Por qué el árbitro español expulsa este año más que ninguno en Europa
Las rojas en la Liga se han duplicado desde la temporada pasada, sin que crezcan las amarillas, siguiendo una circular del CTA que pedía mayor protección a los futbolistas y más respeto a los colegiados
Cuando el mando de los árbitros españoles revisó la temporada pasada, concluyó que se habían quedado cortos con las tarjetas rojas. Explicaron que algunas se les habían quedado “en el limbo”. Creían que debían haber protegido más a los futbolistas de algunas entradas demasiado duras. También pensaban que resultaba necesario poner orden en la zona de los banquillos. El Comité Técnico de Árbitros (CTA) recogió estas inquietudes en su circular de principio de curso, y algo cambió. El fin de semana pasado se cumplieron los primeros dos tercios del calendario de la Liga, en los que se ha visto el rigor arbitral disparado al doble. El campeonato español ha regresado a niveles de rojas no vistos desde hace más de una década, en la temporada 2009-10. Y eso pese a que el número de amarillas no ha cambiado.
No hay Liga europea en la que se expulse más. En la última jornada se cruzó la frontera del centenar, dejando fuera de la cuenta las 33 al personal de los banquillos. Las 103 tarjetas rojas vistas superan las 89 de toda la temporada pasada y resaltan en el contexto europeo. En Francia llevan 73; en Italia, 43; en Alemania, 31; y en Inglaterra, 22.
No solo no hay otro caso con más expulsiones en ninguno de los otros grandes campeonatos europeos, sino que tampoco se encuentra otro con más en toda la temporada pasada completa. Francia se quedó entonces en 103.
El salto es notable. Según los registros de Opta, la temporada pasada los árbitros mostraron en la Liga una media de 0,23 rojas por partido, un ritmo similar al de los otros campeonatos, y en particular, acorde al de las competiciones de clubes de la UEFA (Champions, Europa League y Conference League), que expulsaban 0,20 veces por encuentro. Sin embargo, este curso el ritmo casi se ha duplicado en España, hasta situarse en 0,41 rojas por partido, mientras que las competiciones europeas apenas se han movido de donde estaban: registran ahora 0,19 por choque.
El jefe de los colegiados españoles, Luis Medina Cantalejo, presidente del CTA, envió a su gente a comienzo de curso la circular número 3 con las conclusiones de los seminarios de pretemporada. Además de explicar las últimas modificaciones del reglamento, el documento señala su preocupación por la laxitud del curso anterior: “Los árbitros deben proteger la integridad física de los jugadores y sancionar este tipo de acciones con la correspondiente tarjeta roja cuando se realicen empleando una fuerza excesiva o poniendo en riesgo de lesión / integridad física del adversario”.
Al final del texto Medina Cantalejo se refiere al desmadre disciplinario en las bandas: “Respetar las decisiones arbitrales forma parte de las Reglas de Juego y es la esencia del fútbol”, dice. “Durante la temporada anterior se han identificado algunos comportamientos en las áreas técnicas que deben reconducirse inmediatamente, al dañar la imagen del fútbol y de la competición”. Todo esto se repitió en público y en las charlas con los entrenadores y los futbolistas. El año pasado a estas alturas se había expulsado a 27 personas de los banquillos, y este ya van 33, un 22% más.
Pero ha sido mayor el aumento en las expulsiones en el campo, en particular por insultar al árbitro. Se han triplicado: de las tres del curso pasado a estas alturas a las nueve que van en este. La temporada pasada suponían el 5% del total, y ahora, el 10%.
El mismo número de amarillas
El gran cambio disciplinario en España parece relacionado solo con las rojas. El ritmo de las amarillas se mantiene estable: el año pasado se enseñaban cinco por partido, y este también se muestran cinco.
El salto en las expulsiones se puede considerar una anomalía española en el ámbito europeo. Si se observan los datos del grupo de estos colegiados que pitan en España y en competiciones europeas, se ve que han triplicado la frecuencia de sus expulsiones en ambos escenarios.
Este grupo de jueces, los mejor considerados entre los españoles, recurría la temporada pasada a las rojas la mitad de lo que lo hacía la media, tanto en España como en Europa. Del Cerro Grande, Gil Manzano, Hernández Hernández, Mateu Lahoz y Sánchez Martínez mostraron el curso pasado 0,11 por partido de Champions y Europa League, cuando la media se situaba en el doble, 0,20. Este curso los españoles se han disparado en Europa al triple, 0,31, mientras que la media se ha mantenido en 0,19.
La transformación de los colegiados de élite en la Liga, donde eran los más comedidos, ha sido aún mayor. El curso pasado, como en Europa, iban en la mitad de la media, 0,12 rojas por partido frente a 0,23. Pero en este han saltado hasta igualarse con el resto, y sacan 0,38 por encuentro, casi en la media de 0,41.
En el CTA no inquieta el aumento de expulsiones, en las que apenas encuentran fallos. Consideran que las rojas se corresponden con las acciones de los futbolistas y los técnicos, y con las precauciones que decidieron tomar a principio de curso.
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