Sean Fitzpatrick, histórico jugador de los All Blacks: “Recuerdo más las derrotas que las victorias”
La leyenda neozelandesa analiza el papel de su selección en el Mundial de Rugby y debate sobre la dificultad de gestionar la derrota
El padre de Sean Fitzpatrick (4 de junio 1963) perdió en Cardiff un partido en 1953 y no solo no volvió a Gales, sino que no pisó Gran Bretaña. Gales no ha ganado desde entonces a los All Blacks, pero aquella herencia, la máxima repulsión a la derrota, pasa de generación en generación. Por eso su hijo, capitán entre 1992 y 1997, uno de los mejores jugadores de la historia, alguien que estuvo 23 partidos seguidos sin perder con la selección, recuerda más las derrotas que las victorias. Un legado que ahora exporta en Laureus, un movimiento que lleva el deporte a comunidades de más de 50 países. Pese al bofetón en el duelo inaugural, cree que sus compatriotas pueden ganar el Mundial de rugby, que arrancó hace una semana con los partidos de la fase de grupos.
Pregunta. ¿Por qué siempre se espera que los All Blacks ganen?
Respuesta. Supongo que es el legado de años de éxito. Hay mucho orgullo detrás del símbolo de los All Blacks. Es una responsabilidad. Cuando te pones la camiseta, no lo haces por dinero, juegas por tu país.
P. ¿Es una motivación o una carga?
R. A mí me gustaba que la gente esperase que fuéramos a hacerlo bien. Es presión, pero hablábamos de cómo afrontar ese medio al fracaso. Lo intentas más, te preparas mejor que nadie. Es complejo, pero es lo que convierte a los equipos en grandes.
P. ¿Cómo afrontaba la presión?
R. Tienes que analizarte. ¿Qué estoy haciendo mal? Porque cuando estás en los All Blacks todos los ojos están sobre ti. Así que haces todo lo posible para encontrar la respuesta a la pregunta.
P. Encadenó 23 partidos seguidos sin perder. ¿Cómo procesaba el perder?
R. Analizaba los partidos, por qué habíamos perdido. ¿Ha sido correcta la preparación? ¿Nos estamos volviendo vagos? ¿Damos nuestra posición por garantizada? Son las preguntas que te haces al día siguiente.
P. ¿A qué sabe la derrota?
R. No demasiado bien. Hablamos del miedo al fracaso y de celebrar el éxito, pero lo cierto es que recuerdo más las derrotas que las victorias. Sabía que había fracasado y no quería volver a sentirme así de nuevo. He tenido la suerte de ganar muchos partidos y de perder unos pocos, pero aún los recuerdo.
P. La ratio de victorias de los All Blacks tiene pocos precedentes en otros deportes. ¿Son el equipo al que más le duele perder?
R. Cuando empiezas a ganar creas una cultura de éxito y los estándares se ponen muy altos. Los jugadores tienen que entender en qué se están metiendo. Se trata de contar con la gente adecuada, son ellos los que hacen grandes a los equipos. En los All Blacks tenemos una fábrica muy cuidada. No tenemos jugadores que vengan de la nada, todo el que ha llegado a vestir la camiseta lleva muchos años con nosotros.
P. ¿Ser capitán de los All Blacks es el trabajo más difícil del mundo?
R. ¿El más difícil? Es el mejor, a mí me encantaba esa presión. Estés donde estés, asegúrate de que haces todo lo posible.
P. Sus rivales siguen hablando de lo duro que era en los placajes y en los rucks. ¿Hubiera sido el mismo jugador con las duras sanciones que hay ahora?
R. Probablemente, no. A nivel defensivo tienes que ser muy bueno, hay tantas cosas de las que estar pendiente… Pero supongo te adaptas, ¿no? Creo que podría disfrutar del rugby según se juega hoy en día. Es algo diferente, pero sigue siendo bonito de ver.
P. ¿Cómo de mala fue la derrota ante Francia en el partido inaugural del Mundial?
R. Decepcionante, por el número de jugadores no disponibles, que habrían marcado diferencias. Tuvimos dificultades en el apartado físico, ya lo vimos cuando perdimos ante Sudáfrica dos semanas antes. Es un aspecto clave de los equipos ganadores.
P. ¿Está Nueva Zelanda preparada para ganar el Mundial?
R. Jugaremos un partido de cuartos de final muy duro. Si pasamos, tendremos una oportunidad real.
P. ¿Prefiere jugar contra Irlanda o contra Sudáfrica?
R. Prefiero a Irlanda.
P. Respecto al equipo que ganó en 2015, ¿han ido los All Blacks a menos o el resto ha mejorado?
R. Ese equipo fue probablemente el mejor equipo de la historia de los mundiales. Teníamos 31 jugadores y todos podrían haber jugado esa final; no importaba quien entrara o saliera, no bajaba el nivel, así de buenos eran.
P. ¿Le falta liderazgo a la generación actual?
R. No lo creo. Les falta profundidad en todas las posiciones, principalmente por las lesiones. Así es este deporte, afortunadamente no son graves. Espero que tengamos a todos disponibles para cuartos de final porque si no vamos a sufrir para ganar.
P. Tras los resultados abultados de la primera semana, ¿falta igualdad para que el Mundial sea interesante?
R. No lo creo. Chile y Japón jugaron un partido competido. Obviamente, el partido de Irlanda con Rumania fue una paliza (82-8). Se trata de hacer crecer el deporte a nivel global y hay grandes equipos en este Mundial.
P. ¿Le cuesta al rugby convertirse en un deporte global?
R. No es fútbol, ¿verdad? Han llegado los Juegos Olímpicos, el sevens [rugby a siete] y cuando el Mundial vaya a América dentro de dos ediciones creo que habrá una gran explosión para hacer crecer el deporte a nivel global.
P. ¿Puede estar España?
R. Claro. Debían estar aquí ahora.
P. ¿Su prestigio como uno de los mejores jugadores de la historia supone una responsabilidad para devolvérselo a la comunidad?
R. Me hace sentir bien. Laureus me dio la oportunidad y es muy satisfactorio cambiar las vidas de la gente a través del deporte.
P. ¿Cómo puede el rugby luchar contra la pobreza?
R. Se trata de la gente, dar lo mejor que tiene, jugar con tu corazón. El rugby está lleno de integridad, pero cualquier deporte tiene el poder de unir a la gente.
P. Si pudiera hablar ahora con usted mismo antes de su primer partido con los All Blacks, ¿Qué le diría?
R. Disfrutar es algo muy importante. Sé quién eres, no intentes ser otra persona. Siéntete cómodo en tu propia piel. Y si no te gusta cómo eres, tienes que cambiar.
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