Wyndham Clark gana el US Open y deja sin gloria a Fowler y McIlroy
El estadounidense de 29 años conquista su primer grande imponiéndose al protagonismo de las estrellas. Jon Rahm es décimo
No fue ni el primer grande de Rickie Fowler después de toda una vida buscándolo ni el quinto de Rory McIlroy tras nueve años ya de sequía en el Grand Slam. El US Open coronó este domingo en Los Ángeles a Wyndham Clark, estadounidense de 29 años que se estrenó en lo más alto de un major. En un final apretadísimo, con unos últimos hoyos taquicárdicos en los que pudo suceder de todo, Clark hizo valer una tarjeta en el par en el día para vencer con un global de -10, un golpe de ventaja sobre Rory McIlroy y tres sobre Scottie Scheffler, que también igualaron con el campo en la última jornada. Detrás del vencedor y de los dos gigantes, con -6 asomaron Cameron Smith y Rickie Fowler, que se hundió con +4 en el domingo cuando estaba a las puertas de su mayor éxito.
Tears of joy.@Wyndham_Clark was emotional after breaking through @USOpenGolf. pic.twitter.com/pwV2DkIJje
— PGA TOUR (@PGATOUR) June 19, 2023
Clark era un inexperto en estas alturas de la competición. Hasta ahora solo había celebrado una victoria profesional, y fue hace 40 días en el Wells Fargo, y apenas había disputado seis grandes: falló el corte en cuatro y en las otras dos ocasiones fue 75º y 76º. En Los Ángeles resistió a la presión de encarar la cima de su carrera y de jugarse la comida frente a Fowler, McIlroy y Scheffler, tres estrellas mundiales. El chico hizo buena la receta del par en la última ronda del US Open pese a dos bogeys en el 15 y el 16 que comenzaron a aflorar las dudas cuando se acercaba a la orilla. Clark aguantó el tipo en los dos últimos hoyos y con dos putts en el 18 con todos los ojos puestos en él cerró su primer grande. Se lo dedicó entre lágrimas a su madre, fallecida hace 10 años por un cáncer de mama, la persona que le inició en el golf y cuyo recuerdo le ha motivado en los peores momentos para continuar en el deporte. La magnitud del título no solo se mide por tratarse de un US Open, sino por los rivales que dejó por el camino.
McIlroy volvió a lanzar al palo. A los 34 años, el quinto grande de su carrera se le resiste una y otra vez desde que ganara el US Open de 2011, el PGA de 2012, y el Open Británico y de nuevo el PGA en 2014 (solo le falta el Masters para completar la colección). Desde entonces, una larga sequía en cuanto a coronas del Grand Slam teniendo en cuenta sus resultados hasta entonces, su juego y su juventud. Y no han sido pocas las ocasiones en las que ha rozado ese regreso a la gloria. Desde su último gran bingo, el norirlandés ha sumado 19 clasificaciones entre los 10 mejores en un major, y el curso picado picó en los cuatro: segundo en el Masters, octavo en el PGA, quinto en el US Open y tercero en el Open Británico.
Sunday orange save ✅@RickieFowler #USOpen pic.twitter.com/5WgtPCAfVP
— U.S. Open (USGA) (@usopengolf) June 18, 2023
El chasco fue quizás mayor para Fowler, también de 34 años y ya con 13 top ten un grande. Una de las grandes promesas del golf mundial volvió a quedarse sin la gloria mayor en el Grand Slam pese a un inicio maravilloso de US Open: -8 en el primer día. Entre las tres primeras jornadas había coleccionado 21 birdies, pero este domingo, impreciso en el momento de la verdad ya desde el golpe de salida, solo encargó dos y a cambio sufrió con seis bogeys que le alejaron de la corona.
Hasta el décimo puesto escaló Jon Rahm con una tarjeta de -5 en el día para -3 en total. Esta vez el vasco brilló con cinco birdies en los nueve primeros hoyos, muy certero desde el tee y en los golpes a green, fiable con el putt para descontar golpes e incluso para salvar el par a distancia como en el hoyo siete. La remontada le permitió coleccionar otro puesto entre los 10 mejores en un grande pero no luchar por la victoria. Arrancaba desde demasiado lejos, con +2. Desde que ganó el Masters de Augusta el pasado abril, su segundo grande, Rahm no ha logrado concederse opciones de triunfo en las dos citas siguientes del Grand Slam, el Campeonato de la PGA (acabó en la 50ª posición) y este US Open en el que siempre estuvo distanciado de la cabeza. Los resultados, sin embargo, son peores que las sensaciones. “Estoy jugando bien, estoy a muy poco de hacer un buen resultado. Y si hacemos la media del año, desde enero hasta ahora, es un gran año. Los firmaría todos así”, explicó el vasco sobre un curso en el que ya suma cuatro victorias, entre ellas un grande (Sentry, American Express, Genesis y Masters).
Sergio García firmó el par en el día para +2 para ser 27º y David Puig recortó hasta la 39ª posición con -3 para +4. García no pasó el corte en el Masters y se clasificó para el Campeonato de la PGA por la falta de puntos en la clasificación mundial, castigo por su marcha a la Liga saudí. Ahora, a los 43 años, y con un incierto acuerdo de fusión entre los grandes circuitos de cara a la próxima temporada, el castellonense puede recuperar la opción de acceder a los grandes escenarios y en un futuro puede que también a la Ryder, competición de la que es el máximo anotador histórico.
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