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Entre el viejo Camp Nou y el nuevo Espai Barça

El estadio del Barcelona avanza en sus obras y se tiene previsto que el primer equipo vuelva en noviembre de 2024 con un aforo provisional de 65.000-70.000 espectadores

Camp Nou
Las obras de remodelación del Camp Nou avanzan según lo previsto.ALBERT GEA (REUTERS)

En una mañana calurosa de Barcelona, el sonido predominante en el Camp Nou, o en lo que queda de él, ya no es el de los socios y aficionados culés animando a su equipo y gritando cada gol sino el de las grúas y excavadoras que continúan derribando la tercera gradería del estadio azulgrana y retirando la gran marquesina que cubría la tribuna. A su vez, en la explanada principal del estadio, donde acostumbraba a verse un puente que conectaba el campo con el resto de la propiedad culé (Palau blaugrana, pista de hielo, oficinas y tiendas del club), ahora hay un gran boquete que deja a la vista el parking subterráneo. La panorámica habitual del Camp Nou ha desaparecido y parece el derribo de un simple edificio, cuando de lo que se trata es de la remodelación de uno de los estadios más icónicos del mundo y el más grande de Europa.

Con botas, casco y chaleco reflectante una veintena de periodistas acuden a la obras del estadio de la mano de Joan Sentelles y Lluís Moya, responsables de las operaciones del Espai Barça, que confirman cuándo será la vuelta de los de Xavi a su casa: “Se volverá en noviembre de 2024 con un aforo de 65.000- 70.000 espectadores que con el paso de la temporada irá aumentando hasta los 90.000″. Cuando se produzca el retorno, tanto la primera como la segunda gradería estarán disponibles, igual que la zona subterránea (vestuarios, zona de prensa, museo y parte de los aparcamientos). Solamente quedará por construir los palcos VIP (encima de la segunda gradería) y el tercer anillo. “La idea es acabar la temporada 2024/25 con el trabajo al 90% y que en junio de 2026 sea la fecha de fin de obra con una capacidad para 104.000 espectadores”, asegura Sentelles.

Durante la guía por las obras, que realiza la constructora turca Limak, solo se ven obreros, vallas y andamios donde antes había abonados, socios y turistas del Barça. Cuando se llega a la zona cero, al terreno de juego, en vez de haber una alfombra de césped verde impoluta rodeada de asientos azul y grana, solo se encuentran montones de piedras y hierros con bloques de hormigón alrededor. Es la consecuencia de una renovación necesaria en un estadio antiguo y único pero del que muchos acusan que con su nuevo diseño perderá su patrimonio arquitectónico y se convertirá en otro estadio prototipo. Es decir, moderno pero frio y sin historia. Sin embargo, con la nueva remodelación se mantendrá la estructura del primer diseño del Camp Nou que se construyó en 1957 de la mano de Francesc Mitjans. Por ello, se preservará la memoria histórica de la fachada original. Esta decisión provocará que los límites del nuevo Camp Nou aumenten 27 metros, diez más por la construcción de la nueva fachada donde estará la tercera gradería y los 17 restantes se dedicarán a instalaciones y pasillos interiores.

Mientras que el primer equipo se traslada forzosamente esta temporada al Estadio Olímpico, las obras no cesarán en todo el año. Actualmente se cuenta con 350 operarios que trabajan en el derribo, que terminará en noviembre de este año, con turnos de ocho de la mañana a siete de la tarde, sábados incluidos. Pero conforme la tercera gradería vaya despareciendo y comience la construcción de las nuevas zonas se llegará a 1.800 obreros. “El objetivo es construir lo más importante en los primeros seis meses, y lo restante en los próximos doce”, confirma Lluís Moya. Mientras que el gran techo, que cubrirá todos los asientos, se irá construyendo con la llegada del primer equipo en noviembre del 2024 y concluirá al término de la temporada 2024/25.

Desde el club también confirman que las obras llevan un buen ritmo cumpliendo, de momento, con las fechas previstas. Además siguen la normativa de sostenibilidad reciclando, en la medida de lo posible, los escombros y la chatarra. La sostenibilidad es otro de los pilares del Espai Barça y se instalarán placas solares que abastecerán todo el consumo energético de la instalación.

Una de las principales críticas al proyecto fue el coste de su financiación (1.540 millones) en un momento donde la situación económica en Can Barça sigue siendo delicada, pero cabe recordar que en el acuerdo al que llegó el FC Barcelona con la constructora Limak, se acordó que la empresa turca pagaría un millón de euros al club por cada día de retraso en la remodelación del estadio.

Entre hormigón, grúas y plazos se construye el panorama actual del histórico estadio azulgrana. Todavía antiguo Camp Nou pero, a su vez, cada vez más cerca del moderno Espai Barça.

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