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Las grietas en los extremos del Barcelona de Xavi

El Barcelona afronta su segundo partido de Liga contra el Cádiz a falta de definir su juego por bandas, el final del mercado y rematar las inscripciones

Irene Guevara
El técnico del FCBarcelona, Xavi Hernández, durante el entrenamiento que realiza la plantilla barcelonista antes del partido del domingo ante el Cádiz CF.
El técnico del FCBarcelona, Xavi Hernández, durante el entrenamiento que realiza la plantilla barcelonista antes del partido del domingo ante el Cádiz CF.Alejandro García (EFE)

Getafe se atragantó. Y ahora el reto a digerir es el Cádiz. En una semana, el Barcelona se quedó huérfano de extremos puros. Y a Xavi le arrancaron sus ojitos derechos en las bandas. Dembélé se despidió -de manera “decepcionante” para su entrenador y máximo apoyo dentro del equipo azulgrana- del Barcelona para ocupar un hueco en el PSG. Y Raphinha recibió una roja contra el Getafe y su desesperante y asfixiante juego sobre el Coliseum. Se perderá, al igual que su entrenador, los próximos dos partidos. Sin extremos puros y profundos -como prefiere el juego de Xavi-, el casting de suplencia queda abierto: Abde se intuye como titular favorito, entre otros tres candidatos -Ansu Fati, Ferran Torres y Lamine Yamal- que entran en escena. Pero sin todos los jugadores inscritos por culpa del fair play financiero y con el mercado aún abierto hasta el 1 de septiembre, se dificulta la tarea de configurar el equipo deseado de Xavi.

Y a esto se suma su expulsión. Una tarjeta roja por “protestar de manera insostenible” las decisiones del árbitro ha dejado fuera de combate al técnico durante dos partidos. “Hay que acatar la sanción. No quiero generar más polémica. Ya se me ha pasado el enfado y estoy centrado en lo que puedo controlar”, comentó Xavi en la previa al partido de este domingo frente al equipo de Sergio González (19:30 horas, Movistar LaLiga). Y como él, Raphinhia, su apuesta para desequilibrar las bandas y romper las líneas ya sin Dembélé. “Es el mejor del mundo en su posición”, aseguraba Xavi sobre el francés. Se había ganado su confianza, y su titularidad. “Nuestro juego está un poco adaptado a Ousmane”, comentaba Ter Stegen. Pero sin el francés, y sin tampoco su sustituto inequívoco, Xavi y su Barcelona deberán recalcular..

Durante el partido contra el Getafe, Xavi pedía más toques. Más profundidad. Más amplitud. No había hueco para la línea de pase y el ritmo que Xavi quería. El único que entonces lo entendía era Raphinha, con tiros largos, pero pronto acabaría su partido: un codazo a Gastón hizo que todo se desmontase. Y ni Abde, ni Lamine Yamal ni Gavi pudieron remediarlo. Y volvieron a faltar los dientes en el ataque. La temporada pasada, la defensa férrea no fallaba, y les mantenía mantener su portería a 0 en incontables partidos ganados con la ventaja de un gol en el marcador.

Pero ahora Xavi busca un juego más ofensivo. “Iremos con la intención de atacar y generar superioridades, con extremos bien abiertos”, explicó el entrenador azulgrana. Busca luchar contra el 1-0 de la temporada anterior. Y para ello necesita dos extremos abiertos, puros, desequilibrantes, que puedan dar un buen centro en un 3-4-3 liderado por Lewandowski para marcar. Sin individualismo, con puro juego asociativo. Con posesiones largas, tener el balón y atacar los espacios. Un sistema más arriesgado, que sacrifica un lateral y deja a Balde con libertad para subir y bajar con la izquierda, apoyando en ataque y defensa. Lo seguirá alternando con su habitual 4-3-3 y 4-4-2: con la zaga del club al completo, aunque el lateral derecho más cojo.

Sin extremos puros, las apuestas por los jóvenes Lamine Yamal y Abde, que regresa tras su cesión en el Osasuna, cobran peso. Yamal, zurdo, tiene más capacidad de meterse al centro, y es una oportunidad para que el joven de la cantera reluzca tras su estreno en el Gamper por todo lo alto. Sobre la mesa también las opciones de Ansu Fati y Ferran Torres para ocupar el extremo izquierdo, a pesar de no ser tan vertiginosos y de tener un juego más de asociación y diagonal hacia el gol. Incluso Balde podría tomar esa posición, o Pedri y Gavi como falsos extremos, una decisión que ya tomó Xavi. El último, más acostumbrado al sacrificio y no tanto a la diana, fue más un acierto que un error en el clásico de la final de la Supercopa de España.

Pero tanto el futuro de Ansu como de Ferran siguen sobre la mesa. “Hasta el 31 de agosto puede pasar cualquier cosa”, aseguraba Xavi al ser pregunta por Fati en su momento. Con o sin Ansu en el once. Xavi tendrá que lidiar con las grietas en los extremos, y hacer un casting entre los candidatos para luchar y desenredar el 1-0 de la temporada pasada.

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