Un clásico de contrastes en Dallas

El clásico que polariza la competición aspira a ser también un clásico de pretemporada desde que el Madrid-Barça no tiene fronteras ni sabe de estaciones sino que se ofrece también como espectáculo único del mes de julio y en un escenario como Dallas. Madrid y Barça, de gira por América, se han citado para hoy en el AT&T Stadium de Texas (23.00, Movistar + y TV-3). El viaje sienta de momento mejor al plantel de Ancelotti que al de Xavi. Los resultados desmienten la última pancarta de Laporta: “Tenemos mejor equipo que el Madrid”.

Los azulgrana, condicionados por un virus, recibieron cinco goles y 19 tiros del Arsenal. Los gunners se batieron como si jugaran la Champions, según el ofendido Xavi. El técnico esperaba un partido amable y se encontró con un duelo físico que evidenció la fragilidad de la mejor zaga de la Liga. Jugó el Barça a pecho descubierto, con tres delanteros, y Pedri y Gündogan no entraron en juego por la presión del plantel de Arteta. La recuperación de Gavi y por extensión la alineación de un cuarto centrocampista convertirá seguramente a los barcelonistas en un conjunto más consistente ante el Madrid. Los problemas estructurales en cambio tienen difícil solución: solo hay un lateral fiable y que da sentido al despliegue como es Balde, convertido en volante, y se mantienen las dudas sobre los muchos delanteros y más después del buen arranquede Abde. El Madrid por contra presume de certezas tras el excelente encaje que ha tenido Bellingham. Alrededor del inglés, convertido en el jugador 10, ya sea media punta o falso ariete, el equipo funciona muy bien sin Benzema.

Ya no se habla del francés y en cambio son noticia Bellingham, Camavinga y hasta Joselu con la chilena que significó el 2-0 contra el Manchester United después del 3-2 al Milan. Y todavía falta por ver a Güller. El Madrid va muy bien servido mientras se especula con Mbappé. El contraste es evidente con el Barça. El clásico, sin embargo, no atiende a pronósticos sino que su incertidumbre y contraste alimenta la expectación hasta en América.

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