Mancini, una reconstrucción de Italia cuestionada
Ganador de la Eurocopa en 2021, la no clasificación para el Mundial de Qatar obliga al técnico a renovar la selección
La conquista de la Eurocopa en 2021 bajo la dirección de Roberto Mancini alivió la profunda depresión que carcomía al fútbol italiano, cabizbajo por la pérdida de pujanza económica y deportiva de sus clubes y por la deshonra que supuso la ausencia del Mundial de Rusia 2018. Aquel triunfo ante Inglaterra en Wembley pareció marcar un punto de inflexión. El seleccionador Roberto Mancini fue entronizado como uno de los guías hacia el nuevo paradigma que marcan las transiciones rápidas, la presión alta y la salida del balón desde atrás con el juego de pies del portero. Sin embargo, la segunda ausencia consecutiva en una Copa del Mundo, tras no clasificarse para la de Qatar, devolvieron al calcio y a la selección Azzurra a la cruda realidad y al diván.
Las principales conclusiones extraídas en Italia del bochorno de la derrota en la repesca ante Macedonia que descabalgó a Mancini y a sus futbolistas del Mundial catarí apuntaron en dos direcciones: el triunfo en la Eurocopa fue un espejismo gestado en dos tandas de penaltis —en las semifinales ante España y en la final contra Inglaterra—; y el fútbol italiano no podía ser ajeno a la alarmante crisis de talento que repercutía principalmente en los delanteros. “El fútbol cambia mucho. España dominó durante muchos años, luego tuvo problemas. Pero la calidad y la cantidad de jugadores que tiene es mayor que la nuestra”, reflexionaba ayer Mancini.
El presidente de la Federación Italiana, Gabriele Gravina, mantuvo a Mancini —con contrato hasta 2026—, pero insistió en la necesidad de regenerar el calcio con normas que potenciaran en número la presencia de jugadores italianos en las primeras plantillas de los equipos profesionales que no ha podido implementar por la negativa de los clubes. Estos también presionaron para que Mancini acortara las listas de convocados, que rondaban los 30 jugadores. De ese intento de reforma para elevar el nivel de la selección sobreviven la búsqueda de Mancini de rejuvenecer el grupo y una lista de 50 oriundos de Argentina, Brasil, Inglaterra y Francia que podrían defender la camiseta de Italia. En esa relación figuraba el delantero de origen vasco-argentino, Mateo Retegui, que con un gol en la derrota ante Inglaterra en Nápoles (1-2) y otro en la victoria ante la débil Malta (0-2) fue la sensación en los partidos de clasificación para la Eurocopa 2024 disputados el pasado mes de marzo. “Nacionalizar más jugadores es una posibilidad. Tenemos un porcentaje mínimo de jugadores en la Serie A. En Suiza, 15 de 20 son nacionalizados. Bélgica es lo mismo. Francia, Alemania, Inglaterra los tienen. Hasta hace unos años teníamos muchos jugadores fuertes y no necesitábamos hacerlo. Los demás lo hicieron, a menudo tomando jugadores que habíamos ayudado a desarrollar y madurar, así que ahora nos adaptaremos y haremos lo mismo”, advirtió Mancini para justificar la inclusión de Mateo Retegui en la lista para los encuentros de marzo.
El juego desplegado en la citada ventana de marzo volvió a cuestionar la figura de Mancini y también confirmó el desinterés generalizado por la selección que se ha instalado entre los tifosi. El desencanto por los fiascos en las clasificaciones para las dos últimas Copas del Mundo ha soterrado lo que antes era una inherente pasión nacional.
Aunque los tres salieron derrotados, la presencia del Inter de Milan en la final de la Champions, la de la Roma en la Europa League y la de la Fiorentina en la Conference ha situado a los clubes como la locomotora que tira del fútbol italiano. “Tuvimos mala suerte porque creo que ninguno mereció perder esas finales. Pero también demostramos que podemos ganar”, aseveró Mancini.
Para el propio seleccionador este resurgir europeo de los equipos italianos ha sido una gran noticia a la hora de configurar la lista para esta final a cuatro de la Liga de las Naciones. De no ser por la baja de última hora de Bastoni, afectado por un proceso febril, el seleccionador italiano hubiera utilizado al completo la línea defensiva de cuatro con la que el Inter jugó la final de la Champions ante el City. Ahora, la duda es saber si ante España, a Acerbi, Darmian y Dimarco los acompaña el veterano Bonucci. “Yo estoy siempre a disposición del entrenador”, espetó en rueda de prensa el central de la Juventus, al que no pareció haberle hecho gracia un reciente comentario jocoso de Fabio Cannavaro: “No comparto su broma de que ya lo he dejado pero que no lo sé. Me queda un año de contrato con la Juventus, y ya veremos”.
Bonucci es uno de los pocos veteranos en los que Mancini aún aprecia un fuego interior cuando juega para Italia. “Tenemos las sensaciones de un equipo con ganas, motivado. El objetivo es volver con el trofeo”, concluyó el defensa.
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