarias y los actos con patrocinadores de este tipo en los que participan los propios jugadores, están condicionando a los niños para hacerles creer que apostar no hace daño a nadie”.

Los clubes ingleses buscan sus subterfugios para que las cosas no sean tan evidentes. El recién ascendido Burnley tiene como patrocinador de las camisetas para niños al canal de YouTube de entretenimiento deportivo Dude Perfect, un canal en el que sus protagonistas meten canastas imposibles o retan a jugadores como Rasheem Sterling, estrella del Chelsea, a retos frente a la portería. Pero si su padre se comprase la equipación de adultos, acompañaría a su hijo al campo con el anuncio de la casa de apuestas W88 al frente.

Esta fue precisamente la principal razón que llevó al Ministerio de Consumo en España a prohibir este tipo de patrocinadores, con una ley que entró en vigor en 2021: “Varios estudios señalan que los menores de edad son capaces de reconocer marcas de operadores de juego con bastante facilidad, que pueden llegar a aprender la mecánica del juego de las apuestas simplemente con los anuncios publicitarios y que las apuestas deportivas pueden acabar siendo una parte indivisible al mundo del deporte”, explican fuentes del Ministerio.

La edad de los jugadores sancionados, 23 años Tonali y 27 Toney, se corresponde con el perfil de las personas que acaban en una consulta cuando las deudas o la adicción al juego acaban llevando a una vida al límite. En sus 20 años de consulta, Díaz ha observado cómo sus pacientes son cada vez más jóvenes. Y aún no ha atendido a una mujer por adicción a las apuestas deportivas: “Las casas de apuestas juegan con el mensaje de que si tú sabes de fútbol, vas a ganar. Y eso es lo que atrae a jugadores y entrenadores a apostar, creyendo que tienen información privilegiada. Lo que se transmite es que si sabes, ganas y entonces eres un crack”, expone Díaz.

Cuando termine su sanción, el 16 de enero de 2024, Toney volverá a un terreno de juego tras pasar meses sin entrenar con sus compañeros. “Es bastante probable que cambie de equipo, ha sonado mucho para el Chelsea y el Arsenal”, explica MacInnes. Pero en caso de que no se lograse un traspaso, Toney se volvería a poner la camiseta del Brentford, con el dorsal 17 a la espalda y el patrocinador, Hollywood Bets, en el pecho. “Es muy poco tiempo para estar rehabilitado y puede que haya una recaída”, opina Díaz, que apunta a la importancia del entorno social y laboral del futbolista, y a la importancia del tratamiento, que incluirá la participación de los jugadores en charlas informativas sobre el peligro del juego. Para Díaz, estos riesgos igualan al aficionado de la grada con el delantero pichichi: “Da igual que ganes millones o seas mileurista, el juego es capaz de expandirse a un nivel que se lo traga todo”.

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Sobre la firma

Javier Marmisa
Redactor de vídeo especializado en Cultura. Empezó su trayectoria en EL PAÍS en 2015. Ha trabajado en el diario AS, Europa Press y en medios digitales. Es graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y Máster en Cultura Contemporánea por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset.

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